Los arriacenses han mostrado un gran interés por el devenir pretérito de las logias. Algo que se pudo comprobar este jueves, 24 de julio, cuando se llenó el salón de actos de Mareta, un espacio cultural situado en la plazuela de don Pedro, número 1, a muy pocos metros del Mercado de Abastos. Allí se presentó el libro «Iniciación a la Masonería. Un recorrido a la historia de las logias del mundo», de Julio Martínez. El autor, durante la cita, no sólo habló de los detalles del título, sino que –también– ofreció una charla sobre el pasado de esta entidad, que cuenta con más de 300 años a sus espaldas.
La conferencia desgranó la trayectoria de esta sociabilidad dieciochesca, que se constituyó como una entidad para canalizar las querencias de ciertos sectores sociales para participar en la escena pública. Todo ello, en un contexto estamental, en el que –únicamente– el uno o dos por ciento de la población –según el territorio– tenía la oportunidad de formar parte de las decisiones políticas. El resto de la población –más del 98%, que coincidía con los «no privilegiados»– únicamente contaba con la alternativa de pagar impuestos, sin poseer ninguna influencia sobre la toma de decisiones.
Precisamente, las logias, junto con otras sociabilidades similares –como las academias o las sociedades de amigos del país–, intentaron solventar este problema. Reunieron –en su seno– a las personas con ganas de participar en la cosa pública, pero que no contaban con el derecho de hacerlo. Sin embargo, “de aquello han pasado más de 300 años y tanto la sociedad como la Masonería se han transformado de forma manifiesta”, confirmaba Julio Martínez. Por ello, durante el evento del pasado jueves, se desgranaron todos estos detalles y cambios, así como la «leyenda negra» que –a lo largo de los años– ha vapuleado a la organización.
Incluso, se realizó un repaso a la historia masónica de Guadalajara, donde llegó a haber presencia iniciada femenina. Algo que ocurrió en la logia «Caracense, número 244», radicada en la capital provincial durante el último tercio del siglo XIX. En la misma, que contaba con 36 miembros –un número muy llamativo en el contexto demográfico del momento–, cuatro eran mujeres. Una circunstancia única a nivel nacional, que generó preguntas entre los asistentes.
“He intentado hacer un acercamiento certero a lo que –en realidad– ha supuesto la mencionada organización desde que a inicios del siglo XVIII –más concretamente, el 24 de junio de 1717– adoptase su fórmula actual, la «especulativa»”, enfatizaba el autor tras la charla. Por ello, Julio Martínez analizó los principales conceptos y procesos históricos relativos a dicha sociabilidad, como su expansión internacional, su relación con la mujer, las iniciativas educativas que impulsaron sus componentes, el impacto del librepensamiento en el seno de las logias, y, cómo no, la persecución a la que sometieron a la Cofradía tanto las religiones como los regímenes dictatoriales.
Una represión que fue el origen de la «leyenda negra» que pervive a día de hoy en torno a la organización. Estas realidades se pueden encontrar en «Iniciación a la Masonería. Un recorrido a la historia de las logias del mundo», el libro que se presentó ayer, y que se puede encontrar en la tienda virtual de Océano Atlántico Editores –a través del siguiente enlace– o en Mareta, un espacio cultural domiciliado en la plazuela de don Pedro, 1C, en pleno centro de la ciudad.