El reto de Víctor Henares, "un guardia civil contra el cáncer", alcanza el Señorío de Molina

Publicado por: Marta Perruca
02/05/2025 01:18 PM
Reprods.: 602

El guardia civil granadino, afincado en la localidad conquense de Villamayor de Santiago, partía el pasado 23 de abril de Roncesvalles, con destino a su pueblo natal, Belicena, en Granada. Un total de 1.000 kilómetros para contribuir a la investigación contra el cáncer a través de la Asociación Española Contra el Cáncer. Este miércoles, 30 de abril, alcanzaba tierras molinesas, llegando a Campillo de Dueñas desde Daroca. El 1 de mayo hacía la etapa Campillo-Salinas de Armallá, para partir esta misma mañana hacia Beteta, por el Alto Tajo


Los vecinos del Señorío de Molina de Aragón quizá se hayan sorprendido al ver a una persona cargada con una pesada mochila caminando en soledad en el entorno de Campillo de Dueñas, Molina de Aragón o por la carretera de Peralejos de las Truchas. Puede que se hayan parado a conversar con él o un pensamiento pasajero haya avivado su curiosidad acerca de su rumbo y motivaciones. Mientras en Guadalajara jarrea agua, sobre las 9.00 horas de este viernes, 2 de mayo, Victor Henares Galindo camina por la carretera de Poveda de la Sierra para alcanzar el final de la etapa de hoy, en Beteta, en la provincia de Cuenca.

 


En Zaragoza el cierzo le zarandeó un poco, asegura, pero el tiempo le está respetando bastante en este reto solidario que bajo el nombre "Un guardia civil contra el cáncer”, le ha llevado a recorrer un millar de kilómetros, desde Roncesvalles a su pueblo natal, Belicena, en Granada, para aportar su granito de arena en la investigación contra el cáncer, pero en vistas de la previsión del tiempo ha decidido partir esta mañana más temprano de lo habitual.

 


Es la segunda vez que este agente destinado desde hace muchos años en la localidad conquense de Villamayor de Santiago, donde ha echado raíces, se embarca en esta aventura contra el cáncer, aunque ya en 2021 llevaba a cabo una iniciativa similar.

 

“Hace cuatro años decidí rendir homenaje a las víctimas del Covid-19. Fui andando desde Villamayor de Santiago hasta mi pueblo natal, en Granada, Belicena, que pertenece al municipio de Vegas del Genil”. Con esta primera experiencia, relata mientras se apea unos instantes al borde del camino para conversar con El Decano, arraigó en él el compromiso de ayudar a los que más lo necesitan “y hace dos años decidí hacer el primer reto contra el cáncer, desde la Basílica del Pilar en Zaragoza, a mi pueblo natal en Granada y la verdad es que salió muy bien. Se consiguieron recaudar más de 19.000 euros, con lo que este año volvía a plantearme repetir la experiencia para seguir colaborando con la investigación contra el cáncer. Le he metido algunos kilómetros más y en esta ocasión he salido desde el Santuario de Roncesvalles, para llegar a mi pueblo de Granada y ya voy aproximadamente por la mitad del recorrido”.

 



El cáncer se llevaba a su padre hace diez año y hace dos a su suegro. También ha cercenado la vida de varios amigos íntimos. “Por desgracia todos tenemos a alguien en la familia o en nuestro entorno de amistades que ha padecido la enfermedad o ha fallecido y los que han conseguido sobrevivir son unos afortunados”, afirma. Cuando eso sucede es inevitable que la rabie te desgarre por dentro,  pero Víctor convirtió esa rabia en potencia, para ponerse el mundo por montera y echarse al camino. “Dentro de lo que esté en mi mano, quiero hacer lo posible para erradicar esa enfermedad. Sé que es muy difícil, porque soy sólo una persona de Cuenca. No soy ningún personaje público y los medios que tengo a mi disposición son escasos”. De hecho, sólo medios de comunicación locales, como El Decano de Guadalajara, se han hecho eco de esta iniciativa y de igual manera, el respaldo económico que está encontrando viene de personas particulares y negocios pequeños, comercios locales de Villamayor y de su pueblo de Granada, que al final terminan siendo los más grandes. “Es una pena, porque son los medios nacionales los que tienen la capacidad de difundirlo, para que la gente pueda colaborar y, entre todos, hacer algo más. Toda la ayuda ha venido de particulares, de personas que me conocen y empresas de la zona y algunos ayuntamientos. Las empresas grandes o ciudades grandes no han prestado atención a este reto”, comenta.

 


Todo el dinero recaudado va a una cuenta de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). Las personas que quieran aportar su granito de arena a este reto pueden hacerlo a través de la Plataforma de la AECC en este enlace.

 


Víctor Henares empezaba a caminar el pasado 23 de abril, por lo que hoy ha alcanzado su décima etapa, que ha partido desde las Salinas de Armallá, en el Señorío de Molina, para llegar a Beteta, en la provincia de Cuenca.




Cuando le preguntamos cómo le ha recibido la gente a lo largo del camino se sonríe. “Ha habido de todo. He tenido etapas bastante mejores que otras. En las dos primeras vinieron dos amigos de Mota del Cuervo, un pueblo de Cuenca, que salen conmigo a patear y a hacer pruebas a nivel nacional, las dos en Navarra: Roncesvalles-Ekai de Longuida y Ekai de Longuida-Sofuentes, que ya entra en la provincia de Zaragoza. La verdad es que la etapa de Zaragoza ha sido buenísima y la de Daroca a Campillo de Dueñas, también. Estuve con una persona que conocí hace dos años que se llama Borja y me enseñó todo el entorno y fui recibido por el alcalde de Campillo, que se ha volcado conmigo”. Con su amigo Borja, tuvo la oportunidad de recorrer la zona y conocer la laguna de Honda, la Sierra de Caldereros y el castillo de Zafra, el pico Lituero y Cubillejo de la Sierra.

 



En la provincia de Guadalajara ha estado estas tres últimas etapas Daroca-Campillo de Dueñas, de Campillo a las Salinas de Armallá y Salinas de Armallá-Beteta. Dice que ha disfrutado de los paisajes, sobre todo cuando la marcha ha sido cuesta abajo, “porque cuando sales de las Salinas dirección Taravilla, ese tramo es durísimo, igual que cuando te adentras en el Alto Tajo… Una vez pasas el río Cabrillas, hay una subida brutal y después llegas al río Tajo y también tienes una pendiente muy fuerte. Ahora, por donde estoy caminando es un poco más suave: aunque hay una subida llegando a Poveda de la Sierra y a la llegada a Beteta, es un poco más suave. Por eso, cuando voy bajando voy fijándome en el paisaje y en los animales, que hay un montón de corzos y de ciervos a pie de carretera… Pero cuando subo sólo queda mirar al suelo, clavar los bastones y tirar para arriba porque llevo una mochila bastante pesada donde llevo todo, desde medicación, agua, botas, paraguas”.

 


Quitando las dos primeras etapas en las que tuvo compañía y la sexta etapa, de Zaragoza a Longares, que fue con Patxi y David,dos miembros de la Asociación Española Contra el Cáncer, Víctor camina completamente sólo, sin ningún vehículo que le de soporte.

 


El guardia civil comenta que siempre le ha gustado andar y ha participado en muchas pruebas de ultratrail a nivel nacional e internacional . “Siempre me ha gustado mucho el deporte. Antes me encantaba correr, pero los años van a pasando y la semana pasada cumplí 52 años”, comenta entre risas. Este reto, reconoce, es exigente y requiere prepararse a fondo. “Ya no es que un día hagas 40 o 50 kilómetros, es que al día siguiente te tienes que levantar y volver a hacerlos y al día siguiente también. El reto consiste en 25 etapas, de las cuales 24 son andando, porque cuando llego al pueblo donde vivo, en Cuenca, hago una jornada de descanso, porque el cuerpo necesita recuperar un poco, pero el resto es a tope y con todo el peso, que es lo peor”.

 


El 6 de mayo llegará a Villamayor, el día 7 descansará y el 8 retoma la marcha arranca hacia Ciudad Real durante diez etapas más hasta Bicena, donde espera llegar el 17 de mayo.

 


Desde El Decano de Guadalajara le deseamos mucha suerte en esta nueva aventura y que cada kilómetro vaya sumando más y más apoyos en la lucha contra esta gran pandemia del siglo XXI.

 

 

 

Vídeos de la noticia

Imágenes de la noticia

Categorías:
Tags:
Powered by WebTV Solutions