La Semana Santa en la provincia de Guadalajara bebe de su historia y tradiciones

Publicado por: Marta Perruca
06/04/2023 08:00 AM
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La Semana Santa en Guadalajara cuenta con cuatro manifestaciones declaradas Fiesta de Interés Turístico Provincial por su singularidad: Las procesiones de los Armados de Sigüenza, cuya procesión del Santo Entierro cuenta además con el reconocimiento de Fiesta de Interés Regional; los Soldados de Cristo de Budia; la Procesión del Encuentro y Quema del Judas de Pareja y la Procesión de las Antorchas de Yunquera de Henares

 

La Semana Santa en la provincia de Guadalajara es, por lo general, más bien sobria y castellana. Poco o nada tiene que ver con el espectacular despliegue de cofrades de las pasiones andaluzas, con sus pulcras túnicas de los colores que abanderan cada hermandad abriéndose paso entre el gentío, mientras llevan a cuestas unos monumentales pasos al ritmo de los tambores y las trompetas, cuando no clama una saeta.

 

La Semana Santa en Guadalajara bebe de las tradiciones y la historia de nuestros pueblos, cada uno con su propia idiosincrasia y parafernalia, íntimamente ligadas al carácter y la identidad de sus gentes. Guarda tradiciones centenarias cargadas de simbolismo y solemnidad y aunque también lass hay con cofradías de túnica y capuchón o peineta y vela, más que por sus elementos comunes, destaca por su singularidad.

 

De las múltiples manifestaciones de esta provincia castellana, cuatro tienen el reconocimiento de Fiesta de Interés Turístico Provincial: Las procesiones de los “Armaos” de Sigüenza, cuya procesión del Santo Entierro cuenta además con el reconocimiento de Fiesta de Interés Regional; los Soldados de Cristo de Budia; la Procesión del Encuentro y la quema del Judás, de Pareja y la procesión de las antorchas de Yunquera de Henares.

 

La procesión del Santo Entierro de Sigüenza, Fiesta de Interés Turístico Regional

 

Una de las manifestaciones más impactantes, por su antigüedad e historia y por la vistosidad de la indumentaria de los cofrades, son las procesiones de los Armados o Armaos de Sigüenza, que protagoniza la Cofradía de la Santa Vera Cruz y del Santo Sepulcro, cuyos orígenes se remontan al siglo XVII. La tradición está documentada desde el año 1646, cuando se dictó la bula por la que se reconoce a la Cofradía de la Santa Vera Cruz. Justo un siglo más tarde, en 1746, se funda la Cofradía del Santo Sepulcro. En 1935 ambas cofradías se funden en una, para llevar la batuta de la Semana Santa seguntina.

 

El rasgo característico de estas procesiones es la indumentaria de los cofrades armados, ataviados con camisa blanca, chaquetilla y calzón negros, coleto de cuero, mallas (peto y espaldar), faja de cardenal con lazada y casco

 

El momento álgido de la pasión seguntina tiene lugar el Viernes Santo. Por la mañana, a patir de las 12.00 horas, parten tres comitivas desde las distintas parroquias de la localidad, para confluir en la Plaza Hilario Yabén, donde forman una gran procesión, con siete pasos cargados por los armados, acompañados por los hermanos de vela con capuchón y dos bandas de música.

 

Al caer la noche, llega uno de los momento de mayor solemnidad, con la procesión Santo Entierro, también conocida como del Silencio. La nave central de la Catedral de Sigüenza es testigo del Descendimiento, como símbolo de la bajada del cuerpo de Jesucristo, una vez fallecido, de la cruz, para introducir después al Cristo Yacente en su urna. De allí parte en procesión, acompañado por la Virgen de la Soledad, primero completando una vuelta por la girola del templo y luego, por las calles de la ciudad, hasta la Ermita de San Lázaro, hoy convertida en la residencia de ancianos Saturnino López Novoa, donde se produce el momento del Recogimiento. Entonces, en medio de un silencio sepulcral, se llama con tres golpes a la puerte de la Ermita. Desde dentro alguien pregunta: “Quién va”, ante lo que el Hermano Mayor responde: “Jesús, El Nazareno, Rey de los Judíos”.

 

El Domingo de Resurrección tiene lugar la procesión del encuentro de la Virgen de la Alegría, conocida como “La Torrendera” a hombros de las hermanas de carga, con el Jesús Resucitado en el atrio de la catedral. La Semana Santa toca a su fin con la quema del Judas, un pelele relleno de paja y petardos.



La cofradía de los Soldados de Cristo de Budia se remontal al siglo XV

También destaca por su antigüedad y por la particular vestimenta castellana de los cofrades, la Semana Santa de los Soldados de Cristo de Budia, localidad ribereña del pantano de Entrepeñas, que data del siglo XV. En la actualidad son en torno a los 15 soldados, que visten traje de pana negro, sombrero de ala ancha, una banda roja con el Corazón de Jesús a la altura del pecho y una lanza con alegorías del escudo de Budia grabadas en la lanza.

 

El momento más significativo de esta fiesta tiene lugar también durante la procesión del Santo Entierro, aunque la tradición comienza ya en Domingo de Ramos, cuando los cofrades se reúnen en torno a una merienda para establecer el orden de los servicios de Semana Santa. El Jueves Santo reaparecen para asistir a los a oficios, subastar los banzos y custodiar el Santo Sepulcro montando guardia.

 

El Viernes Santo arranca a las 11.00 horas con un Vía Crucis por las calles del, pueblo pero los actos centrales se desarrollan por la tarde. A las 18.30 horas tiene lugar la liturgia, tras la cual comienza la procesión. Los Soldados de Cristo sacan el Sagrado Sepulcro con los brazos alzados, y las mujeres cargan detrás a La Dolorosa, cubierta con manto negro, hasta la Ermita de la Soledad. La imagen de la Virgen regresará más tarde de espaldas a la iglesia. A las 23.00 horas se inicia la Procesión del Silencio, para la que el pueblo se queda completamente a oscuras, con la única luz de las antorchas que los Soldados de Cristo han prendido previamente y las velas que escoltan la imagen de la Dolorosa.

 

Finalmente, el Domingo de Resurección tiene lugar la Procesión del Encuentro, a las 12.00 horas, cuando sale por un lado el sacerdote con el Santísmo en la Custodia, acompañado por los hombres, y de otro lado, la mujeres abrigando a la Virgen de los Dolores, que va cubierta con manto negro, para encontrarse en la plaza, mientras las mujeres entonan coplillas populares. Posteriormente, tiene lugar otro de los momentos más significativos de la tradición, la victoria de la Cruz sobre las lanzas. Una vez en la iglesia, tras la procesión, los Soldados de Cristo forman un círculo, dejando al abad en el centro, que levanta la Cruz, mientras los soldados alzan las lanzas.

 

 
 



Procesión del Encuentro y Quema del Judas en Pareja

La procesión del Encuentro y la quema del Judas de Pareja es otra de las manifestaciones que destaca por su particularidad en la provincia, declarada Fiesta de Interés Turístico Provincial en 2013. Tiene lugar el Domingo de Resurrección. Los hombres salen por la puerta del Sol con el paso del Cristo Resucitado, mientras que las mujeres lo hacen con la Virgen de la Soledad, por la puerta Norte, cubierta por el manto de luto. A su encuentro en la calle de la Alegría, la Virgen se desprende del manto negro para dejar lucir su vestido inmaculado y fundirse en un abrazo con su Hijo.

 

Toda la comitiva pone entonces rumbo al templo, mientras entonan los cánticos populares propios de esta tradición. Tras la celebración de la Misa de este Domingo de Resurrección, tiene lugar la Quema del Judas en la Plaza Mayor. Se trata de un pelele hecho de paja y ropas viejas. Tradicionalmente, eran los quintos los responsables de elaborar este muñeco, pero una vez desaparecido el Servicio Militar, son las asociaciones de la localidad las que se encargan de este cometido. Según la tradición, con el fuego purificador que quema al Judas, arden también los malos augurios, acciones y propósitos.



Espectacular Procesión de las Antorchas en Yunquera de Henares

Finalmente, cabe señalar la Procesión de las Antorchas o del Santo Entierro de Yunquera de Henares, durante la madrugada del Viernes Santo, por su espectacularidad. Detrás de su celebración se encuentran las hermandades de Nuestra Señora de la Soledad y de la Virgen de los Dolores, ataviadas con túnica blanca y capuchón rojo. La tradición se remonta a los primeros años de la década de los 90, del siglo XX y desde 2010 es Fiesta de Interés Turístico Provincial.

 

Los actos comienzan sobre las 23.30 horas cuando los cofrades se dirigen hacia la Iglesia de San Pedro portando antorchas en busca del párroco de la localidad. La comitiva pone rumbo entonces a la Ermita de la Virgen de la Soledad. Aproximadamente cuando toca la medianoche la procesión discurre por las calles portando el paso del Santo Sepulcro, talla del escultor madrileño J.A. Arnaiz y los talleres “Arte Martínez” de Horche, que por sus grandes dimensiones requiere al menos unos 40 porteadores.

 

Durante el trayecto se viven momentos de gran emoción. Los porteadores cambian el paso haciéndolo a veces pesado y arrastrado como si del Cristo cargando la cruz se tratase. Al toque de la corneta, además, elevan las andas al cielo. La comitiva discurre en silencio, entre dos filas de antorchas iluminando la escena. Algunos de los hermanos de la cofradía de la Virgen de la Soledad hacen penitencia, cargando con cruces y los pies encadenados.

 

A su llegada al Palacio de los Mendoza, el Cristo Yacente se encuentra con la Virgen de los Dolores y allí la procesión forma un círculo para albergar interpretaciones dramatizadas y lecturas para dar un mayor realce a la importancia de la Pasión.

 

La procesión llega a su fin con el traslado de las imágenes a la iglesia parroquial donde el toque de silencio de la Banda de Cornetas y Tambores da paso a las últimas palabras del párroco, que cierran el acto.

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