Entrevista exclusiva a la directora deportiva y jugadora del UD Azuqueca FS, club en el que hace poco también ejercía la labor de entrenadora
No hay duda de que si había un club que tenía ganas de que arrancase la temporada 24/25, ese era el UD Azuqueca FS. El combinado alcarreño, tras un brillante ascenso, está compitiendo con honores en una categoría tan compleja como es la Segunda División Femenina Nacional de Fútbol Sala.
Son muchas las personas las que están viviendo una experiencia inolvidable en la presente campaña, pero seguramente Sara Porras sea la que lo está haciendo de un modo más especial. Ella fue la encargada, como entrenadora, de lograr dicho ascenso a una categoría de plata en la que ahora compite como jugadora. Además, también ejerce la labor de directora deportiva en el club de Azuqueca de Henares.
En El Decano de Guadalajara hemos tenido la oportunidad de hablar con ella para que nos cuente lo que está suponiendo este nuevo reto en su trayectoria deportiva:
¿Cómo estáis viviendo este arranque de temporada en Segunda División?
Está siendo un arranque de ensueño. Cuando nos planteamos hacer frente a la Segunda División sabíamos que sería muy complicado, el salto de nivel de una categoría a otra es abismal, aun así, decidimos apostar por el proyecto y aventurarnos. Las primeras jornadas nos han dejado un sabor agridulce, a pesar de las cuatro victorias. Hemos tenido dos derrotas y dos empates que nos supieron a poco, pero la tónica general del equipo es muy buena, se compite cada partido y se planta cara a cada rival sin ningún prejuicio.
Algo que cabe destacar es que con la plantilla renovada casi al completo y con la suma de los pocos fichajes, se está trabajando en un modelo de equipo compacto que no le teme a ningún rival.
¿Qué impresiones te está dejando la categoría y cuáles son los objetivos que pretendéis conseguir?
Como comentaba, la impresión es altamente positiva. Se nota el esfuerzo de las instituciones y clubes en seguir persiguiendo el aumento del nivel de las jugadoras y equipos. Los encuentros en la mayor parte de los casos suelen estar bastante equilibrados y eso fomenta el crecimiento del fútbol sala femenino.
El objetivo que marcamos como club, tanto al cuerpo técnico como a la plantilla, fue sencillo a la par que complicado: la permanencia. Queremos evitar el efecto rebote que sufren muchos clubes, ascender y descender consecutivamente. Nuestro proyecto avanza de manera lenta, pero no queremos dar pasos atrás. El compromiso de todas las jugadoras y cuerpo técnico está siendo crucial para ir consiguiendo puntos que nos acerquen al objetivo.
Sin embargo, tras unas semanas de trabajo, vemos que el equipo crece y compite a un nivel muy alto, por lo que no tenemos un techo definido, queremos aspirar al mejor puesto posible dentro de la clasificación.
Cuéntanos cómo se gestó ese paso de dejar el banquillo para volver al terreno de juego y cómo está siendo la experiencia.
Siempre tuve la espinita clavada como jugadora y, tras mi lesión de LCA, decidí vivir el futbol sala desde los banquillos. Valoro la experiencia de estos años como entrenadora de manera muy positiva y gratificante. A pesar de ello, este año confluyeron muchos factores. La consecución del objetivo del ascenso tras varios años al frente del proyecto, unido a que la mayor parte de la plantilla son ex compañeras y amigas, me motivó para querer formar parte desde otro eje.
Sigo ejerciendo como directora deportiva, pero los mandos técnicos corren al cargo de Rosana Muñoz y su cuerpo técnico, quien ha tenido la oportunidad de entrenar en categorías nacionales femeninas y masculinas. Una oportunidad así, no la podía dejar escapar.
Por último, ¿cómo te estás sintiendo a nivel individual y qué objetivos tienes tú a nivel deportivo?
Me siento muy motivada y feliz de poder compartir con mis compañeras este privilegio que es jugar y competir al fútbol sala. Recalco lo de jugar, porque nos divertimos practicando lo que más nos gusta, y eso no tiene precio. A corto plazo, mi objetivo es seguir mejorando día a día, aportando lo que pueda al grupo. A medio-largo plazo, me gustaría estar a un alto nivel competitivo, pero eso habrá que valorarlo con el paso del tiempo. De momento, me centro en el presente tratando de ser mejor que el día anterior.
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