No he entendido y seguiré sin entender por qué los medios de comunicación españoles siempre se olvidan y nunca dicen nada sobre dos fechas de las páginas negras de España.
Una, la del 18 de julio de 1936, en la que con una sublevación militar en África se inició el conflicto bélico más cruento de nuestra historia, la Guerra Civil, en la que durante dos años, 8 meses y 14 días, el territorio español fue escenario de batallas y venganzas en las que dicen murieron 500.000 personas. Otros como José María Gironella amplían esa cifra hasta un millón.
La segunda fecha, la del 1 de abril de 1939, en la que comenzaron los más de 36 años de dictadura franquista. Un periodo, sobre todo al inicio, de represalias, miedos, carencias, ausencias, aislamiento del Estado, soledad...
Hay muchos que señalan que la Guerra Civil española fue el laboratorio de ensayo para la guerra europea. Aquí vinieron nazis y stalinistas, a los que no les importaban ni nuestro dolor, ni nuestra ruina ,aunque algunos se empeñen en decir lo contrario. Es verdad que muchos de ellos encontraron aquí la muerte, pero los grandes líderes no estuvieron cerca de ella, sino que de lejos miraban lo que iba pasando, con las alegrías de sus victorias, la frustación de las derrotas y aquí experimentaron sus más mortíferas armas, con las que lucharon en la Segunda Guerra Mundial (1 de septiembre de 1939 a 2 de septiembre de 1945).
Han pasado 88 años de aquella página negra de nuestra historia. De los combatientes de uno u otro bando es difícil que quede alguno con vida pues pasarían de los cien años y de los niños de la posguerra- entre los que me encuentro- rondamos los noventa años, muy cerca del final. Por eso no entiendo ni entenderé por qué no se recuerdan estas tristes fechas. Es como si se quisieran borrar de la historia, acción imposible porque los muertos siempre estarán, no se pueden olvidar mientras vivan en nuestro recuerdo.
Una España que salió de la guerra dividida en dos bandos: el vencedor y el vencido. El bando vencedor, el de Franco, no fue generoso con el vencid sino cruel. Se dice que 150.000 personas murieron víctimas de esas represalias. También hubo miles de presos en las cárceles y en los campos de concentración, por los que pasaron entre 700.000 y un millón de personas, con una media de prisión de cinco años. Cerca de 500.000 se vieron obligados a ir al exilio. Para los niños de la posguerra fueron tiempos de tristeza, de ausencias. Miles de nuestros progenitores nunca volvieron, Mi padre murió en 1942 cuando yo tenía cinco años y había sido obligado a irse al frente en 1937, cuando yo contaba 3 días de edad.
Fueron tiempos de dolor, en los que funcionaban las cartillas de racionamiento, la fiscalía de tasas... De temor porque la policía del regimen seguía deteniendo a la gente, sancionándola, llevándola al destierro... Prosperaba el estraperlo (comercio ilegal ) del que se aprovechaban las clase más pudientes.
Por eso no entiendo el silencio de los medios de comunicación hacia esas fechas, que sería necesario seguir recordando porque existieron -y las consecuencias también- para que las generaciones futuras supieran que el odio y la violencia solo conducen a situaciones que no deben volver a producirse, de eso estoy seguro. Pero la historia es la historia y la pasada nadie puede cambiarla y los que la sufrimos no podemos olvidarla.
En la redacción de la Constitución de 1978 participaron personas de todas las ideologías políticas -algunas que habían participado en las luchas de la Guerra Civil, otras provenientes del exilio , algunas que habían sido desterradas-. El pueblo español la aprobó en referéndum el 6 de diciembre de ese año por el 87,78% de votantes que representaban el 58,97% del censo electoral. La Constitución nacida del consenso, del diálogo. Constitución que, por vez primera, no era de vencedores ni de vencidos, era de todos, nuestra Ley de leyes, a la que deseamos larga vida porque nos traerá la seguridad de que serán tiempos de paz para que España, nuestra querida España, siga avanzando en su desarrollo y ocupando el puesto de privilegio que le correspondió en la historia pasada y debe corresponderle en la historia presente y futura de la humanidad.
José Maria Bris Gallego. Funcionario del Estado. Diputado del Congreso con UCD(1979-1982) Senador con el PP (1986-2000) Vicepresidente de la Diputación Provincial (1983-1987) Alcalde de Guadalajara (1992-2003) Diputado Regional (2003-2011)