El Belén cobra vida en el barrio de la Judería de Molina de Aragón

La Asociación de Amigos del Castillo de Molina de Aragón aprovecha cualquier oportunidad para poner en valor la fortaleza de los siglos siglo X-XII y aprovecha cualquier oportumidad para ponerla en valor, ya sea con los cerámenes literatios que tienen como protagonista a este poderoso monumento, el pasaje del terror que lleva Halloween al interior del castillo o el Belén Viviente que durante estas fechas navideñas se desoliega en torno a su muralla, en las inmediaciones del barrio de la Judería.

Fieles a esta cita, los molineses desempolvaron sus trajes de época y todo el atrezo para dar vida a diversas escenas de oficios tradionales, como el herrero, el panedero, el carpintero, el alfarero, la cestera o incluo un auténtico taller telar. Como es lógico, al final del trayecto, la Puerta de Ahogalobos albergó  el Portal de Belén, con la Virgen, San José y el niño Jesús. No faltó el ángel anunciador, ni la mula y el buey.

El Belén Viviente de Molina de Aragón surgía hace una década en el interior del recito del castillo, pero la organización trasladaba esta actividad a los preciosos rincones del Barrio de los Judíos, junto a las murallas,  hace tres años para atraer a un mayor público en estas fechas en las que las temperaturas suelen ser frías. 

Este año, además, el Belén Viviente de Molina contó con la visita de Sus Majestades, los Reyes Magos, que recibieron las cartas y las peticiones de los más pequeños. Al otro lado de la Puerta de Ahogalobos y para calentar el ambiente, se dispuso una hoguera, el corral con ovejas, gallinas y otros animales y un mercado con castañas, migas y caldo, entre otras viandas para acallar al estómago.