El equipo alcarreño firmó una victoria de prestigio en Ponferrada (1-3) y encadena tres triunfos consecutivos que le consolidan como uno de los equipos más en forma del Grupo I de Primera RFEF en este arranque de competición
El CD Guadalajara vive un arranque soñado en su regreso al fútbol de bronce. En la cuarta jornada, los de Pere Martí visitaban un escenario tan histórico como El Toralín para medirse a la Ponferradina, un rival de peso y aspirante a todo. Lejos de intimidarse, el cuadro morado volvió a exhibir personalidad, eficacia y un notable ejercicio colectivo para imponerse con claridad por 1-3.
El duelo comenzó con dominio local. La Ponfe, empujada por su afición, buscó el área de Zarco con insistencia durante los primeros compases, aunque sin generar ocasiones claras. Poco a poco, el Guadalajara se fue asentando sobre el césped y, pasada la media hora de juego, golpeó primero: Samu Mayo aprovechó un balón dentro del área para marcar el 0-1 y poner a los suyos por delante antes del descanso.
En la reanudación, la Deportiva salió decidida a igualar y lo consiguió al filo de la hora de juego, con un tanto que devolvía las tablas y reavivaba el encuentro. Sin embargo, este Dépor no se arruga. Pere Martí agitó el banquillo y el equipo respondió con entereza, combinando con fluidez y buscando la portería rival. El premio llegó en el minuto 83, cuando Pablo Muñoz culminó una gran acción colectiva para establecer el 1-2.
Ya en el tiempo añadido, con la Ponfe volcada en ataque, apareció la figura de Salifo. El delantero cedido por el Tenerife, que ya se ha convertido en uno de los referentes ofensivos del equipo, cazó un balón para sentenciar el choque con el definitivo 1-3 en el minuto 95.
El pitido final confirmó la tercera victoria consecutiva del Guadalajara, que suma 9 de los 12 puntos posibles en este inicio liguero y se asienta en la zona noble de la tabla. Más allá de los números, el equipo transmite confianza, madurez y una identidad reconocible que está ilusionando a la afición alcarreña.