EDITORIAL. Sobres, prostíbulos y farlopa

"Si le quitas el relato, la izquierda no tiene nada. Sólo tiene miseria, corrupción, hambre, sobres, prostíbulos con farlopa y aviones con delincuentes internacionales en aeropuertos".

Con estas respetuosas palabras definía en Guadalajara Samuel Vázquez, portavoz nacional de Inmigración, Asuntos de Interior y Seguridad de Vox, a los políticos progresistas durante una charla sobre seguridad, impartida la pasada semana en la sede de la formación ultra en la capital. El objetivo de este evento: informar a simpatizantes y afiliados sobre "el vínculo directo entre inmigración ilegal y delincuencia" en nuestro país. En resumen, que vino a crispar y a calentar al personal. 

Con un local atestado de público -algo nada difícil, dadas las dimensiones de la sede de Vox en Guadalajara- el polémico policía nacional, también presidente de la no menos polémica Asociación Una Policía para el siglo XXI, famoso por sus discursos contra la inmigración y su negacionismo de la violencia machista y del cambio climático, desplegó toda su verborrea, ante un atento e ilusionado auditorio que aplaudió sus vergonzantes palabras. 

Sentados en primera fila estaban los representantes locales, provinciales y regionales de Vox, entre ellos el concejal de Seguridad del Ayuntamiento de Guadalajara, Chema Antón, quien le recibió en la sede casi con alfombra roja y al que le faltó muy poco para hacerle la ola. Debería tener más cuidado el señor Antón en sus exposiciones públicas, ya que aplaudir estas desafortunadas afirmaciones siendo el responsable de velar por la seguridad de TODOS los habitantes de esta ciudad -sean inmigrantes o no- requiere un poco de decencia. Y este acto fue de todo, menos decente. 

El ‘conferenciante’ -charlatán le podría definir mejor- tuvo para todos. Dio a la derecha -su socia de Gobierno en la capital-, dio a la izquierda, dio a España, dio a Europa y dio a todo lo que se puso por delante. Pero especialmente disparó contra los inmigrantes, que para los ultras son poco menos que el diablo en persona.

Últimamente, Vox se está dejando la piel en criminalizar a la inmigración. Hace poco tuvimos un claro ejemplo en Guadalajara. Ahora, en un alucinante giro lingüistico, la definen como "inmigración ilegal desbordada", en un burdo intento de esconder lo que realmente piensan de los que llegan de otros países, especialmente del continente africano, y de captar adeptos entre los extranjeros ‘legales’, a los que tratan de cautivar con su repugnante mensaje, por aquello de rascar unos votos. Lo mismito que Trump. 

Entre la clá de admiradores y asentidores de la charla de marras, también encontramos al concejal de Cultura del Ayuntamiento de la capital, Javier Toquero; al diputado provincial, José Luis Arcángel; al concejal-diputado Víctor Morejón, y al diputado regional y presidente provincial de Vox, Iván Sánchez, quien ejerció de maestro de ceremonias. 

El señor Iván estaba que no cabía en sí de gozo. Contar con un representante nacional de la formación da empaque, cuenta a la hora de apuntarse tantos ante el jefe de la tribu -su admiradísimo Abascal- y sirve para presumir, colgando las imágenes en esas redes sociales suyas en las que destila tanto odio y tanta crispación. 

Claro, que para crispación la que él mismo provocó recientemente en la Comisión de Presupuestos de las Cortes Regionales en la que intervenía la consejera de Igualdad donde, sin pedirlo previamente a la Junta de Portavoces, solicitó guardar un minuto de silencio por el hombre presuntamente asesinado a manos de su mujer, hace unas semanas en Pantoja (Toledo). Algo que choca ante su ausencia en los minutos de silencio por las mujeres víctimas de violencia machista. Lógicamente, el presidente de la Comisión le informó de que esas no eran las maneras y le apeló a tratar con respeto a la Cámara. Una actitud que también le afeó la consejera de Igualdad, Sara Simón. Ni corto ni perezoso, se pasó por el arco del triunfo el Reglamento de la Cámara y guardó su propio minuto de silencio. Su minuto de la vergüenza. 

La misma que debieron pasar - o no- los señores Toquero y Antón y la señora Eva Henche en el acto de inauguración del nuevo aparcamiento disuasorio de la calle Hermanos Fernández Galiano de la capital. Un parking que constituye uno de los ejes para la implantación de la Zona de Bajas Emisiones, esa que Vox dice que va a hacer "lo imposible" por tumbar. ¿Qué pintaban entonces allí los ediles de Abascal si tan en contra están de la ZBE? ¿Qué pintaban allí, enrocados como están en el negacionismo del cambio climático? 

Menos mal que allí estaban la delegada del Gobierno, Milagros Tolón, y la alcaldesa, Ana Guarinos, para poner orden a base de zascas. La primera, porque les recordó que, de no ponerse en marcha la ZBE, la ciudad tendría que devolver a Europa 2,2 millones de euros. La segunda, al ser preguntada por El Decano de Guadalajara sobre este extremo, fue rotunda: "Las leyes están para cumplirlas". Así, en todos los morros de los concejales ultras, que se mantuvieron calladitos y con las orejas gachas. Todo sea por salir en la foto. 

Señores de Vox Guadalajara, sigan ustedes así. Con su tremenda coherencia, con sus negacionismos y aplaudiendo en charlas sobre inmigración, prostitución y farlopa, que eso es lo que esperan de ustedes los ciudadanos para los que gobiernan. Los que les votaron y los que no, entre los que hay muchos votantes de esa izquierda a la que tanto denigran.

Decía Antonio Machado que en España, de cada diez cabezas, nueve embisten y una piensa. Visto lo visto, en Vox las cabezas están más interesadas en embestir que en pensar.