Continúan los cursos de verano de la UNED Guadalajara

Publicado por: El Decano
07/07/2025 01:13 PM
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Imagen: UNED Guadalajara
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La iniciativa surgió de una inquietud historiográfica: la escasa presencia femenina en los procesos de canonización de la Edad Moderna

 


Entre los días 2 y 4 de julio se celebró en el centro asociado de la UNED en Guadalajara el curso de verano titulado "El camino de la santidad femenina. Triunfo y olvido en los procesos, estados y modelos de espiritualidad en la Edad Moderna". Dirigido por la catedrática Esther Alegre Carvajal (UNED) y coordinado por la profesora Alejandra B. Osorio (Wellesley College, Boston), el seminario analizó en profundidad las múltiples y diversas expresiones de santidad femenina entre los siglos XV y XVII, prestando especial atención a los factores sociales, culturales, políticos y religiosos que condicionaron su reconocimiento o silenciamiento.

 

La iniciativa surgió de una inquietud historiográfica: la escasa presencia femenina en los procesos de canonización de la Edad Moderna. Frente a una notable cantidad de varones canonizados, apenas cinco mujeres alcanzaron los altares durante este periodo: Santa Catalina de Siena, Santa Teresa de Jesús, Santa Isabel de Portugal, Santa María Magdalena de Pazzi y Santa Rosa de Lima. El curso abordó tanto los modelos de santidad existentes como las causas de su marginación institucional.

 

Primera jornada: Modelos tempranos de santidad femenina y la figura de María Magdalena

La primera jornada comenzó con la intervención de Rebeca Sanmartín Bastida (UCM), quien abordó el modelo de las llamadas santas vivas castellanas, mujeres que vivieron entre 1400 y 1550. Estas figuras se caracterizaron por su vida ascética, visiones místicas y participación en la reforma de la Iglesia, influenciadas por el modelo italiano de las sante vive. A pesar de su impacto, ninguna llegó a ser canonizada, siendo eclipsadas posteriormente por la figura de Teresa de Jesús.

A continuación, María Morrás Ruiz-Falcó (UPF) centró su ponencia en María Magdalena, figura bíblica cuya cercanía a Jesús, condición de discípula, y su carácter de pecadora arrepentida configuraron un modelo singular de santidad femenina. Morrás destacó su relevancia en la representación pictórica y literaria, así como en la construcción del imaginario religioso sobre la mujer.

 

Segunda jornada (mañana): El caso de Lima y las complejidades de la vida conventual

 

La sesión matutina de la segunda jornada estuvo a cargo de Alejandra B. Osorio, quien explicó cómo Lima, fundada en pleno proceso de colonización, se convirtió en un foco de santidad y espiritualidad. La canonización de Santa Rosa de Lima en 1671 fue impulsada tanto por la religiosidad popular como por intereses políticos del virreinato y de la monarquía hispánica. La ciudad fue presentada como un "monasterio urbano", en el que se articulaba un discurso de poder basado en la santidad.

Ana Morte Acín (Universidad de Zaragoza) ofreció una ponencia centrada en el "oficio de santa" y las motivaciones que llevaban a las mujeres a la vida religiosa, que iban desde la vocación hasta las obligaciones familiares. Morte expuso cómo la vida en los conventos no siempre respondía a una vocación mística, sino también a intereses sociales o económicos. Además, destacó cómo las religiosas participaban activamente en la vida comunitaria, ofreciendo consejos, sanaciones y ejerciendo una forma de liderazgo espiritual y material.

 

Segunda jornada (tarde): Estrategias nobiliarias y construcción biográfica de la santidad

 

La sesión vespertina de la jornada continuó con la intervención de Verónica Zaragoza Gómez (Universidad de Valencia), quien analizó la figura de Luisa de Borja, aristócrata conocida como la Santa Duquesa. Sin haber sido canonizada ni haber tomado los hábitos, Luisa fue objeto de una intensa producción hagiográfica tras su muerte, promovida por su linaje y vinculada al prestigio de su familia, los Borja. Zaragoza expuso cómo esta figura encarnó una forma de santidad aristocrática compatible con el ejercicio del poder, el mecenazgo y la vida cortesana.

Por su parte, Henar Pizarro Llorente (Universidad Pontificia Comillas) exploró la distancia entre la fama de santidad popular y el reconocimiento oficial por parte de la Iglesia. A través de ejemplos como Sor Serafina Andrea Bonastre y Santa María Magdalena de Pazzi, evidenció cómo muchas biografías no culminaban en la canonización, debido a factores como la falta de apoyo institucional o la intervención de la Inquisición.

 

Clausura: El poder de la nobleza en la promoción de la santidad

 

El curso concluyó con dos destacadas intervenciones. Esther Alegre Carvajal ofreció una panorámica sobre el papel de la nobleza en la apropiación de la santidad como símbolo de prestigio y cohesión familiar. A través del caso de Santa Teresa de Jesús y su vínculo con los duques de Pastrana, evidenció cómo la santidad se convirtió en un recurso político y cultural en la Edad Moderna.

Por último, Macarena Moralejo Ortega (UCM) cerró el ciclo con una reflexión sobre los cambios que el Concilio de Trento introdujo en la regulación del culto a los santos. Analizó cómo se forjaban las santidades femeninas a partir de milagros, biografías y prácticas devocionales, y cómo muchas de estas mujeres permanecieron como venerables o beatas en contextos locales, sin llegar a los altares universales de la Iglesia.

Un debate abierto sobre historia, fe y género


El curso permitió abrir un espacio de reflexión interdisciplinar entre historia, arte, teología y estudios de género. Las diversas intervenciones pusieron de manifiesto que la santidad femenina en la Edad Moderna no puede entenderse sin considerar las tensiones entre espiritualidad, poder, misoginia institucional y cultura visual. Así, esta formación no sólo recuperó figuras olvidadas del pasado, sino que invitó a repensar los mecanismos de legitimación religiosa y cultural a lo largo de la historia.

 

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