El asunto de la Zona de Bajas Emisiones de Guadalajara es -perdónennos la expresión- para mear y no echar gota.
A dos meses de la entrada en vigor de la Ordenanza municipal que regula la circulación por el casco histórico, la Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento aprobaba el martes una moratoria de la misma, de modo que los vehículos no autorizados podrán circular libremente sin ser multados hasta el próximo 1 de octubre de 2025.
El concejal de Urbanismo, Alfonso Esteban, alegaba que, de este modo, dará tiempo a adjudicar el nuevo contrato que regula el estacionamiento limitado en la ciudad, un procedimiento administrativo que está actualmente en marcha y del que depende el capítulo de sanciones de la ZBE.
Lo cierto y verdad es que esta jugada administrativa más bien parece una excusa en toda regla y una forma de camuflar la nefasta y caótica gestión que está realizando en este asunto el equipo de Gobierno.
A fecha de hoy, la famosa aplicación a través de la cual se iba proceder a registrar las matrículas de los vehículos exentos de las restricciones no funciona. Y eso que el concejal de Medio Ambiente, Jose Luis Alguacil, aseguraba que el 2 de mayo comenzarían a funcionar los puntos de información presencial, telefónico y online. Cinco meses después, nada de nada.
A este completo desierto informativo para vecinos y comerciantes, se suma la denuncia realizada por el Grupo Municipal Socialista alertando de que, de no ponerse en marcha la Zona de Bajas Emisiones, están en peligro cuatro millones de euros de Fondos Europeos que se han gastado en proyectos como las plazas de Prim y San Esteban o el parking disuasorio del Brianda de Mendoza, financiados en parte por estos fondos y que se pueden perder por el retraso continuado de la implantación de la ZBE.
Y para rizar el rizo, en un ejercicio de total incongruencia, el grupo municipal de Vox afirma a través de una nota de prensa que hará "todo lo posible" para que no se aplique la ZBE. En boca del su portavoz, Víctor Morejón -conocido por estos lares como ‘El Gran Orador’ por su gran locuacidad en sus intervenciones públicas- su formación lleva ya tiempo trabajando para "frenar la aplicación de la ZBE en Guadalajara, ya que es una medida que consideramos innecesaria".
Así, con un par, le dan en todas las narices al PP del Ayuntamiento. Será que se les ha olvidado que forman parte del equipo de Gobierno que, en el Pleno del día 1 de marzo de 2024, aprobó definitivamente la Ordenanza Reguladora de la Zona de Bajas Emisiones, que contó con el voto favorable de Vox.
O el señor Morejón miente a los ciudadanos ahora o, lo que es peor, les mintió en el citado Pleno, votando a favor de una medida con la que es cierto que hace tiempo se muestran contrarios. Al igual que se mostraron contrarios a la subida del IBI, que también ratificaron con su voto.
La incongruencia y el descaro de los concejales de Vox en el Ayuntamiento de Guadalajara raya el ridículo político más extremo. Porque votar a favor de cuestiones con las que estás en desacuerdo no es ya sólo una contradicción sino fallar y mentir a aquellos que les votaron. Y a aquellos con los que firmaron un pacto de Gobierno que llevó a Ana Guarinos a la Alcaldía.
Pero claro, un sillón es un sillón -dos en el caso del señor Morejón que también es diputado provincial- y un buen sueldo público es un buen sueldo público. Da igual mentir, manipular y censurar con tal de cobrar una nómina de muchos ceros a fin de mes.
Señora Guarinos, mucho cuidado con los compañeros de cama que ha escogido. No es la primera vez que se la juegan ni que les ponen en ridículo. Usted, que es mujer de carácter, debería de aplicarles algún ‘correctivo’.
Aunque mucho nos tememos que de nada va a servir ¡¡¡Estos chicos de Vox son incorregibles!!!
Y peligrosos.
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