Molina de Aragón pretende convertir el frío en un reclamo turístico

La inciativa se enmarca dentro del Eje 4 del Plan de Sostenibilidad Turística centrado en la Promoción y Comercialización

Molina de Aragón, que ha alcanzado una gran popularidad como el pueblo más frío de España, ha decidido poner al mal tiempo buena y aprovechar las ventajas turísticas que ofrecen las peculiaridades climatológicas de esta ciudad, a la que no le faltan encantos. Bajo el lema “El frío nos hace únicos”, el Ayuntamiento ha impulsado una nueva estrategia de promoción turística que busca poner en valor lo que durante años fue percibido como un inconveniente: su clima extremo.

Esta iniciativa se enmarca en el Plan de Sostenibilidad Turística de Molina de Aragón, dentro del Eje 4 de Promoción y Comercialización, que contempla actuaciones de comunicación y sensibilización dirigidas tanto a residentes como a visitantes.

Famosa por su récord de amplitud térmica, que ha alcanzado los 29,4 grados de diferencia en dos ocasiones —el 8 de febrero de 1981 y el 15 de septiembre de 2012—, Molina de Aragón también ha registrado temperaturas mínimas históricas de hasta -28 °C en enero de 1952 y diciembre de 1963. Situada a más de 1.065 metros de altitud, la localidad molinesa se alza como un auténtico referente meteorológico, símbolo del rigor del invierno castellano y del encanto del clima de montaña.

Ahora, lejos de esconder ese carácter extremo, Molina de Aragón lo abraza con orgullo. Su nuevo spot publicitario, que se ha dado a conocer a través de las redes sociales del Ayuntamiento, muestra cómo el frío no solo forma parte del paisaje, sino también de la identidad, la belleza y las experiencias que definen a esta histórica ciudad del Señorío.

Con un tono humorístico y a través de los testimonios de los vecinos, se muestran algunas de las ventajas que este particular clima frío y seco ha brindado a sus habitantes, a la hora de curar jamones o de conservar el cutis libre arrugas, por ejemplo, para terminar concluyendo que "el frío de Molina no es tan malo, que en Molina de Aragón se está bien en invierno y en verano y que no hay que hacer caso de lo que las malas lenguas vayan pregonando".