La colección repasa y denuncia la situación de la mujer en distintas partes del mundo, y puede verse hasta el 30 de septiembre
Con muy buena entrada en la sala multiusos de la Biblioteca León Gil, y más de una veintena de personas entre el público, la instalación cultural cabanillera ha iniciado este lunes 16 de septiembre el curso 2024-2025, con la celebración de la primera actividad cultural de la temporada: la inauguración de una magnífica exposición fotográfica: “Enfocando a la mujer silenciada”.
Se trata de una extraordinaria colección de imágenes captadas por todo el mundo por el periodista José Luis Fernández Liz (1950-2024), un autor fallecido el pasado mes de mayo, y cuya viuda está encargándose ahora de difundir su obra por distintas localidades.
La muestra puede verse en la Biblioteca León Gil hasta el próximo 30 de septiembre de 2024. Se trata de una colección de fotos de mujeres, en una exposición de carácter documental, y con una fuerte carga de denuncia sobre la realidad social de la mujer en distintas latitudes.
El acto ha contado con una charla explicativa entre la directora de la Biblioteca, Pilar de Isidro, con Lola Ramírez, viuda del autor. Al mismo han acudido los dos concejales del área de Cultura, Luis Blanco y Rosa María García; junto a la concejala de Igualdad, Abigail Cordero, y la edil Mar López.
En su charla, Lola Ramírez ha hablado de la figura de Fernández Liz, tanto de su bagaje profesional como de su afición por el reporterismo y la literatura. Ha comentado que la muestra tiene tres subsecciones temáticas, y también ha leído un fragmento de un prólogo del libro que recopila esta muestra, y que condensa muy bien el objetivo que el autor buscaba con estas imágenes, su compromiso con la Agenda 2030 y el objetivo de la igualdad de género.
Además, se ha proyectado un vídeo grabado por Fernández Liz antes de su fallecimiento, en el que también explicaba su trabajo y lo que buscaba con estas fotografías.
Dejó dicho el autor:“la mujer ha tenido un papel imortante en el mensaje fotográfico, pero no el papel que le correspondería como sujeto activo en la sociedad sino un rol colateral y discriminado, como objeto de deseo, como musa del artista, como reclamo publicitario con connotaciones sexuales o como modelo de belleza para el fotógrafo. Después de haber fotografiado en diferentes países las acciones cotidianas que la mujer realiza, es fácil constatar que en este mundo globalizado se le sigue otorgando un papel secundario. El trato es discriminatorio y la desigualdad evidente”.