En la Sierra de Ayllón se encuentra la montaña del Alto Rey de su Majestad (1852 ms) y sobre ella, dentro del término de Bustares, una pequeña ermita del siglo XVIII, aunque los vestigios de existencia de la misma son mas antiguos. Según la tradición, está abierta noche y día para que en caso de frío o tormenta o cualquier causa que se produjera y fuera necesario, los pastores o transeúntes pudieran refugiarse en ella.
Se dice que la misma perteneció a los caballeros del Temple, pero no existe documento alguno que lo atestigue, aunque podía pertenecer a los monjes de la Cofradía de San Agustín, que se establecieron hacia 1197 en la zona e inciaron la construcción de la Iglesia de Santa Coloma de Albendiego.
Desde tiempos remotos, al menos desde el siglo XVI, los pueblos de la Serranía, Bustares, Albendiego, Aldeanueva de Atienza, El Ordial, Gascueña de Bornova, Las Navas de Jadraque y Prádena de Atienza hacían una romería de manera invidualizada y unificada a partir de 1940 a la que acuden con sus cruces parroquiales y banderas llevando la imágenes de la ermita del Alto Rey de Su Majestad y de Nuestra Señora de los Ángeles al lugar donde se celebra la misa de campaña. Romería que se celebra actualmente el primer sábado del mes de septiembre.
Yo había oído desde mi infancia hablar a mi madre de esa ermita, la más cercana al cielo por la altitud en que se encuentra de toda la provincia, ya que mi abuelo había nacido en Miedes de Atienza, en el palacio de los Beladiez, que mi bisabuelo Faustino, también farmacéutico, había comprado hacia 1875 y ahora se encuentra en él ubicada la Casa Consistorial del municipio y desde allí, en caballería, siendo una niña, había acudido a la romería.
En 1985, la Diputación, presidida por Francisco Tomey desde 1983 y en la que yo tenía el honor de ser vicepresidente, teníamos como uno de nuestros primeros objetivos el de conservar o si se habían perdido o estaban en peligro recuperar las tradiciones y costumbres de nuestra provincia y dar a conocer vivas o fallecidas a las personas más preclaras de las mismas. Pues bien, ese año vinieron a verme Pedro Vacas con otros vecinos de Bustares, quienes me expusieron los problemas que tenían para la celebración de la romería. Escuché con el máximo interés lo que me decían y con el espíritu siempre abierto como hacíamos con todos los municipios que nos visitaban para tratar de ayudarles. Así lo hizo la Institución provincial.
Pedro Vacas Moreno, cronista de la Sierra Norte y conocedor como nadie de esas tierras y de Bustares -pueblo en el que había nacido- escribió en uno de sus libros sobre el Alto Rey algo que, aín con los matices ya que lo hice desde el cargo que ocupaba y en defensa de una tradición como la centenaria romeria, me satisfizo porque me traía también recuerdos de mi familia y de cuando acudían a la misma. Me agradecía que "impulsara, junto con el sacerdote Arturo Egido, una romería que en aquellas fechas estaba en franca decadencia y con indicios de desaparecer".
Ese año, el 8 de septiembre, tuve el honor de ser el primer pregonero de la romería a la que he acudido todos los años, dando las tres vueltas a la ermita pidiendo un deseo durante el recorrido, excepto aquellos en que como alcalde de Guadalajara (1992-2003), siendo en esas fechas la festividad de la Patrona Nuestra Virgen de la Antigua, me coincidían con actos que tenía que presidir o me obligaban mis responsabilidades con la ciudad.
Casi un año más tarde, el 10 de agosto de 1986, pregoné desde la segunda ermita más cercana al cielo de nuestra provincia (1437 ms) las fiestas de Nuestra Señora de la Torre de Peñalén, a pesar de la distancia a Bustares -cerca de 150 kms- era un día claro y desde allí se divisaba la mole maciza del Pico Ocejón y más al norte el Alto Rey. me acordé de la Montaña Sagrada desde este también monte santo y de las leyendas de aquella. Una de ellas de cómo se produjo su origen, cuénta la leyenda que el Señor y brujo de una tribu prerromana enviudó y tuvo que hacerse cargo de su tres hijos, los cuales con envidia y codicia intentaban quedarse con las riquezas que poseía en tierras de las actuales provincias de Guadalajara, Soria y Zaragoza, por lo que les cargó con una maldición eterna de manera que pudieran verse pero no hablarse convirtiéndolos en tres montañas: Moncayo (2314 m.) al mayor, Ocejòn (2049m.) al mediano y al pequeño Alto Rey (1858 m.).
Otra leyenda relata que bajo la ermita del Alto Rey hay una cueva en la que caían gotas de aceite procedente de su altar, que se encargaba de coger el ermitaño para encender el candil que iluminaba la mencionada ermita. Pero unos dicen que el propio ermitaño y otros que un pastor untó el pan en aceite para comérselo y desde entonces dejó de caer aceite y agua como sucede en la actualidad.
Y alguna leyenda más como la del gato que guardaba la ermita por la noche y se escondía por el día entre unas ruinas cercanas donde estaba la calavera con piel de un hombre muerto y...
Las ermitas del Alto Rey en Bustares y la de Nuestra Señora de la Torre en Peñalen son reflejo de la religiosidad, belleza y tradiciónes de nuestra provincia que siempre debemos de conservar.
José María Bris Gallego. Funcionario del Estado. Diputado del Congreso con UCD (1979-1982) Senador con el PP (1986-2000) Vicepresidente de la Diputación Provincial (1983-1987) Alcalde de Guadalajara (1992-2003) Diputado Regional (2003-2011)