Con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, que se conmemora este 10 de octubre, Comisiones Obreras de Castilla-La Mancha ha puesto el acento en “la importancia y la necesidad de incorporar de manera efectiva los riesgos psicosociales en la gestión preventiva en las empresas” y de que “la salud mental forme parte de la vigilancia de la salud de las personas trabajadoras”. Así lo ha manifestado el sindicato en un comunicado de prensa difundido hoy.
CCOO CLM ha recordado que los riesgos psicosociales, derivados de la organización del trabajo, “tienen efectos nocivos sobre la salud de las personas trabajadoras, provocando estrés, depresión o el denominado síndrome de estar quemado”. En este sentido, la secretaria de Diálogo Social y Salud Laboral de CCOO CLM, Raquel Payo, ha advertido de que “una persona que en su empresa está sometida a unas condiciones laborales precarias, elevados ritmos de trabajo, altas exigencias o bajas compensaciones —como bajos salarios o falta de reconocimiento— tiene mayores posibilidades de sufrir este tipo de patologías de índole mental”.
Según datos de la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo, el 29% de las personas trabajadoras de la Unión Europea padece estrés, depresión o ansiedad, un porcentaje que en el caso de España asciende al 40%.
El sindicato ha subrayado que la evidencia científica muestra una clara relación entre factores como “las altas exigencias cuantitativas, la baja autonomía, la imposibilidad de aplicar habilidades y conocimientos en las tareas o la inseguridad en el empleo” y un mayor riesgo de padecer trastornos mentales.
Así, CCOO CLM señala que “una persona trabajadora que está expuesta a altas exigencias laborales y bajo control aumenta un 77% el riesgo de padecer depresión y un 16% las posibilidades de consumir psicotrópicos”. Además, “la inseguridad laboral, la preocupación por la pérdida de empleo o los cambios en las condiciones de trabajo, incrementa un 61% las probabilidades de sufrir depresión, un 77% las de padecer ansiedad y un 30% las posibilidades de consumir psicotrópicos”.
De igual modo, “las altas exigencias cuantitativas junto con las bajas compensaciones económicas o de reconocimiento incrementan hasta el 66% el riesgo de depresión; la violencia o las amenazas en el trabajo aumentan un 42% el riesgo de depresión y un 49% los trastornos del sueño; y el conflicto entre trabajo y familia incrementa hasta el 26% el consumo de psicotrópicos”.
En base a estos datos, el sindicato ha destacado que “entre el 11% y el 27% de los trastornos y las enfermedades mentales en España podrían prevenirse si se eliminara la exposición a estos daños y se modificaran las condiciones laborales que los provocan”.
CCOO CLM ha insistido en su llamamiento a las empresas “a incorporar los riesgos psicosociales en la gestión preventiva”, recordando que la Ley de Prevención de Riesgos Laborales establece que “el empresario deberá garantizar la seguridad y la salud de los trabajadores a su servicio en todos los aspectos relacionados con el trabajo”.
En este sentido, el sindicato ha recordado que “estos riesgos derivados de la organización del trabajo y las patologías que de ellos se derivan se dan en todos los sectores productivos”, pero ha alertado de que “existe un importante sesgo de género, pues se concentran en sectores más precarizados y muy feminizados, siendo una vez más las mujeres quienes se ven más afectadas”.
“Está claro que la exposición a riesgos psicosociales en el entorno laboral condiciona la salud mental, por lo que es fundamental evaluarlos y prevenirlos, adoptando las medidas necesarias para proteger la salud de las personas trabajadoras, una obligación empresarial”, ha subrayado Payo.
Por último, CCOO CLM ha advertido de que “la atención a la salud mental no está dentro de la contingencia profesional”, lo que implica que “las bajas laborales se tramitan como contingencias comunes y solo en los casos en los que está claro que hay un déficit preventivo en la empresa y se reconoce su origen laboral se declaran como accidente de trabajo, pero no como enfermedad profesional”.