Cuando el cambio climático todavía no estaba en el horizonte de nuestras preocupaciones acuciantes y la globalización todavía no abastecía permanentemente los mercados de todo tipo de productos de temporada o fuera de ella, sabíamos desde la infancia que el año tenía cuatro estaciones y que de ellas el otoño era precisamente la de la recogida de los frutos. Estas referencias cronológicas están hoy muy desdibujadas en nuestras vidas, aunque se puede mantener todavía que el otoño es una estación especialmente fructífera para la recogida de frutos, al menos culturales, también en Guadalajara.
Está este otoño en Guadalajara plagado de actos culturales de todo tipo, contradiciendo el tópico de quienes afirman su endémica carencia. Son muchas las actividades musicales, teatrales, exposiciones en los museos, conferencias de historia, de arte, de literatura, de ciencia, de psicología, de instituciones oficiales y de entidades privadas. Desgraciadamente falta en la ciudad una información general clara, resumida y suficiente de fácil acceso de tanta actividad, que sería muy útil para el ciudadano. No puedo detallar toda esta explosión cultural diversa, pero me permitiré al menos referirme a la excepcional representación anual en el otoño de 'todos los santos”'colectiva y ciudadana del 'Tenorio Mendocino”'en los escenarios naturales y urbanos de la ciudad que, nacida como todo ser de un pequeño germen, ha alcanzado un desarrollo de enorme interés que transciende los pequeños límites geográficos de la ciudad. Vaya esta referencia particular en representación sin detrimento alguno del resto de actividades.
Me voy a referir también a una feliz coincidencia que ha hecho que entre los numerosos libros presentados estos días, en el formato tradicional del papel heredero de los antiguos papiros, por supuesto, tres académicos de número de la todavía joven Academia de Ciencias Sociales y Humanidades de Castilla-La Mancha, cuya vicepresidencia me honro en ostentar en Guadalajara, Julián López García, Antonio Herrera Casado y Plácido Ballesteros San José, hayan presentado tres interesantes aportaciones al acerbo cultural provincial y regional. Se han presentado más libros en la ciudad y se anuncian otros nuevos. No me puedo referir a todos y cada uno debe atender prioritariamente a su viña, en este caso nuestra todavía muy joven Academia regional.
Julián López García, nacido en Almodóvar del Campo y vinculado desde joven a nuestra ciudad de Guadalajara, es catedrático de Antropología Social y Cultural en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) y también director del Centro Internacional de Estudios de Memoria Social y Derechos Humanos (CIEMEDH). Sus trabajos e investigaciones se centran en la antropología social, la etnología americana y los estudios amerindios. En el recientemente celebrado en Guadalajara IV ENCUENTRO DE ETNOLOGÍA DE GUADALAJARA presentó la obra Rituales y vidas en Castilla-La Mancha: Una etnografía actualizada (1901-2023), de la que también son autores Juan Antonio Flores Martos y Luisa Abad González, y que ha sido publicado por Almud ediciones de CLM con el rigor y belleza que le caracteriza. Esta editorial y su director desde su propio origen Alfonso González Calero gozan de un bien merecido prestigio por su extraordinaria gestión y contribución a la difusión de la cultura regional castellanomanchega. El libro presentado recoge el resultado de una encuesta que hizo el Ateneo de Madrid en los años 1901-1902 sobre costumbres españolas, tradiciones y ritos. En los últimos capítulos se actualizan esos temas y así podemos averiguar cómo están cambiando los ritos y nosotros mismos, que cada día somos más individualistas y menos sociales. Julián López García es presidente de la Sección de Antropología, Filosofía y Pensamiento de la Academia de Ciencias Sociales y Humanidades de Castilla-La Mancha.
Antonio Herrera Casado, nacido en Horche (Guadalajara), es médico de profesión pero también y muy especialmente escritor, historiador y cronista provincial desde 1973 que ha realizado y sigue realizando una obra inconmensurable de estudio y difusión del patrimonio de todo tipo de Guadalajara con decenas de libros y artículos publicados. Su interés y atención también se dirige al resto de la región. Es dueño de la editorial AACHE, que ha publicado más de ochenta obras específicas sobre Guadalajara. ¿Qué mejor aval de su extraordinaria labor?. En su recientemente inaugurado espacio o aula de conocimiento y difusión de la cultura presentó su obra Lecturas de Patrimonio. Provincia de Guadalajara. Es una verdadera enciclopedia relativa a los diversos elementos del patrimonio de Guadalajara que ha ido acumulando en sus muchos años de trabajo sobre historia, arquitectura, tradiciones, todo un enorme patrimonio cultural que uno a uno puede parecer menor pero que visto en el conjunto de las 600 páginas de su libro con numerosas ilustraciones impresiona al lector por su magnitud. Es una obra absolutamente indispensable que nos ayuda a conocer lo que realmente tenemos en nuestro espacio y en nuestro tiempo y que nos obliga a defenderlo sin reservas ni apatías, como con frecuencia ha ocurrido en el pasado. Antonio Herrera Casado es una figura esencial en la vida cultural de Guadalajara y es también académico de número de la Sección de Cultura y Periodismo de la Academia de Ciencias Sociales y Humanidades de Castilla-La Mancha, de la que fue fundador.
Plácido Ballesteros San José, de Albalate de Zorita, es doctor en Historia Medieval por la Universidad Complutense de Madrid, profesor asociado de Historia Medieval en la Universidad de Alcalá y durante muchos años funcionario de la Diputación Provincial de Guadalajara hasta su reciente jubilación como Jefe de Servicio de Cultura. Su obra como medievalista, con frecuencia centrada en Guadalajara, es inmensa y de un reconocido rigor al que le obliga su formación como historiador y su constante y detallada investigación archivística. Su última obra, recién publicada por la Diputación de Guadalajara y la Fundación General Universidad de Alcalá es La restauración de la diócesis de Sigüenza y la tradición de la conquista de la ciudad. En ella aborda con un riguroso estudio de toda la documentación sobre la época la reinstauración de la diócesis de Sigüenza desde el siglo XII desmitificando una vez más un episodio muy importante en nuestra historia medieval, tan frecuentemente contaminada por bellos relatos literarios, que no históricos. Toda acción notable del pasado parece necesitar un mítico y épico episodio originario aunque la realidad histórica sea más simple. La labor científica y crítica del historiador serio es menos deslumbrante que la del literato de éxito, pero su trabajo es absolutamente indispensable para acordar la razón y la verdad con el pasado. En la segunda parte de su obra analiza críticamente lo expuesto por los diversos autores que han abordado el tema, desde la creación de la tradición local que recoge la conquista de la ciudad en 1124 por el obispo francés Bernardo de Agen a los autores posteriores que la han replicado una y otra vez sin cuestionar ninguno de sus elementos ni aplicar las leyes de la crítica historiográfica. Aunque no sea parte de este libro, aprovecho para informar de un reciente artículo de Plácido Ballesteros bien fundamentado y de alto interés sobre el lugar de nacimiento de nuestro Arcipreste de Hita, publicado en la prestigiosa revista Archiletras, número 13; en él aboga de manera, creo que definitiva, sobre Alcalá como la patria chica de nuestro clérigo autor del Libro de Buen Amor. Plácido Ballesteros San José es académico de número de la Sección de Historia de la Academia de Ciencias Sociales y Humanidades de Castilla-La Mancha.
Ha sido ciertamente una feliz coincidencia que tres académicos de la todavía joven Academia de Ciencias Sociales y Humanidades de Castilla-La Mancha hayan coincidido en Guadalajara para presentar sus últimas obras. Invito al lector a que en un otoño tan fructífero se adentre y pierda en ese bosque cultural. Encontrará sabrosos y maduros frutos, como los tres reseñados.
Antonio Marco. Catedrático de Latín jubilado y expresidente de las Cortes de Castilla-La Mancha.