La plaga de procesionaria remite en Guadalajara pero conviene no bajar la guardia

Los principales afectados por el contacto con los pelos de estas orugas son los perros, que pueden llegar a morir si no se actúa de forma rápida y eficaz, y los niños, a los que provoca reacciones cutáneas, alérgicas y problemas respiratorios

El calor se ha adelantado y con ello la eclosión de las larvas de la procesionaria del pino, por lo que ya podemos comenzar a ver las famosas hileras de este invertebrado en busca de un lugar donde enterrarse para empezar su metamorfosis, que provoca no pocos quebraderos de cabeza, especialmente a los dueños de mascotas y a los niños.  

Normalmente la bajada de esta peculiar oruga de los copas de los pinos, donde  cuelgan los bolsones de sus larvas en invierno, ocurría normalmente en abril y mayo pero se está adelantando debido a las suaves temperaturas de los últimos inviernos a causa del cambio climático.

En Guadalajara la plaga de procesionaria ha remitido en los últimos años, tanto en la capital como en la provincia, especialmente por el trabajo de prevención que se desarrolla desde el invierno. 

El concejal de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Guadalajara, Jaime Sanz, ha informado que es en noviembre cuando se inician los tratamientos para evitar que las mariposas de la procesionaria del pino instalen sus nidos, cada uno de los cuales puede llegar a albergar entre 100 y 200 ejemplares. “La oruga hace sus nidos principalmente en coníferas, especialmente en pinos piñoneros y cipreses, que suponen el 20% de los 27.000 árboles con que cuenta la ciudad, y si no se trata a tiempo se reproducen bastante”.  No obstante, Jaime Sanz ha manifestado que la plaga ha remitido: “Desde que decidimos iniciar la campaña en el mes noviembre la plaga que se veía en más puntos de la ciudad ha disminuido bastante”. 

El tratamiento consiste en la fumigación de coníferas en los parques y zonas de viario y en la aplicación de tratamientos de endoterapia ( inyección en el árbol de un producto fitosanitario de bajo impacto ambiental para erradicar la procesionaria).  “Una vez que llegan las altas temperaturas puede que algún ejemplar haya resistido pero, según nuestros datos, en vía pública no hay ninguna conífera que haya presentado bolsas o nidos hasta ahora”, ha señalado el concejal. Sin embargo, en las últimas tres semanas sí que se ha tenido que actuar en al menos cinco nidos en comunidades privadas o lugares público-privados en la zona de la avenida de Venezuela, la calle Alcalá de Henares y General Vives Camino.  Cuando el Ayuntamiento recibe alguna alerta de existencia de nidos o hileras cerca de colegios o Sanicanes, se actúa de urgencia, ya que el contacto con la procesionaria del pino es especialmente peligroso para los perros y para los niños. 

Y es que desde los colegios de veterinarios de la región se alerta a los dueños de perros sobre los posibles riesgos de la oruga, cuyo cuerpo está recubierto por unos pelos urticantes que provoca reacciones alérgicas y, cuando los canes muerden o lamen uno de estos ejemplares, se intoxican de forma inmediata, “lo que puede llegar a provocar la muerte del animal si no se actúa de forma rápida y eficaz”, se afirma. Por ello, ante cualquier contacto, se recomienda lavar la zona afectada del animal con agua caliente sin frotar y llevarlo urgentemente a la clínica veterinaria más próxima. La consecuencia más habitual es la necrosis de la zona de contacto, por lo que es habitual que el perro pierda parte de la lengua. Si se la traga, puede producir la necrosis del aparato digestivo y, por tanto, la muerte.

En el caso de las personas y, especialmente en los niños, aunque no supone un grave riesgo para la salud, hay que evitar que toquen las procesionarias por las diferentes reacciones que pueden sufrir:  alergia, dermatitis irritativa, con picor y cierta hinchazón en la zona, y conjuntivitis, molestias y picor en los ojos, que conviene consultar con el pediatra por si se agrava el problema. Aunque rara vez estas orugas suponen un riesgo para la salud de los niños, pero sufren una inflamación respiratoria después de haber estado en contacto con ellas, hay que acudir a Urgencias.

Situación en la provincia

Desde el año 2008 la Dirección General de Medio Natural y Biodiversidad del Gobierno regional puso en marcha el Plan de Lucha Integrada contra la Procesionaria del Pino en Castilla-La Mancha. Desde ese año se viene llevando a cabo el seguimiento de la procesionaria del pino en masas forestales de la región.  

Con esta previsión se pueden determinar las zonas en las que es necesario restringir ciertos usos y actuaciones en las épocas en las que las orugas de procesionaria pueden causar problemas a la salud de las personas o animales.

Según los datos de control de la procesionaria recogidos en 2022, las zonas más afectadas en Guadalajara se sitúan Aguilar de Anguita y Anguita, seguidas de Peralejos de las Truchas, Chequilla, Alcoroches, Traid, Peñalén, Zaorejas, Sacecorbo, Cifuentes, Molina de Aragón, Cubillejo de la Sierra, Arbeteta y Canredondo.

Plaga forestal

La procesionaria del pino es un lepidóptero perteneciente a la familia Thaumetopoeidae, un insecto que abunda en bosques de pinos de Europa, Asia y el norte de África, aunque también ha sido introducida en algunas zonas de América del Sur. En España está considerada como el insecto defoliador que provoca la caída artificial de las hojas de los árboles más importante de los pinares. Con la llegada de la primavera esta mariposa nocturna, la procesionaria, pone sus huevos sobre las ramas de pinos y cedros, para que sus orugas al nacer se alimenten de los brotes jóvenes. Una vez que salen de sus nidos, inician su tradicional procesión en hilera para enterrarse bajo tierra y comenzar la metamorfosis a mariposa.

Estas poblaciones de oruga alcanzan niveles muy elevados y son capaces de defoliar los árboles de forma intensa y, aunque el árbol no llega a morir, sí constituye un peligro si la procesionaria afecta año tras año a los mismos árboles.