“Ha sido un evento muy entretenido. De hecho, que existan este tipo de alternativas es algo muy positivo para el estímulo de la literatura en Guadalajara”
La capital arriacense está acogiendo iniciativas muy innovadoras. Y para muestra, lo ocurrido el pasado viernes, 18 de julio, en Mareta. Este espacio cultural, situado en la plazuela de don Pedro, 1C –justo al lado del Mercado de Abastos–, impulsó un truque de libros, al que acudieron varios ciudadanos caracenses. Fue una propuesta en la que los asistentes debían llevar una obra que ya hubieran leído y, a cambio de dejarla, podían irse a casa con otro título de segunda mano, al que todavía «no le hubieran hincado el diente». “De esta forma, queremos estimular la cultura, mientras damos una segunda vida a los compendios literarios”, indicaba Víctor Gochi, uno de los gerentes de la librería.
Así, la concurrencia perpetuaba la existencia de las publicaciones, al tiempo que establecían conversaciones con otros asistentes al acto. “Ha sido un evento muy entretenido. De hecho, que existan este tipo de alternativas es algo muy positivo para el estímulo de la literatura en Guadalajara”, explicaban Pilar Martínez y Ángeles García, dos de las presentes en el trueque de libros del pasado viernes, 18 de julio. “Estamos muy contentos con el resultado de la idea. Es un evento que reeditaremos en ocasiones venideras”, añadía Julio Martínez, otro de los gerentes de la referida librería y cabeza visible de Océano Atlántico Editores.
Por ello, “si tienes un libro que te hizo reír, llorar o soñar, no dudes en darle una segunda vida a esa historia”, subrayaban desde Mareta. “Las letras no caducan nunca… ¡Sólo cambian de lector!”. Con propuestas como la mencionada, “además de difundir la cultura mediante la literatura, también pretendemos dinamizar el casco histórico e infundir entre la ciudadanía el amor por la cultura y el medio ambiente”, confirmaban Víctor Gochi y Julio Martínez, responsables del espacio organizador.
Mareta “se refiere al movimiento de las olas del mar cuando empiezan a levantarse con el viento o a sosegarse después de la borrasca”, explican desde la Real Academia de la Lengua Española. Precisamente, los responsables de la idea han utilizado dicho término para remitir al agua del mar que une a España y México, las dos realidades nacionales que se busca unir mediante dicha propuesta. Una filosofía que también es compartida por Océano Atlántico Editores, el sello con el que el espacio cultural aludido se encuentra hermanado.