EDITORIAL. Guadalajara, desierto cultural

Si son ustedes algunos de los muchos guadalajareños que este mes de agosto se quedarán en la ciudad por obligación o por decisión propia, prepárense para aburrirse como ostras.

Y aprovechen, porque éste es el último fin de semana en el que van a poder disfrutar de alguna de las actuaciones de los Veranos Culturales organizados por el Ayuntamiento de la capital. 

A partir del lunes y hasta bien entrado septiembre, Guadalajara se convertirá en un auténtico desierto cultural. La Concejalía dirigida por Javier Toquero da por cerrada su programación veraniega, no sin antes apuntarse un tanto calificando de "gran éxito" el poco más de medio centenar de actos que arrancaron bien entrado el mes de julio y que, a excepción de dos actuaciones en Taracena y Usanos, ya ha llegado a su fin. 

Los Veranos Culturales se han quedado en unos ‘veranitos’ de menos de un mes de duración y el nombre escogido para denominar la actividad de dinamización del casco histórico, ‘Las Placitas del Casco’, ya hacía presagiar que el diminutivo iba a hacer nombre a su duración. (Haciendo un inciso: ¿Se puede ser más hortera a la hora de elegir los nombres para las programaciones culturales de esta ciudad?) 

En la Concejalía han debido pensar que los vecinos y vecinas van que chutan con poder haber disfrutado de tan ‘extensa’ programación y, dando por cerrado el verano a nivel cultural, están invitándoles a buscar otras opciones para los fines de semana, bien en los pueblos de la provincia, bien en las localidades madrileñas cercanas, donde las noches de verano son sinónimo de ocio en cantidad y calidad. 

Los hosteleros del casco y de otras zonas de terrazas deben estar dando palmas con las orejas. Otro mazazo a la economía local, porque si aquí no hay oferta cultural de la que disfrutar al tiempo que se toma un refrigerio o unas tapas, los guadalajareños la van a buscar fuera.

No es de extrañar esta sequía, ya que este año se ha producido un recorte significativo en el presupuesto destinado a los Veranos Culturales, pasando de los 241.000 euros gastados en 2023 por el anterior equipo de Gobierno, a los 191.000 euros destinados por el PP y Vox para el presente ejercicio. Un tijeretazo de casi el 27%. 

Tirando de ironía, teniendo en cuenta el sablazo que nos van a pegar este año con el IBI, el Ayuntamiento debería haber pensado al menos en mitigar el golpe ofreciendo a los sufridos vecinos una oferta de actividades culturales gratuitas que se hubiese extendido al menos hasta el inicio de las Ferias, tal y como venía haciendo el anterior equipo de Gobierno. 

Pero no. Vecinos y vecinas: Programación cero. La Concejalía de Cultura ha colgado en agosto el cartel de ‘Cerrado por vacaciones’. Ajo y agua.