El conjunto alcarreño logra su primera victoria de la temporada tras imponerse por 29-34 en una de las pistas más difíciles de la Liga ASOBAL, guiado por un enorme Nico García bajo palos y el acierto de Martín Ganuza
El SANICENTRO BM Guadalajara ya sabe lo que es ganar esta temporada. Lo hizo este sábado en O Gatañal, una de las canchas más exigentes de la Liga NEXUS ENERGÍA ASOBAL, tras firmar una sobresaliente actuación ante el Frigoríficos del Morrazo Cangas (29-34). Una victoria trabajada, de carácter y fe, que permite a los de Juan Carlos Requena romper la mala dinámica inicial y sumar por fin los dos primeros puntos del curso.
El inicio no fue sencillo. Los locales salieron en tromba, con un 4-0 que obligó al técnico almeriense a parar el partido a los cinco minutos. A partir de ahí, el equipo se reencontró con su mejor versión: defensa sólida, portería segura y velocidad en las transiciones. El capitán José Luis Román abrió la lata, Chiuffa y Ganuza comenzaron a sumar, y Nico García empezó a levantar un muro en la portería que desesperó a los gallegos.
Al descanso, el marcador (16-15) ya reflejaba la igualdad de un partido que empezaba a girar a favor de los morados, que vestían de amarillo para la ocasión.
Reacción y madurez en la segunda parte
En la reanudación, el conjunto alcarreño dio un paso al frente. Ganuza asumió galones en ataque, firmando ocho goles en total, y Nico García continuó con intervenciones decisivas para mantener la ventaja. A falta de diez minutos, el SANICENTRO mandaba 24-28 y supo jugar con inteligencia los compases finales para asegurar el triunfo (29-34).
El vestuario celebró el resultado como una liberación. Después de cuatro jornadas sin sumar, el equipo demostró que la confianza y el trabajo empiezan a dar fruto, dejando atrás la ansiedad que les había acompañado en los inicios de la Liga.
Requena empieza a ver su sello
El técnico Juan Carlos Requena apostó por una defensa más compacta y una circulación rápida en ataque, decisiones que resultaron claves. Pese a no poder contar con Diego Vera y a reservar minutos de Fabio Chiuffa, el grupo respondió con madurez, aprovechando la profundidad del banquillo y el empuje de jugadores como Santi Simón (5 goles) o Marcos Dorado, clave en el tramo central del encuentro.
Un triunfo que vale más que dos puntos
Más allá del marcador, la victoria supone un punto de inflexión emocional. El equipo se quita de encima la presión de no haber ganado todavía y refuerza su confianza antes de afrontar un mes de octubre exigente, con partidos ante rivales directos por la permanencia.
El David Santamaría volverá a abrir sus puertas la próxima semana, con un ambiente que promete ser de fiesta. La afición morada esperaba este despegue, y el equipo ha respondido con un golpe de autoridad en uno de los escenarios más duros de la competición.