La Festividad de la Inmaculada en Molina, con todo el sabor de la tradición

Publicado por: Marta Perruca
08/12/2023 08:47 AM
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Una bula del papa Leon X de 1518 concede a Molina de Aragón el privilegio de celebrar una Misa de Gallo en la noche del 7 al 8 de diciembre, una celebración que regresa a la iglesia de San Gil, tras dos años de obras y una pandemia

 

La singular celebración de la Inmaculada Concepción en Molina de Aragón ha regresado a la parroquia de Santa María La Mayor de San Gil, a la que el papa León X le concedía en 1518  el privilegio de celebrar una Misa de Gallo en la noche del 7 al 8 de diciembre. La imagen de la Virgen de la Inmaculada, patrona de Molina, ha vuelto a ser testigo de la tradición desde el renovado altar del templo, que a lo largo de los últimos dos años ha sufrido un lavado de cara integral, por lo que durante ese periodo la celebración se desplazaba a la Iglesia de San Felipe. Antes de eso, este rito centenario que este año celebra su 505 aniversario, se veía relegado a la intimidad de los hogares molineses debido a la pandemia del Covid-19. 

 

De esta manera, los  molineses han disfrutado en esta ocasión de todo el sabor de esta festividad ancestral, semejante a la Nochebuena, pero con una profunda devoción mariana, que algunos han querido denominar “la pequeña Navidad Molinesa”; “la otra Nochebuena” o “la Navidad Chica”, porque su celebración incluye tradiciones muy similares a las del 24 de diciembre. 





Un año más, la luz de la hoguera alumbró la ciudad desde el cerro de Santa Lucía, donde se levanta una gran columna coronada con una imagen de la Virgen de la Inmaculada; aunque las constantes lluvias, que no dejaron de descargar en toda la tarde, no invitaron a los molineses a ascender a este cerro, donde otros años se descorchan las primeras botellas de champán y sidra y se entonan villancicos al calor del fuego purificador. 

 

Posteriormente, dieron cuenta de la primera gran cena familiar para acudir después a la Misa de Gallo, un privilegio que convierte en excepcional esta celebración litúrgica que sólo tiene lugar en Molina de Aragón, en el Vaticano y en la localidad murciana de Mula.

 

Espectacular ruta de los belenes, en el 800 aniversario del primer belén de la historia

La Navidad arranca en Molina de Aragón en este puente de la Constitución y la Inmaculada, en el que los molineses han podido disfrutar de las primeras actividades del programa navideño. El pasado 5 de diciembre se procedía a inaugurar la ruta de los belenes, que han organizado las parroquias para conmemorar el 800 aniversario del considerado como primer belén de la historia, cuando San Frascico de Asís, con un buey y una mula, trató de reproducir la tradición cristiana en una gruta próxima a la ermita de Greccio, en Italia, durante la Nochebuena de 1223.




Con el rumor de los primeros villancicos, la comitiva formada por más de un centenar de personas, fue desvelando cada uno de los belenes de la ruta. La primera parada tuvo lugar en la Escuela Hogar, junto al colegio público Virgen de la Hoz, donde el joven belenista, Alejandro Perruca Martínez, ha montado una recreación sevillana con la colaboración de los estudiantes de esta residencia, situada en el mismo recinto del colegio Virgen de la Hoz. Tal y como explicaba Alejandro, bajo el título "Recuérdame", los alumnos de la Escuela Hogar han querido rendir homenaje a un compañero que ya no está, mientras el joven belenista pretende hacer alusión a la nostalgia que suele evocar estos días navideños y los recuerdos que despierta una ciudad muy especial para él: Una Sevilla que en su obra lleva al siglo XX para recrear el nacimiento de Dios en un patio andaluz y con la Giralda rompiendo el horizonte. 

 

Posteriormente, los participantes se desplazaron a las distintas inglesias del municipio para concer los belenes que ha diseñado el párroco, Raúl Pérez Sanz. Primero, el de  San Felipe, donde el Castillo-Alcázar de Molina de Aragón observa la escena desde lo alto ; posteriormente, el belén artístico de San Pedro, acompañado de una exposición de objetos litúrgicos, en el que el belenista ha reproducido magistralmente una original perspectiva del belén, como si el expectador lo estuviera observando desde la mismísima gruta del milagro. Por último, la comitiva se desplazó a San Gil donde se levanta un espectacular nacimiento a tamaño natural, que reproduce la epifanía o la adoración de los Reyes Magos. 

 

De esta manera, la inauguración de esta espectacular ruta llegaba a su fin disfrutando de un chocolate bien caliente. 

 




 

Vermú-tardeo, Feria del Regalo, Belén viviente y mucho más...

El miércoles, 6 de diciembre por la tarde, tenía lugar el concierto de ópera "Casta Diva" organizado por la Sociedad Cultural Molinesa (Socumo), que contó con las voces de Laia Camps, Joan Martínez Colas y el coro "Tierra de Voces", con Pilar Espada como narradora.

 

El programa navideño continúa con otras citas, como la Feria del Regalo Navideño, que abría sus puertas en la mañana de ayer y que permanecerá la casa de la cultura de la Iglesia de San Francisco hasta este sábado, 9 de diciembre, en horario de 11.00 a 14.00 y de 17.30 a 20.30 y de 11.00 a 14.00 horas, mañana, cuando se procederá a su clausura.

 

Para el sábado, 9 de diciembre, las parroquias han organizado una gran fiesta con vermú y tardeo y un súperbingo en la plaza de San Pedro,  para celebrar la festividad de la patrona, pero sobre todo, para recaudar dinero que sirva para aliviar los gastos de la costosa reforma integral que se ha llevado a cabo en la iglesia de San Gil.

 

Y este domingo, 10 de diciemnbre, tendrá lugar el tradicional belén viviente que organiza la Asociación de Amigos del Castillo de Molina en el barrio de la Judería.

 



Una devoción que se remonta a los albores del cristianismo
 

Aunque ya tienen el sabor de la Navidad en los labios, para los vecinos de esta ciudad no se trata de otra Nochebuena, sino de una fiesta con sello molinés. Un estudio realizado por Teresa Díaz Díaz con el título “La Navidad en Molina de Aragón: Doble celebración de la Nochebuena” da cuenta de la antigüedad del culto molinés a la Pureza de la Inmaculada Concepción. Este fervor, según argumenta, estaría “fuertemente arraigado” en este territorio desde tiempos del Imperio Romano, sobreviviendo a la dominación visigótica y siendo preservado por los mozárabes, cuando los árabes tomaron la península. Durante los siglos XII y XIII esta devoción se manifiesta con la construcción de capillas dedicadas a la Virgen.

 

“Juan Sardón fue el que unificó a todos los clérigos de Molina de Aragón en torno a la pureza de la Virgen”, explica el párroco de San Gil, Raúl Pérez Sanz. “Lo grande de la Fiesta de la Inmaculada es la unidad. Cada iglesia, que en Molina había hasta siete, tenía su cura con sus feligreses y no existía relación entre las parroquias. Lo que hace Juan Sardón es unificar a todo el clero de la ciudad para pedir este privilegio al papa. A partir de ese momento se conforma el Cabildo de Molina de Aragón”, aclara el sacerdote.

 

Efectivamente, una vez conformado, el Cabildo de clérigos de Molina de Aragón elaboró un documento memorial historiando la fe de los pueblos del Señorío hacia la Inmaculada Concepción de la Virgen, que remitió al papa León X, por el que el pontífice otorgaba la famosa bula que concede este privilegio de celebrar una misa en la noche del 7 al 8 de diciembre.


Esta concesión papal caló muy hondo en el sentimiento mariano de los vecinos de la ciudad, que en una reunión celebrada el 18 de junio de 1554 hicieron solemne voto de celebrar y defender esta festividad.

 

Los molineses, con reconocido carácter obstinado, no faltaron a su palabra casi tres siglos más tarde. En 1851 se disolvía el Cabildo de Clérigos de la Iglesia de San Gil, lo que podría dejar sin validez la bula de Leon X. Por ello, en 1883, Melchor Gaona, que entonces era el párroco de esta iglesia, solicitó al sumo pontífice León XIII la renovación de este privilegio “para de este modo continuar la tradición y el privilegio que suponía el poder celebrar esa misa nocturna”, cita Teresa Díaz en su investigación.

 

Además, se reclamaba que fuera restaurado a nombre del párroco o encargado de esta iglesia de San Gil con todos los usos y prácticas establecidas antiguamente. El papa León XIII atendía las súplicas del párroco molinés y el 13 de diciembre de 1883, por medio de la Sagrada Congregación de Ritos y firmado por el cardenal Bartolini, con el visto bueno del obispo de Sigüenza, Antonio Ochoa y Arenas, se reafirmaba este privilegio molinés. León XIII lo confirmaba de modo perpetuo, el 27 de diciembre de 1883.

 


Además, enumera la investigadora, se conservan otros documentos relacionados con esta tradición, como el privilegio de los obispos de Sigüenza, indulgencias por participar en la Eucaristía de esa noche; dispensa del ayuno y abstinencia del día 7 y la defensa realizada por Juan Fernández Ximénez de 1699 de la comunión durante la Eucaristía de esta noche, en la Universidad de Sigüenza.

 

Los molieses no cejaron en su devoción mariana y en 1954, con motivo del centenario de la proclamación del Dogma de Fe de la Inmaculada Concepción decidieron erigir un monumento en honor a la Virgen. El lugar elegido fue el monte del “Ecce Homo”, junto a la ermita de Santa Lucía. De esta manera, se levantaba un gran monolito con una imagen de la Inmaculada, que fue inaugurado el 26 de diciembre con el máximo esplendor y solemnidad.



 

Texto íntegro de la bula papal de 1518

 

El Papa León X, en su sexto año de pontificado, concedió a Molina de Aragón el privilegio de realizar en la víspera del 7 al 8 de diciembre,  una misa capitular cantada -similar a la Misa de Gallo que se celebra en Nochebuena- oficiada por un Presbítero, un Diácono y un Subdiácono. De esta manera reconocía el sumo pontífice la devoción y la defensa a ultranza que desde siempre ha manifestado esta tierra hacia la pureza de la Madre de Dios. La bula papal, fechada el 18 de febrero de 1518,  se conserva todavía en perfectas condiciones y recoge el siguiente texto:


“A los hijos queridos actuales Rectores y a los Beneficiados de las Iglesias Parroquiales de la ciudad de Molina, de la Diócesis de Sigüenza, León Papa X.

A mis querido hijos, salud bendición apostólica. Con gusto aceptamos y seguimos concediendo los favores oportunos, las súplicas piadosas que esperan con honor la gracia de ser escuchadas, de los fieles de Cristo y principalmente de la Inmaculada Concepción, de la Bienaventurada Virgen María, Madre de Nuestro Redentor y autor de la Salvación Humana, Nuestro Señor Jesucristo.

Según nos expusisteis, entre vosotros mismos, alguna o muchas veces reunidos en sesión capitular, o juntamente con vivir para los católicos, el Día de la Concepción de María y , guiados por una piadosa devoción , y para que dicho pueblo estuviera presente con ánimo más atento a Maitines y a Laudes, y aumente su devoción, deseáis celebrar en vuestro nombre como humildemente nos habéis suplicado, una misa cantada con Presbítero, Diácono y Subdiácono, para que nos dignásemos a atender vuestras peticiones favorablemente y proveer oportunamente según la benignidad apostólica.

Pues nosotros inclinados hacia vuestras súplicas, os concedemos a vosotros y a los Rectores y Beneficiados, de dicha iglesia de San Gil y de otras iglesias parroquiales de la ciudad, que en víspera de la Concepción de la Beata Virgen María, después de Laudes, todos los años celebrar solemnemente, libre y devotamente, una misa cantada, con presbítero, Diácono y Subdiácono.

Y nosotros mismos concedemos como don perpetuo a los actuales Rectores Y Beneficiados, con nuestra propia autoridad Apostólica, y a tenor de las presentes, sin que sirvan de obstáculo otras letras Apostólicas provinciales y Sinodales publicadas en Concilios Generales, o construcciones espirituales y otras cualesquiera contrarias. Dado en Roma junto a San Pedro, bajo el Anillo del Pescador, día 18 de febrero de 1518 sexto año de nuestro pontificado”.

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