En cada mes brilla un santo y en febrero, entre Santa Águeda y San Valentín, el que se ha apoderado de todo el 'brilli brilli' es, sin duda, el segundo. Los corazones se imponen a las tetas y detrás de eso, como siempre, está la economía. Es que el día de los enamorados mueve mucho, pero que mucho negocio. Según las encuestas ocho de cada diez parejas celebran el 14 de febrero. Eso acarrea que se disparen las ventas de regalos, flores, cenas románticas, findes en hotel&spa, lencería nueva, tratamientos cosméticos… y preservativos.
Hay quien está muy en contra de esta celebración por ser en exceso pastelosa y por incitar al consumo. Yo aquí ni entro ni salgo. Quien quiera montarse el día en plan romántico con su pareja, ya sea carnal o digital, porque con esto de la IA, no sabemos dónde vamos a llegar, tiene todo mi respeto. Quien prefiera celebrarlo con su familia o con su gato, pues también. Y quien decida quererse a sí mismo o misma el 14 de febrero y todos los demás días de su vida, esa persona sí que tiene todo mi respeto.
Sea como sea, cuando se acerca esa fecha, o te aíslas física y digitalmente, o te comes los corazones sí o sí.
Vale, venga, dediquemos un día al amor.
"El amor es paciente; el amor es bondadoso; el amor no es envidioso ni jactancioso ni arrogante ni grosero. No insiste en su propio camino; no es irritable ni resentido; no se alegra del mal, sino que se alegra de la verdad. Todo lo soporta, todo lo cree, todo lo espera".
Que esto no lo digo yo, ¿eh? Que esto es de la primera carta del apóstol San Pablo a los corintios. Que esta lectura la eligen millones de parejas para casarse, incluso aunque la boda no sea religiosa. Ahí la dejo.
Oye, me pregunto si no sería bueno desempolvar la carta esta de San Pablo de vez en cuando y volverla a leer al cabo de los años. El caso es que aquel lejano día, cuando la escuchaste en el altar, mirando fijamente a los ojos de tu acompañante, con ese canon de Pachelbel sonando de fondo, con todas las miradas pendientes de vuestros rostros angelicales, te pareció un texto tan romántico… Hazme un favor, léelo ahora. "Todo lo soporta, todo lo cree, todo lo espera". ¿Qué? ¿Te sigue pareciendo romántico?
Otra cuestión. Si tuviéramos que elegir una pareja de enamorados como máximo exponente del amor romántico ¿Cuál nos viene primero a la cabeza? Pues yo ya he preguntado a mi gente y la mayoría ha contestado sin dudar: Romeo y Julieta. En segundo lugar han quedado los amantes de Teruel. Nos gustan los finales trágicos. ¿Por qué será?
Yo tengo mi propia teoría: como ambos se mueren sin haber saboreado las mieles de la convivencia, solo conocemos la parte ideal e idealizada y no ha lugar a imaginarse siquiera el después: cuando él empieza a pasar más tiempo en la taberna que con ella, la primera discusión a causa de la suegra, cuando ella se empieza a poner pesada con eso de que siempre se orina fuera de la letrina o que tenga cuidado cuando venga de batallar, que le trae la cota de malla perdidita de sangre, que no hay jabón de tajo que saque luego las manchas, por no hablar de cosas más escatológicas que jamás suceden durante el cortejo.
Pues mira, Romeo y Julieta es una historia que se sacó de la manga un inglés y que transcurre en una ciudad italiana. Parece ser que en Verona sí que existían familias con el nombre de
Montesco y Capuleto o similares. Allí muestran la casa de Romeo, la casa de Julieta con balcón incluido y una tumba vacía en una cripta, que atribuyen a la joven enamorada. Para mí que es todo inventado para atraer el turismo.
Y resulta que ahí mismo, en la provincia de al lado, tenemos a Isabel y Diego, nuestros amantes patrios. La existencia de ambos parece probada, aunque no se llamaran así. Su historia se ha contado de generación en generación y puede tener algo de legendario, pero siempre hay algo de verdad en toda leyenda. Se conservan dos momias que podrían ser las suyas, aunque los historiadores no se ponen muy de acuerdo. El caso es que descansan en unos bellísimos sepulcros de alabastro, con sus estatuas yacentes cogidicas de la mano para toda la eternidad.
A mí lo de Romeo y Julieta, con todos mis respetos a Shakespeare, me parece demasiado turbulento. Echa cuenta: tres asesinatos, los suicidios de los dos protagonistas más la madre de él que se muere de pena. La historia de los Amantes me parece mucho más elegante, la verdad. Ahí va un resumen:
Dos chavales del siglo XIII. Ella, hija de un comerciante rico y él, linajudo pero sin pasta. Se enamoran y deciden casarse, pero, al padre de ella, eso de casarla con un pobretón no le hace ninguna gracia. Así que él, antes de llegar siquiera a besar a la chica, decide irse a luchar a las cruzadas para hacer dinero y promete regresar a los cinco años. Será entonces cuando podrán darse ese primer beso y contraer matrimonio. Pero pasa el tiempo y llegan a Teruel rumores de que Diego ha muerto en combate. El padre de Isabel, ya pasados los cinco años de plazo, la obliga a casarse con otro. El mismo día de la boda regresa Diego de sus andanzas y se entera del casorio. Cuando llega a casa de Isabel se encarama al balcón y le dice: "¡Bésame o me muero!" Ella se niega, porque ya es una mujer casada y él muere al instante a causa del disgusto. Al día siguiente, en los funerales de su amado, Isabel decide saltarse a la torera sus votos matrimoniales y se acerca al funeral para dar a Diego el beso que le negó en vida. El beso es de esos de película, así que ella tampoco puede resistir tanta emoción y allí mismo cae también fulminada.
Fíjate que estamos hablando del siglo XIII, de plena Edad Media, en tiempos del derecho de pernada y los cinturones de castidad. Que Diego, ya hecho un hombretón de pelo en pecho, bien podría haberse abalanzado sobre Isabel con toda su soldadesca rudeza y haberle clavado un morreo de esos de no te menees. Pues no. Le pidió amablemente un beso, ella se lo negó y él no tuvo más remedio que aguantarse y morirse. Menudo ejemplo para la modernidad. Un hombre que muere antes de dar un beso no consentido. A ver si aprenden algunos.
Yo soy de las que opina que la mayoría de esas historias de amor romántico del cine y la literatura, además de ser poco realistas, están pobladas de micro y macromachismos. Pero dejemos a un lado las reflexiones sobre lo políticamente correcto y permitidme salvar dos besos: el que le dio Richard Gere a Julia Roberts al final de Pretty Woman, después de enfrentarse al vértigo en la escalera metálica con un ramo de flores en la boca y el beso que, por respeto, Diego no le dio a Isabel.
El primero solo lo puedes ver en película, pero el segundo lo puedes disfrutar en vivo y en directo todos los años en la celebración de Las Bodas de Isabel de Segura. Durante varios días de la segunda mitad de febrero, Teruel se sumerge por completo en el siglo XIII para recrear la historia de los Amantes en varios de sus bellos rincones. Esta celebración, que comenzó en 1997, ha ido enriqueciéndose hasta ser considerada de interés turístico nacional. Hay momentos que te ponen la piel de gallina, como la invitación al beso o el funeral de los amantes. Imposible describirlo con palabras, pero si te apetece vivir la experiencia, en 2025 tendrá lugar entre los días 20 y 23 de febrero.
Y si no te apetece, porque no te gustan las fiestas multitudinarias, o hacer turismo, o las historias medievales y románticas, pues lo respeto.
Respeto, respeto, respeto...
Asun Perruca. Maestra y escritora.