Un eclipse total de sol es "el espectáculo mayor que se puede observar en la naturaleza”

Publicado por: El Decano
12/11/2025 02:06 PM
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Javier Rodríguez-Pacheco, investigador principal del instrumento EPD de la misión Solar Orbiter (ESA/NASA) ofreció una charla sobre los secretos del Sol y la magnitud del Eclipse Total que podrá observarse el 12 de agosto de 2026
 

 

Apenas faltan nueve meses —273 días— para el gran evento astronómico del siglo en España: el Eclipse Solar Total del 12 de agosto de 2026. En este contexto, Javier Rodríguez-Pacheco, investigador principal del instrumento EPD de la misión Solar Orbiter, impulsada por la Agencia Espacial Europea (ESA) y la NASA, ha impartido la cuarta charla del ciclo “De 12 en 12 — Rumbo al Eclipse Total”, una campaña de Comunicación Social de la Ciencia organizada por la Asociación de la Prensa de Guadalajara (APG) en colaboración con la Agrupación Astronómica de Guadalajara (AstroGuada), a la que se ha adhrido El Decano de Guadalajara, que desde su inicio lleva la cuenta atrás para el día señalado.

 

La iniciativa, dirigida a los medios de comunicación de Guadalajara, busca invitar a la ciudadanía de la provincia a disfrutar del eclipse y concienciar sobre los retos, oportunidades y riesgos que supone un fenómeno de esta magnitud.

 

Un referente español en la exploración del Sol

Natural de Salamanca y afincado desde hace años en Cabanillas del Campo, Javier Rodríguez-Pacheco Martín es Catedrático de Astronomía y Astrofísica en la Universidad de Alcalá, donde imparte docencia en el Grado en Física e Instrumentación Espacial. Además, es Investigador Principal del instrumento EPD (Detector de Partículas Energéticas, por sus siglas en inglés) de la misión Solar Orbiter, una colaboración entre la ESA y la NASA que estudia los misterios del Sol y su influencia en la heliosfera.

 

Rodríguez-Pacheco es uno de los pocos españoles que ha alcanzado un puesto de liderazgo en una misión espacial internacional, un hecho que lo convierte —en palabras coloquiales— en “uno de los pocos españoles que da órdenes a la NASA”.

 

Con modestia, el científico matiza esta expresión: “Más que dar órdenes a la NASA, digamos que la NASA a veces me escucha, sobre todo cuando tengo razón. Cuando no la tengo, pues como a cualquiera, no me escucha. Pero sí, soy asesor tanto de la NASA como de la Agencia Espacial Europea, y ya llevamos cinco años volando con la Solar Orbiter para el estudio del Sol”.

 

El Sol, una estrella aún llena de misterios

Durante su intervención, Rodríguez-Pacheco hizo un recorrido por la historia de la observación solar, recordando que desde los tiempos de Galileo Galilei el ser humano ha tratado de desentrañar los secretos de nuestra estrella.

 

“Durante mucho tiempo, prácticamente hasta hace un siglo, el Sol era un misterio. No se sabía cómo enviaba tanta energía al espacio. Todo cambió cuando la astrofísica se casó con la física nuclear, y se descubrió que en su núcleo se producen reacciones termonucleares en las que el hidrógeno se fusiona para formar helio, liberando una enorme cantidad de energía”, explicó el astrofísico.

 

Esa energía, añadió, se transporta primero por radiación hacia el exterior: “La radiación es el mecanismo que transporta la energía; es el ‘calorcito’ que sentimos cuando estamos frente a una lámpara infrarroja”. Sin embargo, llega un punto en que el material solar se vuelve opaco a la luz y la energía comienza a transportarse por convección, un movimiento de masas de gas: “Es como cuando ponemos agua a hervir y las burbujas suben a la superficie”.

 

Por encima de esa zona convectiva se encuentra la fotosfera, la capa visible del Sol, y más allá, la corona solar, una región que todavía plantea grandes incógnitas. “El Sol es una enorme bola de gas casi totalmente ionizado”, detalló. “Su núcleo alcanza temperaturas de más de 10 millones de grados, incluso hasta 15 millones. En la fotosfera la temperatura desciende a unos 5.600 grados, pero luego, sorprendentemente, vuelve a aumentar en la corona hasta 600.000 grados. Es como si al alejarnos de una fogata el calor subiera en lugar de bajar”.

 

De los eclipses a los coronógrafos: nuevas ventanas al Sol

Hasta la invención del coronógrafo por el astrónomo francés Bernard Lyot en la década de 1930, los científicos dependían de los eclipses totales para observar la corona solar. “Había que organizar grandes expediciones a lugares remotos con la esperanza de que el clima acompañara”, recordó Rodríguez-Pacheco.

Hoy, gracias a este instrumento, los investigadores pueden estudiar la corona sin esperar a un eclipse, lo que ha revolucionado el conocimiento sobre la actividad solar.

 

Una experiencia sobrecogedora

El astrofísico relató su vivencia personal durante el Eclipse Total de Sol de abril de 2024 en San Antonio (Texas, EE. UU.): “Fue mi primer eclipse total, y os puedo asegurar que la sensación es sobrecogedora, no solo para los profesionales de la astrofísica. Es el espectáculo mayor que se puede observar en la naturaleza”.

 

Rodríguez-Pacheco recordó cómo el Sol va “sufriendo un mordisco cada vez mayor”, un proceso que ayuda a entender las interpretaciones míticas de antiguas culturas: “En culturas precolombinas, o incluso anteriores a las nuestras, se creía que una serpiente o un dragón gigantesco se estaba comiendo al Sol, que era el dios más grande”.

 

Con una sonrisa, concluyó su intervención con una invitación: “Es un evento que hay que ver”.

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