ECONOMÍA. Los inversores esperan que la IA siga siendo el referente para 2026 y descartan el riesgo de burbuja

Tanto las grandes como las pequeñas empresas vienen afrontando un proceso de transformación digital sin precedentes en la última década. Un escenario que sin duda tomará aún mayor impulso en 2026 en los mercados internacionales con el desarrollo de la Inteligencia Artificial

Algunos, sin embargo, empiezan a alerta del riesgo de una posible burbuja similar a las puntocom a principios de siglo. La irrupción de modelos más potentes y versátiles, capaces de integrarse de manera natural en la toma de decisiones y en la generación de conocimiento, que se verá acelerado conforme se vaya incorporando la computación cuántica, obligará a las organizaciones, grandes o pequeñas, a reformular sus procesos internos y estrategias de innovación en un escenario cada vez más exigente. 
  

Los datos del Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad recogen este proceso de transformación. Casi la mitad de las empresas españolas con más de 249 empleados ya utilizó tecnologías de IA en 2024, lo que supone un aumento de cerca de 11 puntos respecto a hace tres años, y evidencia cómo la adopción tecnológica se acelera en las organizaciones de mayor tamaño. Un camino por el que deberán transitar también las pequeñas empresas tarde o temprano. 
   

En este sentido. Se espera que 2026 sea un año decisivo para dar pasos hacia adelante. "La Inteligencia Artificial dejará de ser un elemento experimental para convertirse en una palanca real de competitividad, obligando a repensar procesos, modelos de trabajo y la forma en la que se toman las decisiones. Solo las organizaciones que apuesten por integrar la IA con una visión clara y centrada en las personas estarán preparadas para afrontar un entorno cada vez más cambiante", asegura Juan Luis Moreno, Partner & Managing director de la [institución educativa The Valley.  
 

Aumento vertiginoso de la inversión 
 

La vertiginosa evolución de la tecnología también se está dejando sentir en los mercados financieros. La inversión se ha disparado en busca de recoger la rentabilidad de la innovación. La IA seguirá siendo, por tanto, un potente motor para los mercados en el Nuevo Año, pero también con un evidente peligro de que más de uno se quede tirado en la cuneta. 
 

De hecho, entre los operadores empieza a extenderse la preocupación de una posible burbuja, analizando lo ocurrido con las puntocom a principios de siglo. Según los expertos de DWS, firma especializada en inversión, "las comparaciones pueden ser tentadoras, pero imperfectas". Por el contrario, aunque se observan algunos excesos, consideran que seguirá siendo una tendencia en auge.  
 

En este sentido, destacan que a diferencia con el 'boom' de Internet en torno al año 2000, las ganancias actuales basadas en las tecnologías innovadores se están viendo más respaldadas por los beneficios que por las valoraciones. Los beneficios, las inversiones y las innovaciones son reales, y la creciente selectividad del mercado puede ser una señal de madurez.  
 

La incertidumbre es lo único seguro en los mercados 
 

Con todo, la implantación de la IA sigue planteando muchas preguntas aún sin resolver, pero a las que conviene ir atendiendo. 
 

¿Se convertirá la demanda energética en el principal obstáculo para la expansión de la IA? 

¿Podrá China superar a Occidente con electricidad más barata, regulaciones más laxas y una fuerza de trabajo de ingeniería masiva?  

¿Se convertirá la concentración del mercado estadounidense en un puñado de gigantes tecnológicos en una prueba de fortaleza o una vulnerabilidad?  

¿Son los grandes modelos lingüísticos actuales la última palabra o solo un paso hacia algo todavía más transformador?  
 

Medir las verdaderas ganancias de productividad de la IA se mantendrá como el principal desafío para los mercados, ya que los avances que acaparan los titulares suelen tardar tiempo en convertirse en modelos de negocio. La computación cuántica es un gran ejemplo. Algunas innovaciones tendrán éxito. Otras nunca llegarán a ser relevantes o serán superadas y quedarán obsoletas. La incertidumbre es lo único seguro. 
 

A pesar de las dudas lógicas, caber esperar que el tren de la IA mantenga su rápido ritmo, y la mejor manera de disfrutar del viaje, apuntan en la firma de inversión DWS, pasa por mantener la curiosidad, cuestionar regularmente las propias convicciones y seguir bien diversificados sin dar nada por hecho. 

Julio Muñoz. Periodista de información económica y experto en comunicación