Las finanzas personales siguen siendo un quebradero de cabeza para los españoles

Apenas un 5% de los españoles reconoce tener conocimientos avanzados sobre finanzas y la mayoría se sienten agobiados o desinformados a la hora de tratar con su banco. Un problema agravado por la falta de programas de educación financiera que deberían ser promovidos en las escuelas  

 

España tiene un serio problema con la educación financiera. Pese a ser un tema fundamental en nuestras vidas, poca gente es consciente de su verdadera importancia. Las finanzas nos van a acompañar, se quiera o no, a lo largo de toda nuestra vida ya sea con acciones muy básicas como abrir y gestionar una cuenta bancaria o saber entender una nómina o asuntos mucho más complejos como la compra de productos financieros para hacer crecer o mantener a salvaguarda los ahorros. 

 
Un problema que se viene agravando con el tiempo. Apuntan los expertos que buena parte de esa educación financiera debería ofrecerse en el ámbito familiar haciendo a los hijos participes de decisiones financieras que puedan comprender según la edad, haciéndolas más complejas conforme van creciendo.  
 

Sin embargo, esto no es tan sencillo como pueda parecer a primera vista partiendo de la base de los propios conocimientos de los padres, que en muchos casos son escasos, y la probable desidia de los hijos ante un teme árido y hacia el que no sienten ninguna preocupación al menos hasta empezar a recibir sus primeros ingresos por el trabajo. A la fuerza ahorcan, como diría el viejo adagio castellano.  
 

La educación financiera no deber recaer solo en las familias 
 

En este sentido, los gobiernos deberían asumir su responsabilidad y coger al toro por los cuernos mediante programas educativos que se impartan desde las escuelas. Recientes encuestas reflejan que más de un tercio de la población española admite tener una nula preparación para tomar decisiones financieras. Probablemente, buena parte de los otros dos tercios estén muy cerca de esa posición de desconocimiento, pero o bien no son conscientes de la realidad o bien les da vergüenza reconocerlo.  
 

Buena prueba de ello los refleja el test realizado por el Banco de España con preguntas cómo si se conoce el efecto de la inflación en su economía personal, si se conoce qué es el interés compuesto y si se es consciente de que la diversificación de la inversión sirve para reducir el riesgo. El resultado es desalentador. Apenas una de cada cinco personas ha sido capaz de responder correctamente a estas tres sencillas preguntas.  
 

Un reciente estudio realizado por el observatorio Cetelem sobre 'Conocimiento sobre finanzas' también viene a poner de manifiesto el escaso conocimiento financiero de los españoles. Del orden de un 60% de las personas encuestadas reconoce tener un conocimiento básico reducido a las gestiones básicas de la cuenta corriente.  
 

El déficit educativo en finanzas supone un importante lastre social 
 

Menos de un tercio de la población afirma tener un conocimiento elevado sobre productos financieros y gestiones bancarias avanzadas, siendo los españoles de entre 30 y 34 años los que destacan por encima de la media.  
 

Pero si se sube un poquito más el nivel, el resultado es realmente preocupante. Tan solo un 4,8% de los encuestados se declaran expertos en asuntos financieros, como inversiones o temas relacionados con la bolsa o los criptoactivos, siendo, en este caso, los jóvenes entre los 25 y 29 años los que destacan sobre el resto.  
 

Una desigualdad que se hace más evidente si se entra en el terreno de los ingresos. Las personas con rentas más altas, por encima de 70.000 euros, son los que aseguran contar con más conocimientos sobre finanzas, 15 puntos por encima de la media, cuando este tema afecta por igual a todos independientemente de la renta. De hecho, aquellos con menores ingresos deberían impulsar sus conocimientos en este sentido en busca de alcanzar su dignidad financiera, pues los que más tienen siempre tienen más facilidad para contratar servicios de asesores financieros en caso de necesitarlo. 
 

El desinterés o las dificultades a la hora de tratar con el dinero por parte de la población más vulnerable económicamente, debido en buena medida a la falta de educación financiera supone un importante lastre social pues complica asuntos tan básicos como mantener una relación manejable con el banco a la hora de hacer gestiones sin sentirse agobiado o desinformado a la hora de tomar decisiones. Algo que, además, tiene una sencilla solución con programas de educación financiera desarrollados y fomentados desde la escuela. 

 

Julio Muñoz. Periodista de información económica y experto en comunicación.