Guadalajara acogió la pasada semana la Feria Logistic Spain, un escaparate en el que las empresas del sector de la Logística vendieron sus bondades en el que la ciudad aprovechó para dar a conocer a nivel nacional e internacional sus potencialidades para la instalación de nuevas empresas.
La capital vive un momento dulce en lo que a desarrollo industrial se refiere. Sólo en los últimos doce meses se han instalado siete grandes empresas: Cummins, Prologis, DB Schenker, Montepino, Getecom o Aeternal Mentis. El Ayuntamiento capitalino ha echado el resto para que estas firmas sirvan, en palabras del alcalde, “como auténticos imanes para nuevas inversiones”.
No le falta razón al regidor. Sin duda, Guadalajara posee un indudable atractivo para el sector logístico: una excelente ubicación en el centro del país, en pleno Corredor del Henares, a unos pocos kilómetros de Madrid y con unas excelentes comunicaciones por carretera y por tren, que se multiplicarán con la próxima apertura de la Ciudad del Transporte.
A ello hay que sumar el trabajo desarrollado por las administraciones local y autonómica para atraer inversiones, redoblando esfuerzos para impulsar el desarrollo de los nuevos polígonos industriales, diversificar el tejido empresarial, establecer sinergias con la Universidad de Alcalá de Henares y tejer alianzas entre instituciones y agentes sociales. La repercusión económica para la ciudad va a ser innegable y tendrá efecto directo en las cuentas del Ayuntamiento a través de tasas urbanísticas, el impuesto de construcciones, el IBI o el IAE. Se estima además, que el desarrollo del sector en los próximos años creará más de 3.000 puestos de trabajo directos y otros miles de empleos indirectos a través de las empresas de servicios que darán cobertura a las necesidades de las grandes multinacionales.
Podríamos decir sin temor a equivocarnos que estamos ante la ‘segunda revolución industrial’ de Guadalajara después de la vivida en la década de los 60, cuando el Gobierno central declaró la ciudad como Polígono de Descongestión de Madrid, que supuso el nacimiento del polígono del Henares y la llegada de numerosas empresas a nuestra tierra.
Y hasta aquí la cara más amable de la Logística. Porque no cabe duda de que tiene un reverso mucho más feo y gris que habrá que pulir si no queremos que este desarrollo futuro genere otro tipo de pobreza: la laboral.
En Guadalajara, a nadie se le escapan las pésimas condiciones laborales de los trabajadores del sector logístico. Quien más quien menos tienen entre sus amigos o familiares a alguien conocido trabajando en alguna de estas empresas, que emplean a más de 25.000 personas en la provincia. Es decir, que cuatro de cada diez trabajadores asalariados lo hacen en este sector. Y cerca del 40 por ciento están contratados a través de ETTs.
A excepción de los ‘privilegiados’ que cuentan con contrato ‘de empresa’, el resto de trabajadores lo hace en condiciones de precariedad. De sobra son conocidas las excesivas jornadas, los constantes cambios de turno avisados con pocas horas de antelación, la falta de formación para los puestos desempeñados, las condiciones de trabajo que para nada se corresponden con unos salarios irrisorios que en muchos casos no dan para llegar a fin de mes, la falta de seguridad, etc.
Cabe destacar que los siniestros que se producen en el sector de Logística suponen entre el 30 y 32% del total de accidentes laborales en Guadalajara y, a su vez, representan entre el 45% y el 48% del total de accidentes de trabajadores en el sector Servicios de una provincia que ocupa el triste puesto de ser la primera en el ranking en sinestralidad laboral de la región.
En abril de 2022, los sindicatos UGT y CCOO convocaron una huelga indefinida en el sector en Guadalajara. Sus reivindicaciones pasaban por la firma de un convenio colectivo digno y adecuado a la situación y a las necesidades del sector, en especial en materia de contratación, salud y seguridad laboral y conciliación y ordenación del tiempo de trabajo, además de preservar el poder adquisitivo de los trabajadores. Finalmente se llegó a un acuerdo con la patronal y se procedió a la firma del convenio.
Pero, lamentablemente, poco o nada han cambiado las cosas desde hace un año porque la situación de estos trabajadores continúa siendo realmente precaria.
Es necesario que patronal, sindicatos y administraciones se sienten en una misma mesa para analizar de forma conjunta las carencias laborales en el sector, especialmente la poca calidad en el empleo, la escasa formación y cualificación de los trabajadores y la condiciones leoninas impuestas por las empresas, especialmente las de trabajo temporal.
Urgen cambios en el sector de la Logística y, cuanto antes, mejor. Porque lo que hoy se vende como la panacea y la base del futuro esplendoroso de Guadalajara, puede convertirse no tardando en un foco de precariedad y conflicto que nadie desea.
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