REPORTAJE. México debe profundizar en la protección de la avifauna. El quetzal, en peligro

19/10/2025 08:00 AM
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Se trata de una de las especies más representativas de la región, cuya supervivencia es motivo de preocupación

 

La sociedad es -cada vez- más consciente de la inestabilidad que posee el equilibro ambiental. Los ecosistemas son muy sensibles a la más mínima alteración. Se conforman como una maquinaria perfecta, en la que todos los componentes cuentan con una función relevante, que hace que los otros eslabones se desempeñen de manera conveniente.

 

Por ello, si se desvanece uno, el resto se pueden ver damnificados. Sin embargo, "no fue hasta finales del siglo XX cuando los poderes públicos y los ciudadanos nos empezamos a preocupar por la extinción tanto de la flora como de la fauna", asegura Raúl Ortiz Pulido, de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, México (UAEH), en su trabajo '¿Qué especies de aves están en riesgo en México?'.

 

Se ha estimado que las especies de la Tierra están desapareciendo entre cien y mil veces más rápido de lo normal, según se expone en la investigación 'Pinpointing and preventing imminent extinctions'. A este ritmo, en apenas 300 años se alcanzaría "el nivel de extinción masiva", tal y como se asegura en el estudio 'Has the Earth’s sixth mass extinction already arrived?'. Incluso, las previsiones empeoran en determinados segmentos. "De continuar la tendencia actual de destrucción ambiental, podrían perecer el 75% de las aves del mundo", añade Ortiz Pulido.

 

Raúl Ortiz Pulido, profesor investigador del Área Académica de Biología, de la #UAEH,
Raúl Ortiz Pulido, profesor investigador del Área Académica de Biología, de la UAEH//Imagen: oficial_uaeh Instagram.

 

Unas cifras preocupantes

 

Y para muestra, México, donde se observa una gran cantidad de avifauna en peligro. Desde la UAEH se indica que "655 especies se han considerado en alguna categoría de riesgo, pero, a pesar de ello, sólo 297 de las mismas están protegidas por ley y únicamente para 229 se han reportado acciones que promuevan su conservación". En cuanto a su evolución demográfica, "415 presentan poblaciones en declive, 100 tienen comunidades estables, 36 se incrementarían, cuatro están extintas y 100 no arrojan datos suficientes para definir su tendencia".

 

En cambio, otras instancias son más optimistas. Birdlife internacional reduce a 69 los grupos de aves mexicanas "globalmente amenazadas", de las que sólo una decena se hallan en peligro crítico, mientras que 415 -de un total de 1.100 en México- cuentan con poblaciones en descenso. No obstante, se siguen haciendo estudios en este sentido, ya que todavía "es difícil determinar cuántos grupos se encuentran en algún estado de riesgo", explica Raúl Ortiz Pulido.

 

Esta situación se debe, entre otras causas, "a la escasez de especialistas, a un limitado trabajo de campo, a un escaso presupuesto y a la falta de voluntad política, de análisis profundos y de concordancia taxonómica entre fuentes". En cualquier caso, las cifras son preocupantes, ya que una gran cantidad de avifauna podría desaparecer si no se cambian las dinámicas actuales.

 

Entre las razones de este declive destaca el deterioro de los ecosistemas, debido a la expansión y la intensificación de la agricultura, a los desmontes masivos de bosques, a la agresividad de las especies invasoras o a la caza furtiva. Asimismo, el calentamiento global se constituye como una amenaza de primer orden para la supervivencia de muchas especies. Los episodios meteorológicos extremos afectan a millones de ejemplares, incapaces de adaptarse a las nuevas condiciones sobrevenidas. "El cambio climático está impactando significativamente a las aves y constituye una amenaza de rápido crecimiento", indican desde la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

 

Además, no se pueden olvidar otros factores, como el crecimiento de las infraestructuras de producción de electricidad renovable -y de las líneas de abastecimiento asociadas-. Los aerogeneradores están ocasionando un fuerte impacto sobre estas comunidades. Algo que ocurre con mayor gravedad si estos complejos se instalan en medio de las rutas migratorias de dichas especies.

 

Por ello, en México están implementando una serie de acciones “variadas” de conservación. Las mismas abarcan desde la investigación básica y aplicada, a la vinculación de la sociedad con el problema, mediante consultorías a empresas, ONG´s y gobiernos; pasando por la divulgación y la educación ambiental; la restauración de los ecosistemas; la reintroducción de especies; y por la asesoría en la elaboración y el refuerzo de leyes que protejan a las mencionadas poblaciones.

 

Sin embargo, no todo es oro lo que reluce. "Aún cuando diversos ornitólogos e investigadores en México están realizando un gran esfuerzo por asegurar la supervivencia de la avifauna del país, el trabajo que se hace [por parte de los poderes públicos] en favor de la conservación no está distribuido equitativamente ni a nivel de especie, ni de grupos de especies. Ni tan siquiera, desde la perspectiva geográfica", explican desde la UAEH. Queda mucho por hacer.

 

"Se debe formar a estudiantes e incentivar a los especialistas a investigar sobre el tema allí donde se distinga una carencia de esfuerzos de conservación", asegura Ortiz Pulido. Dicha implicación "permitirá que en los siguientes años se obtenga la información suficiente para planear la preservación de la avifauna". De esta forma, "se podrá definir su estatus de protección y evaluar las estrategias a seguir para su preservación".

 

El caso del Quetzal

 

Una de las especies más representativas de la región es el quetzal (Pharomachrus mocinno), que habita gran parte de Centroamérica, desde el sureste de México hasta el noreste de Panamá. Su supervivencia es motivo de preocupación. La situación general de la misma es de bajo riesgo -existen poblaciones numerosas en algunas zonas-, aunque en muchos territorios -como en la República mexicana- se la considera oficialmente en peligro de extinción.

 

"La Reserva de la Biósfera El Triunfo, en México, la Sierra de las Minas, en Guatemala, y algunos sitios de Costa Rica podrían contener 100 parejas reproductivas, mientras que en Panamá la abundancia de individuos es tres veces mayor que en territorio mexicano", explican desde la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) del país azteca.

 

 

Entre las amenazas a las que deben de hacer frente el quetzal se halla el tráfico ilegal, ya que se encuentra muy demandado como 'especie de ornato'. Todavía hoy, muchas personas demandan uno de estos ejemplares como mascota. O, simplemente, se requiere parte de su plumaje como elemento decorativo.

 

Asimismo, también está sufriendo la destrucción de sus hábitats. Según datos de la Universidad Iberoamericana, sus ecosistemas se han visto restringidos en más de un 78% en apenas cuatro décadas. "Los bosques de niebla, principales áreas de distribución del quetzal, son cada vez más reducidos. En los mapas sólo aparecen 21 pequeñas inserciones desde el sureste de México hasta Panamá", señalan desde la Semarnat.

 

Un proceso de fragmentación de los ecosistemas que, principalmente, es consecuencia de la deforestación. La misma se produce en un ratio de entre 0,32% y el 0,92% anual en la región, confirman Javier Adolfo Reynaud, Miriam Elizabeth Sorto Sabillón y Allan Francisco Padilla Barahona, en 'Abundance of the Resplendent Quetzal Pharomachrus mocinno (Trogoniformes, Trogonidae) in the tourist sector of a cloud forest reserve'.

 

Así, esta pérdida de conectividad entre su área de reproducción y de migración podría ejercer más presión sobre las poblaciones del quetzal. Una circunstancia que ha acabado afectando a la distribución de la especie. "Sus actuales amenazas y el panorama futuro al que se enfrenta son preocupantes, por lo que se deben implementar acciones y estrategias para su conservación, que involucren a todos los actores en su propia preservación y en la de su hábitat".

 

Imagen: D. Hatcher.
Imagen: D. Hatcher.

 

Pero, ¿cuál es la relevancia real Pharomachrus mocinno? Su impacto viene de lejos. Fue considerado sagrado por las civilizaciones maya y mexica, que lo consideraban un símbolo de vida, fertilidad y abundancia. En este contexto, su plumaje era muy apreciado, llegando a ser utilizado como decoración de dignatarios civiles y religioso prehispánicos. E, incluso, se encontró asociado al dios Quetzalcóatl, estableciéndose como el ave nacional de Guatemala. De hecho, da nombre a la actual moneda del país.

 

El quetzal es de pequeño tamaño -mide unos 35 centímetros- y pertenece a la familia de los trogones (trogonidae). Los machos se distinguen por su intenso colorido, en el que destacan el verde metálico de su lomo y penacho, y el intenso rojo de su pecho y abdomen. Su pico, en cambio, es amarillo, mientras que su cola es de importantes dimensiones, pudiendo medir hasta 65 centímetros durante la reproducción, que –en México– tiene lugar entre marzo y abril. Sin embargo, la mencionada especie se define por su dimorfismo sexual. La hembra carece de penacho, presenta un plumaje grisáceo, su pico es negro y la cola es mucho más corta.

 

Se desenvuelve en ecosistemas boscosos tropicales y subtropicales, donde presenta una dieta omnívora, en la que destacan los frutos y, más concretamente, los aguacatillos silvestres. También ingiere insectos, moluscos, lagartijas y ranas. Anida en los agujeros de los troncos, donde las hembras ponen de dos a tres huevos por año. Ambos padres se turnan en la incubación, un proceso que se prolonga durante 18 días. Tras la reproducción, comienza su periplo migratorio hacia emplazamientos de menor altitud.

 

Mayor protección

 

En consecuencia, nos encontramos ante una riqueza ambiental de primer orden, que también ha dejado huella en el imaginario colectivo. Por tanto, no sólo se debe seguir trabajando en una mayor protección del quetzal, sino de la totalidad de la avifauna mexicana. Un esfuerzo que ha de ser conjunto. "Ahora bien, si se incrementa el número de especies legalmente protegidas, es posible que los pocos recursos económicos y humanos disponibles para este fin se limiten aún más", indica Raúl Ortiz Pulido. Empero, "un enfoque excluyente, como el de dirigir todas las acciones de conservación a un grupo reducido de aves, puede ser contraproducente".

 

Por ello, los especialistas solicitan que se intensifiquen estos compromisos. "Aún cuando existen motivos para creer que las propuestas de conservación se están incrementando en México, esas acciones son insuficientes y aún falta trabajo por realizar". Además, "es necesario que los actores políticos, judiciales y empresariales se comprometan a apoyar su conservación y, en particular, a evitar actos de corrupción que afecten a las especies protegidas, […] tales como la construcción de complejos hoteleros o el levantamiento de parques eólicos en zonas donde se distribuya una especie en riesgo", reclaman desde la UAEH.

 

Por ello, se ha de contar con una perspectiva amplia en la que se involucren todos los sectores sociales, y que permita mirar al ecosistema como un conjunto, donde la totalidad de las especies desempeñan un papel relevante. Es la única forma de proteger y conservar al entorno natural, y a todos los elementos que lo conforman. Al fin y al cabo, y como dijo el filósofo y médico andalusí Averroes: "En la naturaleza nada hay superfluo".

 

Imagen: Gail Hampshire.
Imagen: Gail Hampshire.

 

Bibliografía

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- García Reynaud, J. A., Sorto Sabillón, M. E., Padilla Barahona. A. F. 'Abundance of the Resplendent Quetzal Pharomachrus mocinno (Trogoniformes, Trogonidae) in the tourist sector of a cloud forest reserve', Neotropical Biology and Conservation, 17, 1, 2022, pp.: 29-38

- ORTIZ PULIDO, R. '¿Qué especies de aves están en riesgo en México?', Huitzil, 19, 2 (julio–diciembre) 2018.

- Ricketts, T.H., E. Dinerstein, T. Boucher, T.M. Brooks, S.H. Butchart, M. Hoffmann, J.F. Lamoreux, J. Morrison, M. Parr, J.D. Pilgrim, A.S.L. Rodrigues, W. Sechrest, G.E. Wallace, K. Berlin, J. Bielby, N.D. Burgess, D.R. Church, N. Cox, D. Knox, C. Loucks, G.W. Luck, L.L. Master, R. Moore, R. Naidoo, R. Ridgely, G.E. Schatz, G. Shire, H. Strand, W. Wettengel, E. Wikramanayake. 2005. 'Pinpointing and preventing imminent extinctions', Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America, 102, 51, 2005, pp.: 18.497–18.501.

- VV.AA. 'El quetzal, una maravilla ancestral', Kiwanja, Universidad Iberoamericana. 3, 18 (mayo) 2007.

 

Julio Martínez García. Periodista y editor. 

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