El pasado fin de semana, Guadalajara se ‘colgó’ la triste medalla de ser la provincia de Castilla-La Mancha en la que más positivos se registraron en las pruebas de alcoholemia realizadas por la Guardia Civil en nuestras carreteras. De casi 2.400 conductores, 29 superaron los límites de alcohol permitidos, tres de ellos jóvenes menores de 25 años. Y lo peor de todo es que no es la primera vez que ocurre.
A más de uno le parecerá que sólo representa el 1,2% del total de pruebas, pero se trata de 29 personas que han puesto en riesgo su vida y, lo que es peor, la de los demás.
Alcohol, drogas y carretera son una combinación que resulta letal. La Dirección General de Tráfico pone en marcha todos los años campañas específicas para concienciar a la población de que la única tasa segura es 0,0%. Lamentablemente, a día de hoy, el alcohol es el segundo factor más habitual en los siniestros de tráfico, especialmente en los que registran víctimas mortales.
En verano, la provincia de Guadalajara bulle en fiestas. Durante los meses de julio, agosto y septiembre, fin de semana sí y fin de semana también, se suceden festejos patronales, eventos taurinos, festivales temáticos y musicales, etc. De esta manera se multiplican los desplazamientos por carretera. Y aumenta el riesgo.
Son demasiados los que se suben al coche ‘pasados de copas’ y de otras sustancias aún a sabiendas de que no sólo están poniendo en riesgo su vida y la de sus acompañantes, sino la de otros conductores responsables que, sin haber ingerido alcohol, pueden convertirse en víctimas de la irresponsabilidad de otros.
El colmo de estas actitudes -que no olvidemos son delitos- es la proliferación de grupos de WhatsApp que advierten a otros conductores de la presencia de controles de la Guardia Civil. Se trata de una falsa solidaridad entre coleguillas ebrios con el objetivo de sortear las sanciones, que pone en peligro al resto de usuarios de las vías públicas y que tira por tierra los esfuerzos de las autoridades para reducir la siniestralidad y las muertes evitables en la carretera.
Es alcohol es la segunda causa de los accidentes de tráfico, sólo por detrás de las distracciones. Coger un vehículo después de haber consumido alcohol u otro tipo de drogas tiene consecuencias fatales. En el mejor de los casos, está penado con una sanción administrativa y la retirada de puntos. En el peor, con penas de cárcel.
Actualmente, a propuesta del PSOE, se está tramitando en el Congreso de los Diputados la reforma de la Ley que propone reducir al 0,1 miligramos por litro de aire espirado la tasa máxima de alcohol permitida al volante, con el fin de reforzar la seguridad en las carreteras y disminuir el número de heridos y muertos. Es además una vieja petición de las asociaciones de víctimas y de seguridad vial.
Las conductas irresponsables no sólo se producen los fines de semana y en los periodos vacacionales: Día a día son numerosos los conductores sancionados por superar las tasas permitidas. Hay casos que claman al cielo, como el ocurrido a finales de 2024 en la provincia, cuando la Guardia Civil inmovilizó el autobús escolar de la línea Yebes-Valdeluz tras comprobar que el chófer dio positivo en alcohol. El colmo de la imprudencia y la temeridad.
Cabe destacar que las medidas del Gobierno y la campañas de prevención y detección son absolutamente necesarias en un país que tiene excesivamente normalizado el alcohol, protagonista en citas sociales, comidas familiares y de empresa o eventos públicos. Ello está repercutiendo en que los jóvenes no lo vean como la droga que realmente es y utilicen la bebida como vía de socialización entre iguales.
Según los datos del Ministerio de Sanidad, en España el porcentaje de jóvenes y adolescentes que beben alcohol desde edades muy tempranas es muy elevado, rebajándose la edad de los primeros consumos hasta los 12 y los 13 años. Más de 75% de los adolescentes de entre 14 y 18 años ha consumido alcohol alguna vez en su vida y la mitad de ellos cree que emborracharse o consumir 4 ó 5 copas durante los fines de semana se encuentra dentro de lo normal. Y no olvidemos que los jóvenes y adolescentes de hoy serán los conductores del mañana.
En 2023, la DGT puso en marcha una impactante campaña de seguridad vial bajo el lema ‘Vamos a contar mentiras’, protagonizada por niños que cantaban una versión de aquella vieja canción con las frases "Yo controlo", "Sólo ha sido una copa", "Vivo a cinco minutos" o "Con dos no das positivo", al tiempo que podía verse a adultos consumiendo alcohol en distintas situaciones. El final del vídeos era realmente impactante.
Conducir bajo los efectos del alcohol destroza vidas. Hacemos nuestra una de las frases aquella campaña de 2023 que tampoco pareció surtir efecto: "Solo 0 tiene 0 consecuencias". No lo olviden.