Cuando la luz falló, brilló la solidaridad

El apagón que afectó gran parte de España el pasado lunes 28 de abril del 2025, nos dejó más que una simple anécdota: nos regaló una profunda reflexión sobre la solidaridad, la resiliencia y el valor de las personas que, a veces, no son suficientemente reconocidas.


En medio de la incertidumbre, estábamos aislados, sin comunicación: no había cobertura móvil, y toda la red de internet estaba caída. Sólo la conexión por radio nos permitía seguir mínimamente informados. En este contexto de desconexión y vulnerabilidad, fueron las tiendas de barrio, especialmente los comercios de los conocidos “bazares chinos” que se convirtieron en un pilar silencioso para la ciudad de Guadalajara y otras ciudades y municipios de España.


Mientras todo a nuestro alrededor se sumía en la oscuridad, ellos ofrecían linternas, velas, pilas o baterías, cargadores, radios y otras herramientas indispensables para hacer frente a la situación. Ver a muchos de estos comerciantes despachar con linternas en mano, sin cerrar sus puertas, fue una imagen que quedará grabada en mi memoria: su compromiso y su presencia nos recordaron que la migración también construye, sostiene y salva.


¿Quién puede imaginarse qué habría pasado si esas tiendas hubiesen bajado sus puertas en ese momento crítico?


Más allá de las diferencias, y los prejuicios, es importante reconocer que todas las personas que venimos a este hermoso país somos también parte esencial de su tejido social.


Momentos como este, nos invitan a valorar el aporte diario de las comunidades migrantes en cada barrio, en cada ciudad.


Aprovecho además para agradecer y reconocer públicamente el extraordinario trabajo realizado por la Policía Nacional, la Policía Local, la Guardia Civil, Protección Civil, los Bomberos y todas las instituciones públicas y de servicios de emergencia que actuaron con rapidez y profesionalismo para garantizar la seguridad, el orden y la tranquilidad de las personas durante la interrupción eléctrica.


Su entrega y vocación de servicio fueron, sin duda, un pilar fundamental para que la situación no derivara en mayores complicaciones.


Que esta experiencia nos sirva como recordatorio de que, en los momentos difíciles, la solidaridad, el respeto y el reconocimiento mutuos son los verdaderos caminos para fortalecer la sociedad que todos compartimos.