Molina de Aragón se prepara para vivir una cita muy especial con historia de la música pop y el rock español del último medio siglo, de la mano de los músicos e intérpretes que a lo largo de las últimas décadas ha alumbrado este Señorío. Un espectacular concierto que reunirá a más de 40 músicos, con el que se pretende rendir homenaje póstumo a Ricardo Valiente.
Este molinés polifacético tuvo la feliz idea de reunir hace diez años a los músicos y cantantes que han pasado por las diversas formaciones de los grupos, bandas y orquestas del Señorío, desde los años 60, hasta nuestros días, para interpretar esos temas que han ido escribiendo la banda sonora de nuestras vidas.
Ricardo Valiente daba una vuelta de tuerca a esa idea inicial, de tal manera que cada una de las formaciones que se subirían al escenario estaban compuestas por músicos de distintas generaciones por lo que, a lo largo de todo un año, personas con gustos músicales, experiencias y edades diferentes tuvieron la oportunidad de conocerse, compartir conocimientos e interpretar música juntos.
La década de los 60 daba sus últimos coletazos, mientras la fiebre de los Beatles hacía estragos entre los jóvenes de los pueblos de nuestra provincia. Aquella generación ya no gustaba tanto de los boleros, rancheras, pasodobles y tangos, que sus padres bailaban agarrados en las verbenas de los pueblos: Empezaban a dejarse los pelos largos, a vestir pantalones de campana y minifalda y a bailar desenfrenados con esa otra música que se coló en España, procedente de los países anglosajones.
Por aquel entonces, en nuestro país surgían por doquier aquellos primeros discos con aire yeyé que versionaban en español los temas de bandas como los Beatles, los Rolling Stones o los Animals o copiaban sus ritmos.
Los cuatro de Liverpool hace años que habían debutado en Las Ventas, aquel 2 de junio de 1965, y esos jóvenes ni siquiera se atrevieron a soñar con disfrutar en directo de la música de sus ídolos, pero tenían algo claro: Querían ser como ellos.
De esta manera, emergieron los primeros grupos en los pueblos de nuestra provincia: los pastraneros “Éboli”, junto con “Chocolate” o los molineses “Nómadas” fueron pioneros en subirse a un escenario cambiando los instrumentos de orquesta por la guitarra eléctrica, el bajo y la batería.
Ha llovido mucho desde esos últimos estertores de la década de los 60, cuando los Nómadas se subieron por primera vez a un escenario con motivo de una fiesta del Instituto, dando el pistoletazo de salida a la aparición de otras formaciones que surgieron al calor del contagioso ritmo de la música Pop: La Vieja Leyenda, Los Brindis o Apolo XI, entre otros.
Aquellos jóvenes no tenían apenas conocimientos de música. Algunos iban a aprender guitarra con el tío Valentín o ponían sus primeros acordes en la rondalla, gracias a la labor incansable de Pili Puertas y Clodoaldo y, otros, simplemente, recibían lecciones de quienes apenas sabían un poco más que ellos.
De esta manera, aprendían los temas del momento experimentando, hasta que lo que tocaban se conseguía parecer a lo que escuchaban en los tocadiscos de entonces.
El camino para ser como los Beatles no resultaba fácil. En aquella época, los instrumentos tenían unos precios desorbitados, prácticamente prohibitivos. Los Nómadas tuvieron la suerte de conseguir un contrato con el Casino de la Amistad, un club social que todavía constituye uno de los epicentros del ocio de Molina de Aragón y que entonces ofrecía música en directo todos los fines de semana, que les adelantó el dinero de todo el año para que pudieran comprar sus primeros instrumentos.
Tal y como comentaba Ángel Valiente, uno de los componentes de aquella banda pionera en Molina de Aragón, a esta redacción, la primera vez que se enfrentó a una guitarra eléctrica estaba convencido de que aquello se enchufaba directamente al enchufe de la pared, como si de cualquier otro aparato eléctrico se tratase.
Ellos tenían un sueño adolescente: querían ser como los Beatles y, caprichos del destino, o quizá fruto de esas aspiraciones que se desean con mucho ahínco, lograron hacerlo realidad, aunque a escala de esta modesta comarca.
A principios de los años 70, Alfredo Amestoy decidió grabar en Molina de Aragón, el primero de una serie de programas de televisión, que bajo el título “Campo Pop” iba recorriendo los pueblos de la geografía española en busca de esos grupos yeyés que surgían en la España rural. De esta manera, “Los Nómadas” tuvieron su momento de gloria, que después de algunos conciertos por los pueblos del Señorío, se desvanecería con su adolescencia, un par de años más tarde.
Sin embargo, aquello elevó a “Los Nómadas” a la categoría de leyenda y tras ellos quedó la estela de otras formaciones herederas, como La Vieja Leyenda, que con componentes de aquí y de allá y abarcando varias generaciones, conseguía llegar hasta el siglo XXI.
Desde entonces, han sido muchos los molineses que han escrito la modesta historia del Rock & Roll de Molina de Aragón, hasta llegar hasta nuestros días, cuando las nuevas tecnologías ponen al alcance de casi cualquiera grabar un disco o subirse a un escenario. Avena Loca, los Llantos del Odio, Pata de Vaca, Sexmas, Cachomostros, El Pairón, El Gaby y sus Primos, Kis Decir, la Kinta Criminal, la Ceja de Blas o la Blues Band, son sólo algunos ejemplos.
Aquel 22 de agosto de 2014 el Casino de la Amistad volvía a llenarse hasta la bandera, como cuando los Nómadas se subían al escenario, pero esta vez, esas tablas daban la bienvenida a generaciones y generaciones de músicos que han seguido sus pasos para protagonizar un espectacular concierto que se denominó “Molina Suena” y que se alargó hasta altas horas de la madrugada.
Una década más tarde, este sábado, 27 de julio, a partir de las 23.00 horas, el escenario del Casino de la Amistad volverá a recibir a más de 40 músicos “interpretando canciones de los últimos 50 años, unidos por la música, unidos por Ricardo”.