A principios de la década de los sesenta del pasado siglo, el agua corriente aun no llegaba a la mayoría de las viviendas en la provincia de Guadalajara, con sus subsecuentes problemas higiénicos y sanitarios.
El Diccionario de la Real Academia Española define el agua como:
"…cuerpo formado por la combinación de un volumen de oxígeno y dos de hidrógeno, líquido, inodoro, insípido en pequeña cantidad, incoloro y verdoso en grandes masas, que refracta la luz, disuelve muchas sustancias, se solidifica por el frío, se evapora por el calor, y más o menos puro, forma la lluvia, las fuentes, los ríos y los mares".
Componente fundamental de todas las formas de vida conocidas, el agua es una parte significativa de entre el 50% y el 90% de la masa de los seres vivos, y casi del 60% en el cuerpo humano, cuyas células están compuestas fundamentalmente por este elemento.
En las viejas leyendas sumerias y babilónicas sobre la creación, recogidas en el Génesis, se dice que ya hay un intento de aproximación a la historia del planeta, de la naturaleza. El texto establece que en el 'caos' primigenio del Universo se estableció un orden: el de la separación de las tierras y las aguas surgiendo de éstas las distintas formas de vida de las que proceden las plantas, los animales y en último término,…el hombre.
La intuición genial acerca de que el agua es el origen de la vida la hallamos también en los filósofos presocráticos como Tales de Mileto (siglo IV a. n. e.), para quien el agua es el origen de todas las cosas que existen. Así nació la primera teoría científica occidental sobre el mundo físico, corroborada mucho tiempo después por la ciencia, ya en el siglo XIX.
Pero la explicación bíblica es también el reflejo de los primeros intentos de la humanidad por aprovechar, por dominar esta sustancia en beneficio propio, como explicara el arqueólogo V. Gordon Childe en su obra 'El origen de la civilización':
"El libro hebreo del Génesis nos ha familiarizado con una tradición bastante más antigua de la condición prístina de Sumeria -un caos en el cual las fronteras entre el agua y la tierra todavía estaban fluidas-. Un incidente esencial en 'la Creación' es la separación de esos elementos. Sin embargo no fue ningún dios, sino los propios protosumerios quienes crearon la tierra: cavaron canales para irrigar los campos y drenar la marisma, construyeron diques y plataformas elevadas por encima del nivel de la inundación para proteger a los hombres y el ganado de las aguas, despejaron las extensiones de juncos y exploraron los canales que las cruzaban. La persistencia tenaz del recuerdo de esta lucha es un indicio del grado de esfuerzo que supuso para los antiguos sumerios. Su recompensa fue una fuente permanente de dátiles, una abundante cosecha de los campos que habían drenado y pastos permanentes para sus rebaños".
En la Península Ibérica, donde la precipitación media anual en 2024 fue de 669,1mm, un 105 por cien de la media normal del periodo de referencia 1991-2020, aunque en el sureste y las Islas Canarias fue inferior al 75 por ciento del valor considerado normal, la preocupación por proveerse de este recurso ha sido una constante a lo largo de su historia.
Eudald Carbonell, codirector de las excavaciones de Atapuerca, asegura que ya los habitantes de esta sierra burgalesa se establecieron allí hace novecientos mil años por la abundancia del líquido elemento, que atraía además a los animales y facilitaba su caza.
Romanos y árabes erigieron acueductos, presas y sistemas de regadío. En el siglo XVIII se construyó el Canal Imperial de Aragón y entre esta centuria y la del XIX, el de Castilla, aunque la penuria de las arcas públicas dejó la construcción de obras hidráulicas en manos privadas, como sucedió con el Canal del Henares, construido por capitales ingleses, proyecto ideado por el ministro ilustrado Pedro de Abarca, bajo el reinado de Carlos III, para obtener una agricultura más productiva mediante el regadío, no siendo ejecutado hasta cien años después por la fuerte oposición de la iglesia y la nobleza a vender sus tierras para este fin.
A principios del siglo XX la edificación de pantanos pasa a ser asunto de la iniciativa estatal, ante la dificultad de conseguir beneficios por parte de la privada.
Los primeros pasos se iniciaron en 1902, con el Plan General de Canales de Riego y Pantanos de Rafael Gasset. En la Segunda República se lanzó en 1933 el Plan Nacional de Obras Hidráulicas, dirigido por el ministro de Obras Públicas, el socialista Indalecio Prieto.
El pantano de El Vado se proyectó antes de la Guerra Civil, planeándose en 1908. Se inició su construcción en 1920, prosiguiéndose hasta el inicio de la contienda, continuaron después hasta su finalización en 1954.
Los embalses de Buendia y Entrepeñas se planificaron también antes de 1936, retomándose el proyecto en 1941. Se levantó desde 1946, siendo una parte de la mano de obra presos políticos y, se inauguraron en 1958 con una capacidad de 835 hm3, lo que dio pie a que durante los años sesenta y setenta se viviera en la comarca un extraordinario auge turístico y urbanístico.
El Trasvase Tajo-Segura se originó en 1932, encargando Indalecio Prieto su realización, que se incluyó en el Plan Nacional de Obras Hidráulicas, al ingeniero Manuel Lorenzo Pardo, quien lo justificó argumentando que la reactivación agrícola del Sureste peninsular sería un activo importante para el progreso del país, importador entonces de productos industriales y cuya balanza comercial se equilibraba con la exportación de cítricos.
Las obras no empezaron hasta 1966 y, en 1979 el agua del Tajo ya llegó a la cuenca del Segura y con ello el comienzo del fin de las expectativas económicas de los pueblos ribereños de los pantanos de Buendía y Entrepeñas, confirmándose una vez más que bajo el capitalismo el desarrollo económico lejos de realizarse de manera armónica y equilibrada entre los distintos territorios, se hace de manera desigual y combinada, concentrándose la riqueza en unos pocos -el agua del trasvase ha proporcionado un beneficio de 2.500 millones de euros al año en la cuenca del Segura -, y condenando al subdesarrollo económico a extensas regiones.
A principios de la década de los sesenta del pasado siglo el agua corriente aun no llegaba a la mayoría de las viviendas en la provincia de Guadalajara con sus subsecuentes problemas higiénicos y sanitarios, y no ha desaparecido de la memoria la imagen del aguador, con su burro y sus cántaros, transportando el agua a las casas. Por otra parte su abastecimiento era un grave problema para cincuenta pueblos por la escasez de fuentes, ubicación de las mismas o conducciones en mal estado.
La propia ciudad de Guadalajara sufrió estas penurias a causa del hundimiento en 1949 de los depósitos que la abastecían, situación que se mantuvo durante bastantes años. La solución a la escasez del líquido elemento -solo había agua en los grifos unas pocas horas al día- vino con la construcción de la presa de Beleña, inaugurada en 1982, que desde entonces suministra el agua a la mancomunidad de Aguas del Sorbe y a la de La Muela.
Un recurso escaso en manos privadas
El agua es actualmente un recurso escaso, siendo potable tan solo un 0,025 por ciento de ella, cantidad cada día menor por la contaminación que sufren ríos y acuíferos. Sus principales fuentes están lejos de las zonas urbanas, donde se concentra la mayoría de la población. Cerca del 36 por ciento de esta (2.400 millones de personas) vive en regiones donde escasea y se calcula que este porcentaje se incrementará al 52 en el año 2050.
El consumo medio de agua de los hogares españoles fue de 128 litros por habitante y día en 2022, un 3,9% menos que en 2020, incrementándose su coste unitario un 0,3%, hasta 1,92 euros por metro cúbico.
El Estado español tiene un 70 por cien de su territorio en peligro de desertificación a causa del crecimiento insostenible del regadío, la explotación de los acuíferos, la degradación del suelo y los periodos de sequía extremos a consecuencia del cambio climático.
Agricultura e Industria utilizan el 82 por cien del agua, si bien muy poca de ella es reutilizada, ya que en España lo es tan solo el 12 por ciento.
La desalación del agua marina sería un recurso importante para combatir la escasez en el Estado español, pero actualmente sus 900 plantas desaladoras están muy desaprovechadas pues se utiliza tan solo el 18 por ciento de su capacidad.
En 2022, según los datos recopilados por la Red Agua Pública (RAP) y la Asociación Española de Operadores Públicos de Abastecimiento y Saneamiento (Aeopas), el 55% del abastecimiento de agua en España se encontraba en manos privadas y, dentro de esa cantidad, el 87% está gestionada por dos únicas multinacionales: Agbar, filial de la francesa Suez, y Aqualia, propiedad de FCC.
En la ciudad de Guadalajara se privatizó el servicio de agua, teniendo mayoría en el Pleno municipal el Partido Popular, llevando a cabo su servicio de abastecimiento, saneamiento y depuración la empresa concesionaria Guadalagua desde el 1 de septiembre de 2009. Ocho años más tarde, el precio del agua se había incrementado en un 50 por ciento.
El reparto actual del agua en el planeta es desigual debido, en parte, a su distribución natural y a que las grandes multinacionales capitalistas se han aprovechado de los recursos hídricos hasta el extremo de que buena parte de la población mundial tiene dificultades para acceder a su consumo.
Los grandes consorcios económicos, en su afán de beneficios, han degradado con su actividad los ecosistemas acuáticos, sin la contrapartida de su regeneración.
El agua, bien común vital para la vida en el planeta y del hombre, no debería estar nunca en manos privadas, ni ser objeto de beneficio para unos pocos y sí en cambio ser gestionada públicamente en interés de la mayoría.
Enrique Alejandre Torija. Investigador de temas históricos, autor de 'El movimiento obrero en Guadalajara. 1868-1939' y 'Guadalajara, 1719-1823.Un siglo conflictivo' y 'La mujer trabajadora en Guadalajara.1868-1939'.
- Agencia Estatal de Meteorología. Aemet. Gobierno de España.
- Diccionario Real Academia Española.
- Gordon Childe, V., 'Los orígenes de la civilización', F.C.E. México. 1996.
- Martos, J.F., Ruiz Rojo, J. A. 'La casa Laurent y Guadalajara. Fotografías, 1862-1902'. Cefihgu Diputación de Guadalajara.2007.
- Soutullo y Somoza, A., 'Estudio climatológico, demográfico y sanitario de la provincia de Guadalajara'. Universidad Complutense de Madrid. (Tesis doctoral).
- https://www.femeninorural.com
- https://www.iagua.es
- Historia y Vida
- Nueva Alcarria