Tamajón vuelve a sonar a Navidad al abrigo del Ocejón en su VIII Certamen de Villancicos

Publicado por: El Decano
29/12/2025 11:04 AM
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Imagen: Javier Bravo
Imagen: Javier Bravo

 Cerca de doscientas personas se dieron cita en Tamajón en una jornada marcada por el frío serrano, la tradición y la música popular, en la que cuatro rondas de la provincia llenaron de villancicos las calles y el Centro Cultural

Una mañana fría, de esas en las que el invierno se hace notar en la Sierra Norte, despertaba en Tamajón con la promesa de que el sol acabaría por abrirse paso a mediodía. Aunque el Ocejón, siempre presente y siempre esquivo, permaneció cubierto de nubes, nevado y coqueto, su silueta volvió a ejercer de guardián silencioso de una jornada profundamente arraigada a las costumbres y a la identidad de la provincia. No en vano, Tamajón, Umbral del Pico Ocejón y uno de los grandes emblemas naturales de Guadalajara, se convertía de nuevo en punto de encuentro para la música popular y la Navidad compartida.

 

La jornada comenzaba, poco antes de las once de esta mañana y como ya es tradición, con una visita cargada de simbolismo y emoción a la Residencia Virgen de los Enebrales, que a lo largo del año 2025 ha estrenado una necesaria ampliación. Allí, una representación de las rondas participantes, encabezada por los integrantes de la Ronda La Calandria de Cifuentes, llevó villancicos y sonrisas a los mayores, en uno de los muchos momentos entrañables que dejó el día. Desde allí, y rondando la calle de Enmedio, los músicos se dirigieron al Centro Cultural de Tamajón, presidido por la torre que alberga el histórico reloj del antiguo Ayuntamiento, datado en 1901, cuyas campanadas siguen marcando el ritmo de los acontecimientos de la vida local.

 

El VIII Certamen de Villancicos de Tamajón daba comienzo al filo de las doce del mediodía con las palabras del alcalde, Eugenio Esteban, quien invitó a vecinos y visitantes a “vivir el momento presente, olvidarnos por unas horas de los problemas y disfrutar de la amistad, de la música y de estos pueblos que hoy se dan la mano”. En su intervención, el regidor quiso felicitar las fiestas y desear un buen final de año en una jornada tan especial como el Día de los Santos Inocentes, y tuvo un recuerdo muy especial para Valentín Pérez, ausente por motivos de salud. Iniciador del certamen junto a otro imprescindible de la provincia, el cantalojense Antonio Garrido, y alma de la música popular de Guadalajara desde la Real Zambombada de Atanzón, Valentín fue homenajeado con el cariño unánime de los presentes. “Valentín es eterno en Tamajón”, señaló el alcalde, recordando su profunda devoción por la Virgen de los Enebrales y su amor por la villa serrana, que lo ha acogido como hermano de honor, junto a los Gaiteros Mirasierra, de la Cofradía de la patrona de Tamajón.

 

Eugenio Esteban subrayó además el carácter familiar y entrañable de un certamen que ha ido creciendo con los años sin perder su esencia, y recordó el histórico vínculo que une a Tamajón con otros pueblos serranos como Cantalojas, forjado durante generaciones a través del pastoreo, el trabajo compartido y la convivencia entre vecinos. Ese espíritu de hermandad volvió a hacerse patente en un certamen que ya forma parte del calendario sentimental de la Navidad en la Sierra Norte de Guadalajara.

 

VIII Certamen de Villancicos de Tamajón

Los primeros en actuar fueron los Cencerrones de Cantalojas, que irrumpieron en el Centro Cultural haciendo sonar al unísono, a su espalda y de manera profusa, sus grandes cencerros, anunciando con estruendo ancestral su llegada. Esta tradición, declarada Fiesta de Interés Turístico Provincial, hunde sus raíces en la vida pastoril de la Sierra Norte y rinde homenaje a los pastores y ganaderos que durante siglos dieron forma a este territorio. Ataviados con indumentaria tradicional, interpretaron “La Pastorada”, “La Nochebuena se viene”, “Soy un pobre pastorcito” y “Recoge tomillo”, recreando ese auto de Navidad en el que los pastores recorren las calles en busca del Niño Jesús.

 

Antonio Garrido, una vez más presente en Tamajón, puso el acento en la importancia de conservar unas tradiciones que forman parte de la memoria colectiva de los pueblos serranos. Evocó la dureza y la dignidad de la vida pastoril, los sonidos nocturnos de los cencerros y los romances cantados en la plaza y en la iglesia de Cantalojas, defendiendo la necesidad de mantener vivas unas costumbres “preciosas, que no se deben perder”. Para Garrido, volver a Tamajón es siempre “como venir a casa”, en un ambiente que definió como cercano y profundamente familiar.

 

En segundo lugar actuó la Ronda de Azuqueca, ganadora el día anterior del Certamen de Villancicos de Torija. La agrupación, referente del folclore del Corredor del Henares, interpretó “Navidad en la ronda”, “Sucedió en Belén” y una jota navideña, demostrando su capacidad para combinar la recuperación del repertorio tradicional con nuevas composiciones. Su fundador y portavoz, Jesús de la Cruz, “El Chuli”, destacó la excelente relación que une a la ronda con Tamajón y con su alcalde, y subrayó la importancia de mantener vivas estas tradiciones en municipios grandes, donde corren el riesgo de diluirse. “Llevamos más de veinticinco años recuperando canciones que estaban a punto de perderse”, explicó, poniendo en valor el trabajo de investigación oral, los ensayos semanales y la convivencia que define a la agrupación. Para el Chuli, estos encuentros “nos recuerdan las Navidades de antes, las que nos cantaban nuestros padres”.

 

El turno fue después para la Ronda La Calandria de Cifuentes, por derecho propio ya otro clásico de la Navidad en Tamajón. Habituales de los principales certámenes de la provincia y defensores a ultranza del sonido de la zambomba, el almirez y la botella de anís, los cifontinos interpretaron “Piensa la mula”, “Los Pastores Alcarreños” y “Caminando, camino ligero”, además de compartir con el público y otras rondas uno de sus villancicos más emblemáticos, “La Virgen camina a Egipto”. Su portavoz, Faustino Batanero, reivindicó el verdadero sentido de una ronda, que no es solo cantar en un escenario, sino salir a la calle, pedir el aguinaldo y llevar la Navidad casa por casa. Recordó también que la visita a la residencia es ya una cita imprescindible, porque “los mayores esperan este día con ilusión”, y aseguró que mientras puedan seguirán “dando guerra” para que el folclore alcarreño continúe vivo.

 

Cerró el certamen la Real Zambombada de Atanzón, una de las expresiones navideñas más potentes de la Alcarria. Con más de veinticinco años de trayectoria y anfitriona del prestigioso certamen “Cantos de la Alcarria en Navidad”, la zambombada volvió a hacer retumbar el Centro Cultural con el sonido grave y profundo de sus instrumentos. Interpretaron el “Villancico de Atanzón”, composición de Diego Pérez —hijo de Valentín— dedicada a los parajes y al alma del pueblo, y el clásico “Pampanitos verdes”. Su portavoz, Marisa Sigüenza, lamentó la ausencia de Valentín Pérez, director musical del grupo, y agradeció el esfuerzo de sus hijos -Diego y Quini- y de los músicos invitados que hicieron posible la actuación. “Lo importante es cantar con alegría y compartir la Navidad”, señaló, destacando el ambiente de amistad que siempre encuentran en Tamajón.

 

La jornada reunió a cerca de doscientas personas que, tras el certamen, visitaron el Banquete Paleolítico, escena neandertal inaugurada recientemente, y el CIPAT, completando un recorrido que enlaza pasado remoto y tradiciones vivas. A mediodía, y en un ambiente de fraternidad y hermandad, vecinos y visitantes compartieron migas, chorizo al infierno y caldereta, cumpliendo con otra de las señas de identidad de Tamajón: nadie se va sin comer. De un banquete a otro, la Navidad volvió a celebrarse en el Umbral del Ocejón, como se ha hecho siempre.

 

 

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