La visita más terrorífica al Castillo de Molina de Aragón

Publicado por: Marta Perruca
04/11/2023 08:00 AM
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La Asociación de Amigos del Castillo de Molina decidía cancelar la cuarta edición del Pasaje del Terror en la fortaleza medieval prevista sábado, 4 de noviembre, debido a las inclemencias meteorológicas

 

Cae la noche en Molina de Aragón y las tinieblas se van adueñando paulatinamente de su Castillo Alcázar del siglo XII. A lo lejos, desgarra el silencio el aullido del lobo, mientras los muertos se levantan de sus tumbas entre espeluznantes alaridos que emergen del inframundo y los fantasmas arrastran sus cadenas por los corredores y almenas de la fortaleza. 

 

Una extraña maldición se cierne sobre el emblemático monument, y de cada rincón de las sombras surgen todo tipo de personajes infernales que conquistan por unas horas el castillo para hacer pasar unos momentos de miedo a todos sus visitantes.



Y es que, para la Asociación de Amigos del Castillo de Molina cualquier excusa es buena para dotar de un mayor protagonismo a esta sublime construcción medieval, por lo que si en Navidad montan un gran belén viviente, parece lógico que en la Fiesta de Todos los Santos se pongan manos a la obra para dar vida a un Castillo del Terror, que este año alcanza su cuarta edición.

 

“Buscamos excusas para poder usar el castillo, para que la gente suba y lo conozca y, en este caso, además, para que viva una experiencia terrorífica”, comenta Sara Herranz, presidenta de la asociación.

 

Ingredientes no le faltan a esta fortaleza del siglo XII para recrear las escenas más aterradoras. “Ya en sí, estar en este castillo de noche da un poco de miedo”, apunta la presidenta de la asociación, y si a eso añadimos la ambientación de las estancias o el cementerio con sus cruces y lápidas y la iluminación con velas, el espacio no puede ser más tenebroso. Este año, no obstante, Sara Herraz se reserva los detalles de la decoración para mantener el misterio.

Castillo del Terror 2022 from Miguel Ángel Langa on Vimeo.

 

La cita estaba prevista entre las 19.00 y las 22.30 horas del sábado pasado, 4 de noviembre, pero debido a las previsiones meteorológicas, la organización decidía suspenderla hasta nuevo aviso. En esta iniciativa participan en torno a unos 35 voluntarios que ponen toda la carne en el asador para aterrorizar a las alrededor de 800 personas que cada año acuden al evento. “Este año decidíamos alargar media hora más con lo que a las 22.30 se cerrarán las puertas, pero la idea es que todo el mundo que haya pasado hasta esa hora pueda disfrutar del pasaje, por lo que no descartamos que nos tengamos que quedar alguna hora más... y luego hay que recoger”, apunta.

 

 

No todos los voluntarios son actores disfrazados, “también tendremos a gente fuera, organizando a los grupos, dando de comer y de beber a los participantes o al cargo de la hoguera para que la gente pueda resguardarse del frío”, aclara.

 

Según explica Herranz, la entrada se realizará por la Puerta del Reloj para ir ascendiendo hasta el Patio de Armas, donde los grupos esperarán su turno. “Ha habido años en los que hemos tenido una cola enorme, que ha abarcado más de la mitad del recorrido, lo que puede ser más de tres horas de espera. Por eso tenemos a voluntarios contando historias de miedo, haciendo malabares con fuego, repartimos limonada, patatas… el año pasado hubo queimada, con el fin de amenizar esa espera”.

 

Los visitantes irán entrando por grupos de diez con un guía que detallará las normas de este pasaje antes de dar inicio al recorrido y los irá conduciendo por el patio de armas y las tres torres a través de las distintas escenas terroríficas: “Además, como está oscuro, el guía tiene el papel de ir avisando de los posibles peligros para que la gente no tropiece”.



Además, también cuentan con un guía cerrando el grupo detrás: “Este guía es muy importante, porque aunque no lo recomendamos, muchas veces los adultos vienen con sus hijos pequeños y hay algunos que enseguida empiezan a llorar, por lo que este guía se encarga de hacer el recorrido inverso y volver a la puerta. Aparte de eso, les hablamos de manera amable, les decimos que son disfraces y así, de una manera segura, dejan de pasar miedo”.

 

La organizadora recuerda que es obligatoria la compañía de un adulto para los menores de 14 años y advierte que no es una actividad demasiado recomendable para niños y niñas por debajo de esa edad, por lo que si los padres son conscientes de que sus hijos o hijas se asustan con facilidad es mejor que se queden en casa.

 

“No es una actividad para todos los públicos, pero tampoco vamos a negar la entrada a los menores que vayan acompañados porque entendemos que los padres son los que tienen que saber si sus hijos están preparados para ver una escena así. La verdad que hay niños que no se asustan y se lo pasan muy bien”.

 

Para participar en este Pasaje del Terror la organización recomienda llevar calzado cómodo, ropa de abrigo y paraguas o chubasquero por si el cielo amenazara lluvia. “Nosotros intentamos darnos prisa, pero pedimos también paciencia porque es probable que haya mucha cola”, advierte. En este sentido, también recomienda acudir con suficiente antelación.

 

Una vez consigan aterrorizar a todos los visitantes y abandonen la fortaleza aún presas del miedo en la boca del estómago, los personajes del inframundo se darán su propio festín. “Este año hemos decidido que en la hoguera que vamos a hacer habrá una persona, que creemos que será el alcalde, Francisco Javier Montes, que va a cocinar la cena para todos, ya sea un asado o una caldereta, porque todos los años terminamos muy tarde”.

 

La magia de esta iniciativa es que son los propios molineses, con el apoyo del Ayuntamiento de Molina, los que ponen su tiempo, esfuerzo y entusiasmo en dar vida a esta iniciativa. Detrás de la organización hay muchas horas de trabajo de personas voluntarias que aportan sus distintas capacidades para que molineses y visitantes puedan disfrutar de una experiencia inolvidable.

 

Para ello, semanas antes del evento, la Asociación de Amigos del Castillo lanza una convocatoria para que todas las personas que estén interesadas en colaborar se apunten y repartir las distintas funciones.

 

“Desde esa primera reunión tenemos cada puesto repartido. Este año vamos a contar con niños disfrazados porque había gente que nos manifestaba que quería hacer algo con sus hijos y hemos decidido que por las características estén en determinado punto. Algunos han aportado su propia idea y a otros se la hemos facilitado nosotros, teniendo en cuenta en que espacio era necesaria más gente o desempeñar una determinada función”, indica.

 

Los gastos los afronta la propia Asociación de Amigos del Castillo a partir de los donativos que van recogiendo en este y otros eventos que organiza, aunque cada personaje se encarga de elaborar su propio disfraz.

 

 

“Cada uno se organiza su escena, pero luego es verdad que todos colaboramos subiendo cosas porque hay gente que puede necesitar una cama, muebles, muchas velas… Eso se traduce en muchas horas de preparación”, continua Herranz.

 

Además cuentan con unas maquilladoras de excepción que consiguen recrear personajes realmente espeluznantes. “Todos los años nos ha estado ayudando Azucena Ruiz, de la Estética Bienestar de Molina, que realiza unos trabajos de maquillaje espectaculares y también Ángela Coronel, así como otras personas que tienen nociones de maquillaje y preparan a los actores horas antes en el salón de actos Santa María del Conde”.



 

Este Castillo del Terror se limita a una única jornada porque, según Herranz, los colaboradores terminan muy cansados. “El primer año había una chica que salía de un baúl como en la película ‘The Ring’ y eso si lo tuvo que hacer unas cien veces, nos podemos hacer una idea de que al día siguiente no se podía ni mover”.

 

Entre las anécdotas Herranz recuerda una ocasión en la que alguien entró al pasaje con un perro que “estaba tan asustado que no paraba de ladrar a todo el mundo” y advierte que no es capaz de contar los sustos que ha provocado desde que se puso en marcha la inciativa.

 

Después de las tres primeras ediciones, los voluntarios han encontrado una destreza que quizá desconocían: “Es muy divertido para nosotros asustar a la gente y te das cuenta que los terminas conociendo aún más”, se sonríe la presidenta de la asociación.

 

El Castillo del Terror, concluye Herranz, seguirá cumpliendo ediciones siempre que existan personas con las suficientes ganas y el entusiasmo para llevarlo cabo y seguir robando gritos aterradores y momentos de diversión a todas las personas que se animen a disfrutar de la faz más espeluznante de este imponente monumento.

 

 

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