El combinado alcarreño quiere seguir creciendo a costa de un Bidasoa Irún que se posiciona como uno de los rivales más complejos cuando se viste de local
Tras estrenar su casillero de victorias en Cangas y regalar a la afición una gran imagen frente a Granollers, el SANICENTRO Balonmano Guadalajara afronta este sábado (19:30 horas) un nuevo examen de nivel ante el Bidasoa Irún, uno de los equipos más sólidos de la Liga ASOBAL
El equipo de Juan Carlos Requena llega a esta séptima jornada con buenas sensaciones, pero también con los pies en el suelo. La mejoría defensiva y el refuerzo mental tras el triunfo en O Gatañal han cambiado el tono en el vestuario morado, que afronta ahora una de las salidas más exigentes del calendario: Artaleku, donde el Bidasoa apenas suele regalar puntos.
Requena destacaba esta semana que su equipo va “en línea ascendente”, especialmente atrás, donde la recuperación de balones y la solidez del bloque están empezando a dar resultados. El técnico sabe, no obstante, que para rascar en Irún hará falta un partido casi perfecto: el conjunto vasco dispone de una de las porterías más potentes de la liga, una defensa muy física y una rotación larga que le permite sostener ritmos altos durante los 60 minutos.
Además, el choque tendrá un matiz emotivo: hasta tres ex jugadores morados —Dariel García, Tito Díaz y Piotr Mielczarski— están ahora en las filas del Bidasoa, lo que añadirán un punto extra de motivación al encuentro.
En el vestuario también se respira ambición. El capitán, José Luis Román, resaltó que el equipo “ha hecho un desbloqueo mental” y que competir al máximo nivel frente a rivales como Granollers demuestra que el Sanicentro puede mirar de tú a tú a cualquiera. La meta sigue siendo clara: sumar y salir cuanto antes de la zona incómoda.
En cuanto a la enfermería, Diego Vera seguirá fuera hasta después del parón para terminar de recuperarse. Fabio Chiuffa es duda hasta última hora y su presencia dependerá de las sensaciones previas al choque.