El Palacio Ducal de Pastrana acogió un concierto histórico en el que la Coral La Paz celebró su 40º aniversario junto a la Banda de Música de Pastrana
El Palacio Ducal de Pastrana volvió a convertirse anoche en el gran escenario musical de la villa con motivo del Concierto de Santa Cecilia, una cita especialmente significativa este año al coincidir con el 40 aniversario de la Coral La Paz. El acto fue introducido por Carlos Largo, alcalde de Pastrana y trompetista de la Banda de Música, quien abrió la velada definiéndola como “un homenaje a la música, a la historia y a la gente que ha hecho posible que Pastrana siga cantando y tocando cuatro décadas después”.
Tras sus palabras intervino Javier Gumiel, presidente de la Coral, quien imprimió al inicio de la noche un tono emotivo. “He intentado resumir 40 años de coral en poco espacio, pero creedme que me ha sido muy difícil”, confesó antes de recordar el espíritu fundacional de la agrupación y agradecer el compromiso de quienes han hecho posible su continuidad. Gumiel tuvo un recuerdo especial para Laureano Losada, presidente fallecido en accidente de tráfico, cuya ausencia “ha marcado estos últimos años”, y para los coralistas que “sacrificaron vacaciones, fines de semana y tiempo familiar” para que la música siguiera viva. También expresó su gratitud al Ayuntamiento por la cesión del nuevo local que permitirá “una nueva etapa con nuevas expectativas e ilusiones”.
La primera parte del concierto estuvo protagonizada por la Coral La Paz, dirigida por Raúl Cañego, quien afrontaba por primera vez la dirección del concierto de Santa Cecilia. “Es un auténtico orgullo y una responsabilidad afrontar este aniversario con solo cuatro meses al frente de la dirección”, señalaba antes del acto. El programa, según explicó, fue un recorrido por obras significativas de la trayectoria del grupo, con varias incorporaciones nuevas y un llamamiento directo a la participación. “La coral goza de buena salud, pero hay que mantenerla. Animamos a la gente a unirse y, por supuesto, a las familias a que traigan a los niños”, pidió públicamente.
La gran sorpresa de la velada llegó con la vuelta a los escenarios del coro infantil, que intervino fuera de programa y que Cañego presentó como “el futuro de la coral y el futuro cultural de Pastrana”. Su reaparición fue recibida con una cálida ovación que llenó el Palacio Ducal de emoción.
En la segunda parte, la Banda de Música de Pastrana, dirigida por el valenciano Pascual Suñer, ofreció un repertorio variado con pasodobles, boleros y un homenaje a Julio Iglesias. Suñer destacó el orgullo de acompañar a la Coral en un aniversario tan especial. “Es un honor acompañar a una formación que cumple 40 años. Es un reto y un motivo de orgullo para todo el pueblo de Pastrana”, afirmó, mostrando también confianza en la evolución de la banda. “Vamos a volver a crecer”, remarcó.
El momento más emotivo de la noche llegó en la tercera parte, cuando coral y banda unieron sus voces e instrumentos para interpretar “Soy Español” y el pasodoble “Pastrana”, del que se cumplen también 30 años, bajo la mirada de la imagen de Santa Cecilia, situada en un lateral del escenario. La interpretación conjunta sirvió de cierre perfecto a una velada marcada por la tradición y la emoción.
Historia viva de la Coral La Paz
La celebración del 40 aniversario permitió repasar una trayectoria que reúne a más de un centenar de voces y generaciones de familias pastraneras desde aquel 28 de noviembre de 1985, cuando el padre franciscano Víctor Díez Marina convocó a los vecinos para formar una coral que, coincidiendo con el Año Internacional de la Paz, adoptó el nombre de Coral La Paz. Desde entonces, el grupo ha protagonizado actuaciones religiosas y profanas, viajes por toda España, hermanamientos con formaciones nacionales e internacionales, apariciones en radio y televisión, grabaciones, participación en programas emblemáticos y presencia ininterrumpida en cada Año Santo Compostelano desde 1993. Siete directores han guiado su camino hasta llegar a la etapa actual, encabezada por Raúl Cañego, y sus diferentes sedes —incluida la recientemente cedida por el Ayuntamiento— han sido testigo de una historia construida con compañerismo, esfuerzo y un profundo amor por la música.