Riba de Saelices: del gris al verde dieciocho años después del devastador incendio del Alto Tajo

Publicado por: Ana María Ruiz
22/04/2023 08:00 AM
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El paisaje va cambiando poco a poco después del trágico incendio en el Parque Natural//Imagen cedida por Ricardo Villar.
El paisaje va cambiando poco a poco después del trágico incendio en el Parque Natural//Imagen cedida por Ricardo Villar.

El Ayuntamiento de la localidad trabaja duro para conseguir que las zonas arrasadas por el fuego vuelvan a reverdecer. Con la ayuda de los vecinos, las administraciones y de empresas privadas, Riba de Saelices, Ribarredonda y La Loma comienzan a ver los primeros brotes verdes

 

En poco más de tres meses se cumplirán 18 años del terrible incendio de Riba de Saelices, que se cobró la vida de nueve bomberos forestales y dos agentes medioambientales (Jesús Angel Juberías, Mercedes Vives, Julio Ramos, José Ródenas, Manuel Manteca, Luis Solano, Marcos Martínez Jorge César Martínez, Sergio Casado, Pedro Almansilla y Alberto Cemillán) y arrasó, oficialmente, 13.000 hectáreas del Parque Natural del Alto Tajo en uno de los peores sucesos de este tipo que se recuerdan en España. El fuego se inició en una barbacoa del paraje de la Cueva de los Casares y la justicia determinó que, de los tres acusados, tan sólo uno, Marcelino H., fuese condenado a dos años de prisión y una indemnización de 10 millones de euros. 

 

La zona de Riba de Saelices quedó completamente arrasada. De la totalidad de hectáreas calcinadas por el fuego, entre 800 y 1.000 correspondían a los tres núcleos de población del término. A la enorme tragedia humana y medioambiental se sumó entonces la pérdida del modo de vida y de los ingresos de los habitantes de la zona, basados principalmente en los recursos que les proporcionaba el monte. “Era un recurso socioeconómico que se perdió de un plumazo. Para estos pueblos suponía un importante ingreso en cortas de madera, aprovechamientos cinegéticos, de setas, de piedra. Todo aquello desapareció”, se lamenta el alcalde de Riba de Saelices, Ricardo Villar. “Para subsistir hemos hecho malabares económicos. Al final todo este recurso ha desaparecido y hay que amoldarse a otros con los que cuenta la localidad, como los arrendamientos, porque no hay más ya que al estar dentro del Parque Natural no puedes recurrir a los molinos o las placas solares”. 

 

Hoy en día, tan sólo se han recuperado los ingresos por alquileres para caza y por el arrendamiento de algunos pastos y los vecinos viven básicamente de la agricultura, ya que la última cabaña ganadera no ha tenido relevo generacional tras la jubilación de su propietario. 

 

La zona quedó totalmente devastada por el incendio//Imagen cedida por Ricarro Villar.
La zona quedó totalmente devastada por el incendio//Imagen cedida por Ricarro Villar.


Las primeras repoblaciones, sin mantenimiento

 

Uno de los principales recursos con que contaba Riba de Saelices era el turismo. Sin embargo, el fuego se llevó por delante la vegetación que tanta vida daba a la zona. De ahí el empeño del Ayuntamiento por recuperarla.

Dado el impacto medioambiental que suponía para el Parque Natural, las administraciones y algunas empresas privadas como Coca Cola o Aena se afanaron en lanzar proyectos de reforestación que, sin embargo, no se mantuvieron en el tiempo, por lo que los efectos no fueron los deseados: “Desde el  minuto cero, las administraciones lanzaron varios proyectos de reforestación con mejor o peor acierto porque es una superficie tan amplia que es prácticamente imposible reforestar” comenta a El Decano de Guadalajara Ricardo Villar, quien añade que, finalmente, ha sido la propia naturaleza la que se ha encargado de regenerar los pinares afectados: “Una cosa es lo que plantes y otra cosa es el mantenimiento. Al final la naturaleza ha hecho su camino. Ha habido especies autóctonas que han cogido más espacio que el que tenían antes del incendio, como es el caso de poblaciones de roble, que están mucho más extensas que antes. O las jaras y estepas, que están sobredimensionadas y se comen a los pinos pequeños. El caso es que, si no mantienes las plantaciones, el trabajo no sirve para nada porque al final permanecen cuatro de los árboles plantados. Y en este caso, no se conservaron las plantaciones”. 

 

“En el actual mandato hemos seguido consolidando las ayudas para tratamientos silvícolas que vienen de la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente, así como los fondos de mejora para los montes de utilidad pública, que son los que generan los propios recursos de los montes para el territorio y que se destinan a la conservación del monte”, ha manifestado el alcalde. En 2022, el Ayuntamiento recibió 23.000 euros en concepto de subvenciones. “A través de esas dos líneas hemos seguido haciendo trabajos sobre las hectáreas que hemos podido abarcar. De todo lo que se arrasó, la masa forestal se ha cubierto pero no de la misma forma que antes porque las especies son distintas”. 

 


Replantar zonas comunes

 

Al margen de los trabajos silvícolas que realiza la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente del Gobierno regional en la zona del pinar, el Ayuntamiento de Riba de Saelices se puso manos a la obra en una clara apuesta por cambiar el paisaje y convertir en verde el gris de las cenizas en las zonas más cercanas a los cascos urbanos y en sus cuatro áreas recreativas, que antaño se llenaban de turistas.

 

Para ello, a lo largo de esta legislatura se apostó, en parte, por la iniciativa privada. Un total de cuatro empresas -la aerolínea Air Europa, la financiera Oney, la empresa Foxy y la Fundación Alcoraz- han apostado por la regeneración vegetal de la localidad y están llevando a cabo plantaciones silvícolas de especies autóctonas. El objetivo: recuperar y dotar de más masa forestal al antiguo Común de Villar y a Tierra de Medinaceli mediante la plantación de 3.600 especies arbóreas autóctonas que, además, se comprometen a mantener: “La diferencia con otras plantaciones es que ellos sí se comprometen a hacer un seguimiento de las plantas para ver la adaptación al terreno, así como a su riego y mantenimiento para dar continuidad al proyecto con visión de futuro”, ha asegurado el alcalde. 

 

Porque precisamente el mantenimiento es la principal premisa del Ayuntamiento: adquirir únicamente lo que se pueda mantener. 

 

“Corren buenos tiempos para los parques, jardines, áreas recreativas y espacios verdes del municipio”, asegura Ricardo Villar. Y es que, en los últimos cuatro años, se han instalado 200 plantas entre los tres cascos urbanos que conforman el término. “Arduo trabajo, que se ha llevado a cabo junto con la colaboración desinteresada de un sinfín de voluntarios. Con este ingente esfuerzo, se han revitalizado numerosos lugares comunales y se ha recuperado el ornato en sitios emblemáticos”, afirma el alcalde.

 

El objetivo de recuperar las zonas más abandonadas y revitalizarlas se está cumpliendo. Así, en el área recreativa de la Cueva de los Casares, el lugar en el que se inició el incendio, se ha realizado una importante plantación. El Ministerio para la Transición Ecológica hizo entrega de más de sesenta plantas de olmos, ya tratados contra la grafiosis, clonados de especies procedentes de distintas localidades cómo Ademuz (Valencia) o de la Dehesa de la Villa y la Dehesa de Amaniel (Madrid). Cabe destacar que esta especie era la que existía en este lugar antes de la llegada de la enfermedad que arrasó los árboles existentes: “Eran las especies que antes había allí hasta que llegó la grafiosis y hemos intentado que vuelva a la misma zona que ocupaba hace décadas”, ha señalado Villar. Además.,el Ayuntamiento, junto a la Diputación, Tragsa y la Consejería de Agricultura se han puesto manos a la obra para recuperar este área recreativa con el fin de atraer de nuevo el turismo: “Vamos a dignificar la zona y explotarla turísticamente porque, de qué sirve llamar al turismo, si no tienes un espacio para que la gente venga”. 

 

Las áreas recreativas de El Puente Viejo, el Parque de la Explanada o la Fuente de la Hontanilla también han sido objeto de ambiciosas intervenciones en las que se ha contado con la colaboración de Tragsa. 

 

Otro grueso importante de recursos vegetales plantados en la localidad fueron entregados por el Centro de Recursos Forestales de ‘El Serranillo’ de Guadalajara y otra parte han sido proporcionados por la Diputación Provincial, que ha hecho entrega de fresnos, cipreses, madroños y almeces, entre otras plantas. Los viales han sido tratados con rosales, plantas ornamentales y flores de temporada. Se han instalado nuevas jardineras, se han reordenado las existentes y se ha sometido a intensos desbroces y limpias numerosos alcorques, para lo que han contado con el apoyo del servicio de poda provincial. En los espacios eclesiásticos se han ejecutado labores de plantación y mantenimiento en la zona de la parroquia de Santa María Magdalena y el entorno de la ermita de la Virgen de Armallak. Las localidades de La Loma y Ribarredonda, se han sumado a la renovación arbórea y destaca, entre otras ubicaciones, el sembrado en el Paseo del Cementerio, que se está llevando a cabo por fases.  

 

Estos trabajos se han complementado con la instalación de varios sistemas de riego. 

 

Todo ello, recalca Ricardo Villar, sin mucho esfuerzo económico, ya que a la ayuda de administraciones y empresas privadas hay que sumar el trabajo de los vecinos y voluntarios, cada vez más concienciados en la importancia de mantener y recuperar sus zonas verdes. En este sentido, anima también a otras poblaciones de la provincia a acudir a este tipo de ayudas que ofrecen la Junta, la Diputación y el Ministerio para recuperar sus espacios verdes.

 

Los vecinos están completamente implicados en las labores de recuperación del arbolado//Imagen cedida por Ricaro Villar.
Los vecinos están completamente implicados en las labores de recuperación del arbolado//Imagen cedida por Ricaro Villar.


Vuelven a Santa María del Espino los ‘hijos’ de los tejos asolados por el fuego 

 

Quizá la parte más emotiva sea la que hemos dejado para el final de este reportaje. El alcalde de Riba de Saelices cuenta cómo en 2020 el Miteco les entregó más de 60 árboles de tejo procedentes de los esquejes del Barranco del Hocino y de una zona boscosa de Santa María del Espino, precisamente el lugar donde murieron los trabajadores del servicio de extinción de incendios. “Este lugar estaba poblado por esta especie que el incendio arrasó en muy pocos minutos”. Sin embargo, se salvaron varios esquejes que el Ministerio de Transición Ecológica llevó a su centro de  tratamiento de Puerta de Hierro, dentro del Programa Nacional de Conservación del Tejo. “Los hemos habilitado casi todos en la Fuente de la Hontanilla, cuyo paseo está cubierto por completo con el tejo, que es un árbol autóctono. De hecho, teníamos una de las tejeras más importantes de la zona centro de la Meseta, que fue pasto de las llamas de forma brutal”. 

 

Hoy, los vecinos y visitantes pueden disfrutar de un sentimiento de reencuentro gracias a estos árboles, que les recuerdan lo que pasó y lo que nunca debe volver a ocurrir: “Es muy gratificante e ilusionante. Más de quince años después del pavoroso incendio, los tejos han regresado a su lugar de origen. Estamos muy agradecidos porque vuelven a casa los descendientes de aquellos árboles que se llevó por delante el incendio”, recuerda el alcalde.

 

Antes del incendio, Riba de Saelices contaba con uno de los tejares más importantes de centro de la Meseta//Imagen cedida por Ricaro Villar.
Antes del incendio, Riba de Saelices contaba con uno de los tejares más importantes de centro de la Meseta//Imagen cedida por Ricardo Villar.

 

 

 

 

 

 

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