Castilla-La Mancha impulsa la ampliación del regadío sostenible en Almoguera hasta las 1.140 hectáreas

Martínez Lizán ha mostrado su satisfacción por una región que, "estando un 5,5 por ciento por debajo de la media de superficie destinada a regadío, se encuentra un 11 por ciento por encima en riego de máxima eficiencia”

 

El Gobierno de Castilla-La Mancha trabaja de forma conjunta con la Comunidad de Regantes Vega Río Tajo para ampliar de manera significativa la superficie de regadío sostenible en el término municipal de Almoguera (Guadalajara), que pasará de las actuales 156 hectáreas a un total de 1.140. Así lo ha explicado el consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Julián Martínez Lizán, durante una visita a la zona regable de la localidad.

 

Acompañado por el alcalde de Almoguera, Antonio Barona; la delegada de la Junta en Guadalajara, Rosa García; el director general de Desarrollo Rural, José Juan Fernández; el delegado provincial de Agricultura, Santos López; y representantes de la Comunidad de Regantes encabezados por su presidente, José Luis Pérez Eusebio, el consejero ha podido comprobar sobre el terreno el avance de las actuaciones previstas.

 

El proyecto se articula en torno a cuatro intervenciones principales: la modernización ya ejecutada de 156 hectáreas de regadío en la margen izquierda del río Tajo; la finalización de las obras de caminos derivadas de la concentración parcelaria, que beneficia también al municipio de Albalate de Zorita; la integración de 330 hectáreas situadas aguas arriba en la Comunidad de Regantes; y la tramitación de la concentración parcelaria en la margen derecha del río, que permitirá ordenar otras 654 hectáreas.

 

Martínez Lizán ha subrayado la importancia de estas actuaciones, destacando que “la concentración parcelaria y la modernización del regadío son herramientas fundamentales para mejorar la rentabilidad de las explotaciones, reducir costes energéticos y optimizar el uso del agua”. En este sentido, ha puesto en valor la implicación de los agricultores de la zona y el esfuerzo realizado por la Comunidad de Regantes para modernizar sus infraestructuras y avanzar hacia un modelo de regadío más eficiente y competitivo.

 

En la margen izquierda del Tajo, la concentración parcelaria permitió reorganizar cerca de 500 hectáreas. De forma paralela, el Gobierno regional ha invertido 918.000 euros en la modernización de 156 hectáreas de regadío, lo que ha supuesto una inversión total superior a los 1,3 millones de euros. Aún quedan por transformar unas 330 hectáreas, un paso que permitirá diversificar cultivos y avanzar hacia un modelo agrícola más sostenible y mejor adaptado a los efectos del cambio climático.

 

Este mismo proceso se está impulsando en la margen derecha del río Tajo, donde se prevé transformar 654 nuevas hectáreas. Una vez concluidas todas las actuaciones, el conjunto de la zona regable alcanzará alrededor de 1.140 hectáreas. Según ha señalado el consejero, el impacto de este desarrollo es clave para el medio rural, ya que “el regadío multiplica por 3,6 la capacidad de generación de empleo frente al secano y contribuye directamente a crear población y a mantener vivos nuestros pueblos”.

 

Durante su intervención, Julián Martínez Lizán ha reiterado el compromiso del Ejecutivo autonómico con la modernización y transformación del regadío como eje estratégico para el desarrollo rural. En este contexto, ha recordado que Castilla-La Mancha está impulsando una inversión histórica superior a los 250 millones de euros en actuaciones orientadas a mejorar la eficiencia energética, la digitalización y el uso responsable del agua, beneficiando a más de 20.000 agricultores en toda la región.

 

El consejero también ha avanzado que el Gobierno regional se encuentra en la fase final de certificación y pago de hasta 72 proyectos de regadío ejecutados a lo largo de este año y ha destacado la reciente aprobación del Plan Director de Regadíos como muestra de la continuidad de esta política.

 

Finalmente, Martínez Lizán ha puesto de relieve que, aunque Castilla-La Mancha se sitúa un 5,5 por ciento por debajo de la media nacional en superficie destinada a regadío, está un 11 por ciento por encima en riego de máxima eficiencia. “Aprovechamos hasta la última gota de agua aplicando criterios de sostenibilidad, demostrando que, incluso con pocos recursos hídricos, se puede hacer un uso responsable y eficiente”, ha concluido, reafirmando el apoyo del Gobierno regional a los agricultores para garantizar la rentabilidad y sostenibilidad de sus explotaciones.