El Ayuntamiento de Horche acogió el pasado jueves, 30 de octubre, la visita de un equipo de investigación de la Universidad de Alcalá (UAH), en el marco del ambicioso proyecto “Modelo de gestión de la Ruta de enoturismo de Guadalajara para el desarrollo sostenible, la mejora del bienestar y felicidad del consumidor, la preservación patrimonial y el freno de la despoblación en el ámbito rural”, financiado por las Cortes de Castilla-La Mancha.
La jornada de trabajo se centró en recabar información esencial para el estudio a través de un encuentro entre los profesores Blanca García Henche e Israel González con el concejal de Cultura y Turismo, Antonio Cubillo, los guías turísticos locales y la Asociación de Bodegueros de la Ruta de las Bodegas de la localidad. La visita permitió a los investigadores realizar una inmersión directa en el patrimonio vitivinícola de Horche, evaluando “in situ” los recursos históricos, las prácticas tradicionales y el potencial de integración de la oferta turística municipal.
El objetivo principal del proyecto es diseñar y testear un modelo de gestión colaborativa basado en la sostenibilidad, el bienestar, la innovación digital y la gobernanza público-privada que impulse el desarrollo económico local y frene la despoblación en la provincia de Guadalajara.
El estudio evalúa la viabilidad de una nueva ruta de enoturismo que conecte a las principales bodegas del Alto de Pioz (Pioz), Bodegas La Era (Mondéjar) y Finca Río Negro (Cogolludo), con los núcleos vitivinícolas tradicionales como Horche, Cencejas de Enmedio, Gárgoles de Abajo y Trillo. Esta ruta busca integrar servicios complementarios como alojamientos, visitas guiadas, restaurantes, etc. y figuras de calidad como la Denominación de Origen (DO) Mondéjar y el Vino de Pago Finca Río Negro.
La investigación subraya la importancia de este enfoque. Según la literatura analizada por el equipo, la gestión de rutas enoturísticas basada en el turismo sostenible, la planificación estratégica y la participación de las partes interesadas favorece el crecimiento económico local y la conservación del patrimonio cultural. La integración de tradiciones locales, patrimonio cultural y marketing digital en la oferta turística es clave para aumentar los ingresos y diversificar las economías rurales, generando empleo y fortaleciendo la cohesión social.