El cartel “Palacete en venta” que ya parecía formar parte de la fachada del Palacio de los Condes de Medina, en la Plaza de San Esteban de Guadalajara, ya ha dejado de deslucir esta obra arquitectónica del siglo XVI. Desde hace algunos días, los obreros trabajan en su interior y este emblemático edificio, que durante muchos años fue sede de la Delegación de la Junta en Guadalajara, parece que va a correr mejor suerte que el Palacio del vizconde de Palazuelos (S.XVII), popularmente conocido como el palacio del Boquerón, por el popular restaurante que albergaba, que también se levantaba en esta plaza del casco histórico, pero sucumbía a la bola de demolición en marzo de 2012.
Tal y como ha podido saber El Decano de Guadalajara, se han iniciado los trámites de compraventa de este inmueble, propiedad la familia del conde de Romanones, con la intención de levantar un hotel boutique de lujo con una veintena de habitaciones. El proyecto inicial incluiría un bar-cafetería con terraza en la planta baja, en el lugar donde se abre un precioso patio castellano y una pequeña tienda con productos de Guadalajara. Detrás de este proyecto se encontraría una persona vinculada al sector hotelero de Guadalajara, que habría encontrado respaldo en una empresa con experiencia en la puesta en marcha de hoteles de lujo.
En julio de 2019, la Comisión Regional de Ordenación del Territorio y Urbanismo del Gobierno regional emitía un informa favorable a la recalificación de este edificio, que hasta entonces tenía un uso exclusivamente administrativo, para otorgarle un uso residencial o terciario. Según aclaraba entonces la Consejería de Fomento en un comunicado de prensa, “tras 60 años arrendado a distintas administraciones públicas, en 1999 el Plan General de Ordenación Urbana le otorgó una calificación que solamente permitía albergar alguna institución pública. Sin embargo, teniendo en cuenta que se trata de un edificio catalogado, de propiedad privada, en el que ha cesado el uso administrativo institucional, no resulta necesario mantener esta calificación urbanística”.
Cuando la Delegación de la Junta se trasladó a la antigua sede de Caja Guadalajara en la ciudad, en la calle Topete, el palacio se puso en venta y estuvo anunciado durante más de una década en el portal Fotocasa, donde pendían 1,5 millones de euros por él. Tal y como recogía el anuncio, el edificio cuenta con una superficie de 2.300 metros cuadrados, distribuidos en tres plantas, una de ellas bajo cubierta. Contaría con 18 habitaciones y ocho baños y unos 500 metros de zona de jardín.