Seis mujeres con discapacidad intelectual han explicado esta mañana su experiencia viviendo juntas, en el piso tutelado en Azuqueca que gestiona la asociación local ADA (Asociación de padres, familiares y amigos de personas con discapacidad intelectual de Azuqueca). Mamen, Isabel, Beatriz, Sara, Triana y Eva han contado sus "historias de vida", en un acto organizado con motivo del Día Internacional de las personas con discapacidad que se conmemora el 3 de diciembre y que ha cerrado el proyecto "Desinstitucionalización. Buenos apoyos en la comunidad" de Plena Inclusión Castilla-La Mancha.
Sandra Tello, en representación de este colectivo, ha explicado el proyecto que pretende alejarse del modelo institucionalizado, en residencias, para promover entornos acogedores para las personas con discapacidad intelectual donde éstas puedan tomar decisiones, con los apoyos que precisen. En este camino, ADA se sumó al proyecto el pasado mes de febrero y sus responsables han detallado que su objetivo es cambiar el sistema, pero también la mentalidad de las personas que apoyan, de las familias y del conjunto de la sociedad. La psicóloga de la asociación ADA, Marta Díaz, ha pedido respaldo a los políticos, representados en este acto por las concejalas de Igualdad y Cohesión Social, Piedad Agudo y Beatriz Cano, respectivamente; los portavoces municipales de PP y Vox, Mane Delgado y Miguel Flores, y el diputado regional del PP Nacho Redondo.
El presidente de ADA, José Luis Herreruela, ha señalado que el objetivo de esta asociación es avanzar en el camino hacia la felicidad de las personas con discapacidad y, por extensión, del conjunto de la sociedad. "Corazón multiplicado por pasión es la fórmula para promocionar felicidad de la buena", ha dicho.
La vivienda tutelada de ADA lleva funcionando desde el año 2000, con los apoyos para cada persona que reside en ella. Según explica la asociación, el objetivo de este recurso es dar respuesta a las necesidades sociales y personales de personas que presentan dificultades para el desarrollo de una vida normalizada en su entorno y ofrecerles recursos y vías profesionales adecuadas a sus características. Con esta iniciativa, se pretende recuperar o mantener el máximo grado de autonomía personal, favorecer el desarrollo de capacidades y hábitos de vida, promover la convivencia y la participación y satisfacer las necesidades de las familias, al tiempo que se controlan todos los aspectos relacionados con la salud.
El giro que plantea Plena Inclusión supone nuevos roles de las figuras de coordinador, facilitador, conector y las personas de apoyo, además de la incorporación de apoyos voluntarios. Además, se apuesta por el empoderamiento, el uso de metodologías respetuosas y se evita la sobreprotección.