El CD Guadalajara cayó el sábado ante el Real Madrid Castilla (3-1) tras un partido marcado por los errores y la inferioridad numérica. Los morados frenaron así su pequeño repunte liguero, pero encaran ya el ilusionante e histórico reto de mañana: la visita del FC Barcelona en Copa del Rey
El fútbol no siempre concede tregua. A veces, apenas deja tiempo para lamerse las heridas antes de ofrecer una nueva cita con la historia. Eso es exactamente lo que vive el CD Guadalajara, que este pasado sábado vio frenada su pequeña racha positiva en Valdebebas y que mañana, a partir de las 21:00 horas, afrontará una de las noches más especiales que se recuerdan en el Pedro Escartín con la visita del FC Barcelona en los dieciseisavos de final de la Copa del Rey.
El conjunto de Pere Martí regresó de Madrid con una derrota (3-1) tan dolorosa como condicionada por los acontecimientos. Un partido que se le había puesto de cara, pero que terminó torciéndose en apenas veinte minutos fatídicos.
De mandar al descanso a quedarse sin red
El CD Guadalajara había sabido competir en la Ciudad Deportiva del Real Madrid. Con orden, personalidad y sin complejos, los morados lograron adelantarse en el marcador en el minuto 25 gracias a Salifo Mendes, que culminó una buena acción colectiva para firmar el 0-1. El partido estaba donde quería el Dépor: equilibrado, sin un dominador claro y con la sensación de que el plan estaba funcionando.
Sin embargo, el guion cambió de forma abrupta en la última acción del primer tiempo. Un disparo lejano del Castilla terminó desviándose en Toño Calvo y acabó en el fondo de la red para establecer el 1-1 justo antes del descanso. Un golpe psicológico que tuvo continuidad nada más reanudarse el encuentro.
A los pocos minutos de la segunda mitad, el propio Toño Calvo vio la segunda cartulina amarilla y dejó a su equipo con diez jugadores durante más de cuarenta minutos. Demasiado castigo para un Dépor que, pese a todo, trató de resistir.
Errores que se pagan caro
Con superioridad numérica, el Real Madrid Castilla fue creciendo. En el minuto 49, Mesonero aprovechó las facilidades defensivas para firmar el 2-1 con un disparo desde la frontal. Y ya en el tramo final, una falta de entendimiento entre Zarco y Ablanque permitió a Loren Zúñiga marcar a puerta vacía el definitivo 3-1.
El CD Guadalajara, que había enlazado dos jornadas sin perder, se quedó sin premio y volvió a comprobar lo cruel que puede ser la categoría cuando se encadenan errores en momentos clave.
Tras la disputa de la jornada 16, los alcarreños se mantienen en la decimoséptima posición del grupo I de Primera RFEF, en puestos de descenso, con 17 puntos. La clasificación sigue apretada, pero el margen de error continúa siendo mínimo.
El Escartín se prepara para un acontecimiento irrepetible
Sin apenas tiempo para digerir la derrota, Guadalajara ya respira ambiente de Copa. Mañana martes, el Pedro Escartín vivirá una de las noches más grandes de su historia con la visita del FC Barcelona, vigente campeón del torneo y actual líder de Primera División.
El conjunto azulgrana llega lanzado, cada vez más reconocible y con la ambición intacta en una competición que domina como nadie. Será un duelo inédito, a partido único, frente a un CD Guadalajara que afronta la cita sin presión, pero con la ilusión intacta tras haber eliminado en rondas anteriores al CP Cacereño y a la AD Ceuta.
El contraste es máximo: un gigante del fútbol mundial frente a un Dépor que pelea cada fin de semana por la permanencia. Pero precisamente ahí reside la magia de la Copa del Rey.
Valdebebas ya es pasado. El presente, y sobre todo el futuro inmediato, pasa por un Escartín que mañana volverá a vestirse de gala para recibir al Barça.