Jaime García, un guadalajareño ejemplo de superación

 

La Asociación de Daño Cerebral Sobrevenido de Castilla-La Mancha (Adace CLM) está publicando en su página web una serie de vídeos informativos para explicar las secuelas más comunes que provoca un DCS y cómo es su proceso de recuperación. En esta ocasión, el protagonista es un paciente de Guadalajara

 

Desde la Asociación de Daño Cerebral Sobrevenido de Castilla-La Mancha (ADACE CLM) están publicando en su página web una serie de vídeos informativos para explicar las secuelas más comunes que provoca un DCS y cómo es su proceso de recuperación, con apoyo de su equipo profesional.

En mayo el testimonio es el de Jaime García, usuario de su Centro en Guadalajara, que sufrió un ictus a finales de 2019. Además de problemas de movilidad, Jaime sufre afasia, un trastorno del lenguaje que le dificulta la comunicación y que, en muchas ocasiones, lleva a la persona que lo padece al aislamiento y la depresión.

 

La historia de Jaime

 

Jaime García sufrió un ictus a finales del año 2019 que le provocó graves secuelas, especialmente de movilidad, pero también a la hora de comunicarse. La llegada del Covid complicó aún más la situación ya que tuvo que volver a su casa sin apenas haberse recuperado de las mismas.

 

Le ofrecieron entonces la posibilidad de ingresar en el Instituto de Enfermedades Neurológicas (IEN) de Guadalajara, pero sin poder recibir visitas ni tener contacto con el exterior en, al menos tres meses. Begoña, su mujer, no se lo pensó. “Era su salvación” afirma, “aunque yo solo pudiera verle en ese tiempo desde el exterior, a través de una ventana”.

 

Fue un período muy duro donde, con el apoyo profesional y gracias a su esfuerzo, alegría y positividad, y a la familia que se generó entre todas las personas ingresadas en este Centro, que se volcaron con él, Jaime comenzó poco a poco a recuperar la movilidad y, también, a volver a expresarse.

 

Desde que a finales de 2020 comenzó a recibir diferentes terapias en el Centro de Adace CLM en Guadalajara (sesiones individuales de logopedia y terapia ocupacional, además participar en talleres grupales en estimulación cognitiva y psicomotricidad) esta mejoría ha ido afianzándose.

 

Hoy, Jaime ha recuperado la autonomía en los desplazamientos dentro su casa y todos los días, ya sea invierno o verano, camina al menos una hora junto a Begoña. Dispone de una silla de ruedas eléctrica, cuyo uso intenta reservar únicamente para viajes o jornadas muy largas de actividad.

 

De hecho, los desplazamientos al Centro de Adace CLM los hace de manera autónoma, usando la línea de autobús para personas con discapacidad con la que cuenta el Ayuntamiento de la ciudad.

 

También en el habla ha mejorado mucho. “Al principio lo pasábamos muy mal, yo le miraba y no sabía lo que quería”, recuerda Begoña. Con el trabajo de logopedia que realiza con ADACE CLM, “ha vuelto a hablar y ha ganado en confianza y alegría”.

 

Darle su tiempo y tener calma

La afasia que sufre Jaime afecta a su comunicación, algo que es fundamental para el ser humano y sin la cual “te quitan una parte muy importante que genera mucho dolor en la persona afectada”, afirma Laia Casado, logopeda en el Centro de Adace en la capital alcarreña.

 

Jaime no tiene problemas a la hora de articular, pero sí en el lenguaje expresivo. “No es capaz de acceder a su ‘almacén de palabras’ y, cuando intenta llegar al término que quiere usar, no le sale”. Por ello, el trabajo que realizamos con él es ayudarle a conseguir un habla y un lenguaje funcional en su día a día.

 

La positividad, un factor fundamental

También es muy frustrante para la persona con afasia el hecho de que se la infantilice. “Jaime tiene un problema del lenguaje, pero su razonamiento o el resto de capacidades no están afectadas”, señala Jimena Solano, terapeuta ocupacional de ADACE CLM en Guadalajara, quien considera que es clave una buena actitud para avanzar en la recuperación.

 

Las personas que conviven con afasia “tienen tendencia al aislamiento” ya que muchas veces piensan que no van a ser comprendidas en base a experiencias frustrantes que han tenido con anterioridad. En este sentido, Jimena Solano destaca que Jaime ha sido un ejemplo de tenacidad a la hora de participar en talleres grupales, que ahora mismo son las actividades que más le gustan de todas las que realiza, ya que le permite interactuar con otras personas con daño cerebral, que a su vez han aprendido a saber cómo comunicarse con él.

 

En todo este proceso, tanto Jaime como Begoña señalan la importancia que también ha tenido su círculo familiar y de amigos, que lejos de distanciarse han adecuado las actividades para que Jaime pueda participar en ellas. Así, le llevan los fines de semana al campo del Deportivo Guadalajara, del que es un gran aficionado, siguen saliendo a tomar el vermú (“yo una cerveza sin alcohol” se ríe Jaime cuando lo cuenta) o buscando planes vacacionales con transporte y destinos adaptados a su situación.