Guadalajara volvió a rendirse ante Don Juan Tenorio

Este fin de semana Gentes de Guadalajara representaba la XXXIII edición del Tenorio Mendocino

El Tenorio Mendocino se subía este fin de semana a los escenarios de sus espacios mendocinos, la Asociación Gentes de Guadalajara regresaba un año más con toda su alegría e ilusión a hacer lo que mejor se les da: Llevar el teatro a la calle.

Por segundo año al cargo de los directores Ana Vélez, César Maroto y Julio Prego,  comenzaba a las 18:00 horas el pasacalles desde el Liceo Caracence hasta la zona centro de la ciudad, animando a todo aquel que quisiese apuntarse a la cita más esperada del año.

 

A las 19:00 horas la Plaza de Santa María comenzaba la recreación de la Guadalajara del siglo XVI entre bailes y jolgorio y a las 21:00 horas ataviado de traje gris y representando al autor de la obra, José Zorrilla, Isaac Urrea iniciaba la representación del Tenorio Mendocino.

 

Don Juan Tenorio, interpretado por Álvaro Nuño en la primera y segunda escena de la representación, arrancaba la obra al grito: “Cuán gritan esos malditos”, dando paso a la representación de la primera escena que se desarrolla en la Hostería del Laurel.


Javier Galán repetía como Don Luís Mejía, mientras que Manuela Hermosilla se estrenaba como Butarelli, dueño de la Hostería del Laurel; José Manuel García como Ciutti; Israel Poudereux y Borja Minchillo representaban a los amigos de Don Juan y Don Luis, Avellaneda y Capitán Centellas. Don Diego, padre de Don Juan, era representado por Jaime Riofrío, mientras que Don Gonzalo, padre de Doña Inés, por Hipólito Guijarro. Este año también volvía a aparecer el personaje de Gastón, criado de Don Luís Mejía, representado por Jesús Andrés.

Poco después daba paso la segunda escena representada en el exterior del Palacio de la Cotilla como la Casa de Doña Ana de Pantoja, que se prepara para el enlace de la pareja que tendrá lugar al día siguiente. Este año Doña Ana de Pantoja era representada por Rebeca Garrido, Myma Soto y Carmen Niño como Brígida (viernes y sábado respectivamente) y Lúa Nieto como Lucía, la criada de Doña Ana de Pantoja.

Don Juan Tenorio, en esta escena representado por Julio Prego, raptaba a Doña Inés en el convento en la representación de la tercera escena, con Inés Oviedo como la enamorada de Don Juan; Marisa Martínez como madre abadesa y Silvia Canalejas como hermana tornera, junto con un envolvente coro de monjas y la Iglesia de los Remedios de fondo.

 

Don Juan Tenorio declaraba su amor eterno a Doña Inés en su Quinta con el Palacio del Infantado mirando imponente, donde poco después daba muerte al Comendador y a Don Luis Mejía. Dando paso a la segunda parte de la obra de Zorrilla.

El Panteón de la familia Tenorio comenzaba con Antonio Durán como escultor y Francisco Alique como el Don Juan Tenorio que regresa a su Sevilla años después de los hechos ocurridos en su Quinta. Tras conversar con el escultor y ver las estatuas de los que asesinó; Don Luís Mejía y Don Gonzalo, es cuando Don Juan encuentra la lápida de su querida Doña Inés.

Acto seguido aparecen sus antiguos compañeros de andanzas, el Capitán Centellas y Avellaneda, representados por Héctor Alcalá y Pedro Pérez donde se disponen a cenar esa noche en la casa de Don Juan para rememorar viejos tiempos. Es entonces cuando Don Juan Tenorio hace una atrevida invitación: Convida al Comendador a su mesa esa noche.

 

Con la fachada del Palacio del Infantado como aposento de Don Juan Tenorio, comenzaba la cena Francisco Alique junto a sus amigos el Capitán Centellas y Avellaneda, tras desmayarse los dos, Don Juan recibe la visita inesperada del Comendador y la Sombra de Doña Inés. Poco después, Don Juan Tenorio es asesinado por el Capitán Centellas en la puerta de su casa.

Arrancaba la parte final de la representación con el cortejo funerario de Don Juan Tenorio, con un Don Juan arrepentido por sus pecados y el Comendador que intenta llevárselo al infierno. Justo después aparece Doña Inés, representado por Laura Gallo, para salvar a Don Juan y perecer juntos para siempre.


Desde las magníficas luces y sonido; atrezzo; vestuario; maquillaje; figuración y todos aquellos detalles junto con todas las personas de la Asociación Gentes de Guadalajara que se involucran en esta representación y organizan este 'tinglao mendocino', consiguen que año tras año la ciudad espere con más impaciencia una nueva cita con el Tenorio Mendocino.