El entrenador del combinado gallardo se muestra satisfecho con el trabajo realizado por sus futbolistas en estos últimos compromisos y mira al futuro inmediato con ilusión
El pasado 15 de octubre, Aitor Gómez debutaba de nuevo en el banquillo de un CD Marchamalo que no atravesaba un buen momento. Desde entonces, a base de trabajo y esfuerzo, el combinado gallardo está abandonando poco a poco ese escenario y los buenos resultados se han convertido en una realidad.
En El Decano de Guadalajara hemos podido hablar con el propio Aitor Gómez en exclusiva y esto es lo que nos ha contado:
Cogiste al equipo en octubre, inmerso en una situación complicada. Pero, poco a poco, el equipo ha ido encontrando sensaciones y mejorando resultados. ¿Qué balance haces de estos primeros partidos?
El balance que hacemos, sobre todo de estas últimas siete jornadas, es un balance muy positivo porque el equipo ha aprendido a competir y ha entendido que para nosotros lo más importante es hacernos fuertes defensivamente. A partir ahí, seguro que vamos a tener ocasiones. Tenemos gente determinante en ataque y al final vamos a conseguir goles, pero tenemos que poner el cerrojo desde atrás.
Nos costó esas dos primeras jornadas entender que no era todo atacar. También había que defenderse y saber sufrir. Pero ahora el equipo está en una dinámica súper positiva y, por fin, están llegando los resultados. Para nosotros es lo más bonito, porque los jugadores están haciendo un trabajo incansable y siempre que obtienes el premio de los puntos se trabaja mucho mejor y con mucha más alegría.
¿Cuál crees que ha sido la clave del cambio del equipo?
La clave del equipo ha sido encontrar el equilibrio. Nosotros éramos un equipo, sobre todo en esas primeras cinco jornadas, que sí era capaz de generar ocasiones de gol. No estábamos acertados de cara a portería rival, pero sí generábamos. No obstante, cada vez que nos llegaban una o dos veces el equipo recibía gol y así se nos hizo muy difícil el poder puntuar en alguno de los primeros cinco partidos.
La clave ha estado ahí, en encontrar ese equilibrio. Somos un equipo que cuando ataca, lo hacemos juntos; que cuando defendemos, lo hacemos de la misma forma. Esa es la clave de este equipo.
Los jugadores han dado un paso hacia delante y han entendido que, para puntuar, tenemos que sufrir mucho en cada entrenamiento y cada partido. A partir de ahí, hacernos fuertes. También trabajar aspectos como el balón parado, que era algo que teníamos un poco apartado, y entender que en el fútbol tenemos que estar unidos para poder conseguir resultados positivos.
¿Cómo afrontáis este segundo tramo de competición?
El segundo tramo de la temporada es el más importante. Los equipos ya están, más o menos, posicionados en los puestos por los que vamos a pelear cada uno. Pero nosotros somos ambiciosos y creemos que si hacemos un bueno arranque después del parón navideño podemos optar a tener alguna opción de colocarnos en esos puestos de playoff, que sigue siendo nuestro sueño.
Yo creo que si somos capaces de mantener esa dinámica ascendente, esa línea positiva y, sobre todo, esa entrega en el terreno de juego, llegaremos a esas últimas jornadas vivos y ojalá que con opciones de poder seguir mirando hacia arriba.
Por último, volviendo atrás, ¿qué fue lo que hizo que tomarás la decisión de hacerte cargo del equipo además de compaginar tu labor como director deportivo?
Cuando Ángel toma la decisión de dejar el equipo, después de esas cinco primeras jornadas en las que solo habíamos conseguido un punto, empezamos un trabajo de reunirnos con entrenadores y ver los perfiles que podrían venirle bien al club. Llega un momento puntual en el que yo me reúno con el presidente para exponerle las condiciones económicas y deportivas de cada uno de los entrenadores con los que me he reunido. Él me propone coger yo el equipo, ya que al final soy el entrenador que conoce a los jugadores, de la casa y el director deportivo que los ha firmado y ha estado con ellos en el día a día.
No fue una decisión fácil. Lo he comentado ya en alguna ocasión, puesto que yo no tenía nada que ganar y sí mucho que perder. Pero, como siempre digo, es Marchamalo, el club que me dio la oportunidad y siempre tengo esa necesidad de sentirme en deuda con ellos. Era el momento de dar el paso hacia delante y demostrar que todo lo que hicimos no fue casualidad. Vamos a seguir consiguiendo cosas grandes. Es un club en el que yo me siento muy querido, en el que me dejan trabajar y, al final, cuando tú haces las cosas bien y trabajas mucho, los resultados siempre llegan. Esta es la explicación del por qué y el cómo tomé esa decisión de volver y de la que no me arrepiento. Estamos consiguiendo resultados, sacando al equipo de esos puestos de descenso y, lo más importante, poder mirar hacia arriba gracias al trabajo que estamos realizando.