Algunas teorías hablan de que se trata del espíritu de la reina Doña Blanca, mientras otras se decantan por el obispo Don Bernardo de Agén. Sea quien sea, las leyendas cuentan que por las noches se escuchan lamentos y ruidos de cadenas entre los medievales muros del antiguo Castillo
Este no es un puente cualquiera en el calendario. La festividad religiosa de Todos los Santos ha dado lugar a numerosas celebraciones paralelas más festivas e irreverentes, no precisamente relacionadas con el cristianismo, sino importadas de otros lugares del mundo como es el caso de Halloween.
Tanto si nuestros lectores son seguidores de una u otra corriente, a buen seguro que en estos días escucharán algún que otro relato relacionado con ánimas, apariciones, espectros y fantasmas. Almas errantes que aterrorizan a niños y grandes y que forman parte de las leyendas y misterios de cada pueblo o ciudad.
Guadalajara no es ajena a las fábulas o mitos fantasmales, muchos de ellos recogidos en el exitoso libro ‘Prodigios y misterios de la provincia de Guadalajara’, de Ángel Arroyo Benito, editado por Aache Ediciones y Océano Atlántico Editores, que ya va por su segunda edición. Precisamente uno de sus relatos nos ha llamado la atención por aquello de una posible ‘pugna’ entre dos espíritus, que reclaman ser los verdaderos fantasmas de un recinto muy especial ubicado en la provincia: el Parador de Sigüenza.
Si ya es imponente la imagen del castillo medieval que acoge el Parador y que domina toda la ciudad, el hecho de que reyes, cardenales y obispos residieran en esta fortaleza del siglo XII le añade un plus que se ha sabido explotar muy bien a nivel turístico. Pero si además, se suma que por sus pasillos se pasea por las noches un ánima errante, el resultado es un cóctel perfecto para los amigos del misterio y de las experiencias paranormales.
Comencemos con el fantasma de Doña Blanca. Según relata Ángel Arroyo a El Decano de Guadalajara, "parece ser que en muchas ocasiones los trabajadores y algún que otro cliente han sido testigos de la aparición de una neblina que flota en el aire y que deambula por los pasillos y corredores del Parador". La historia fue corriendo de boca en boca, especialmente en la década de los 90. "Poco a poco- añade- los rumores se fueron distorsionando hasta llegar a decir que por las noches se escuchaban los sollozos de una mujer y el ruido de unas cadenas al arrastrarse".
La prestigiosa Guía Repsol se hizo eco del caso. En sus páginas digitales puede leerse: "Los sollozos de Doña Blanca se escuchan en los pasillos del Parador de Sigüenza al caer la noche. Es su fantasma, el espíritu de una pobre desgraciada que vivió encerrada en el castillo antes de ser asesinada. Empapados con su historia, pasamos la noche en esta fortaleza de pasillos abovedados, lámparas de araña y armaduras de caballeros”.
El halo de misterio que rodea al Parador ha hecho que el periodista Iker Jiménez, fan de los sucesos paranormales, haya visitado varias veces el castillo. En el Parador ha rodado varios programas de ‘Cuarto Milenio’ y celebró el bautizo de su hija Alma.
Blanca de Borbón, una bella joven, rubia y de ojos azules, fue esposa ‘de conveniencia’ de Pedro I El Cruel quien, a los pocos días de casarse, la repudió. Tras estar presa varios años en otros castillos y prisiones del país, fue encerrada en el entonces recinto episcopal de Sigüenza entre 1355 y 1359.
La leyenda cuenta que estuvo confinada en unas pequeñas dependencias que existían en una atalaya que pasó a llamarse Torre de Doña Blanca o Torre de Mari-Blanca. Sin embargo, realmente no estuvo encarcelada como tal, ya que podía deambular por todo el Castillo e incluso pasear por la ciudad, pero nunca podía salir de ella.
En 1359 fue trasladada a El Puerto de Santa María (Cádiz), al conocido como Castillo de Doña Blanca, y en 1361 su marido ordenó su marcha al Alcázar de Jerez de la Frontera, donde la confinó en una torre.
Doña Blanca murió en Medina Sidonia en ese mismo año. Según explica Ángel Arroyo, la leyenda cuenta que fue asesinada de un tiro de ballesta por orden de su marido aunque hay otra versión que habla de que fue envenenada.
Fuese como fuese, murió lejos de Sigüenza, por lo que realmente no se corresponde con las historias de fantasmas, que suelen aparecerse en los lugares en los que han muerto.
No obstante, los comentarios en redes sociales de personas que aseguran haber visto la famosa neblina o haber escuchado y sentido cosas ‘extrañas’ durante su estancia en el Parador de Sigüenza son muy numerosas, por lo que el mito continúa siendo explotado en los folletos de Paradores Nacionales como un reclamo más para visitarlo.
Además, en la última reconstrucción de la fortaleza, el arquitecto José Luis Picardo, constructor del actual Parador, hizo una celda con una reja en un pequeño cuarto de una torre, rehabilitando un espacio del siglo XVI de unos seis metros cuadrados en los que colocó una silla y un escritorio. Junto a la entrada, instaló un enorme cartel de cerámica talaverana en el que se narra la biografía de la reina. Esta estancia está situada en el ala derecha del Parador y puede ser visitada por los huéspedes durante un tour que organiza el alojamiento cada día a las 17:00 horas.
La explicación sobre las apariciones de Doña Blanca es más sencilla de lo que parece. Ángel Arroyo asegura que probablemente se trate de un fenómeno meteorológico de niebla, muy habitual en la zona seguntina: "Puede ser atribuido a un fenómeno de condensación. Tras las obras de reforma se mantuvieron los muros de piedra y la humedad que condensan. Y eso, unido a las temperaturas de la zona, pueden hacer que se forme esa niebla que los huéspedes y trabajadores atribuyen a un espíritu. Es lógico porque lo que no se conoce siempre suele atribuirse a fenómenos extraños". afirma.
El segundo fantasma ‘en liza’ es el de un hombre: Don Bernardo de Agén. Durante sus investigaciones para su libro ‘Prodigios y Misterios de la provincia de Guadalajara’, Ángel Arroyo, descubrió que en algunos folletos publicitarios de Paradores Españoles, se aludía a otra persona como la famosa aparición fantasmal del de Sigüenza: "Ahora tenemos reflejados dos fantasmas. Muchos opinan que el posible fantasma que deambula por el lugar no sea el de Doña Blanca, que no murió allí. Proponen que se trata del espíritu de Don Bernardo de Agén", señala.
Nacido en Aquitania en 1080 y muerto en la localidad guadalajareña de Huertahernando en 1152, fue un eclesiástico de la Orden del Cluny, líder militar de la reconquista de Sigüenza y primer obispo de su Diócesis.
Ejerció su obispado durante 31 años y fue el que conquistó con tropas castellanas la Alcazaba sobre la que después se asentó el futuro Castillo, hoy Parador. Su cuerpo reposa en la Catedral de Sigüenza.
Arroyo destaca que uno de los argumentos más significativos que apoyan que el fantasma del Castillo es el de Bernardo de Agén es lo que ocurrió en una convención celebrada en el Parador y que aparece en un folleto del alojamiento editado en el año 2013.
Textualmente narra:
"Es el caso que, con ocasión de una convención, desprendióse la pantalla explicativa, colgada en alguno de los muros de tan histórico recinto. El maestro /monitor de tan prometedor alumnado decidió atribuir el pequeño suceso a la mágica intervención del fantasma del Castillo.
Al siguiente día, los participantes fueron nuevamente sobrecogidos por un nuevo e insólito desprendimiento del mismo panel… A la vista del repetido acontecimiento, alguno de los doctos asistentes decidió que el tal fantasma, sin duda, tenía que ser un hombre, puesto que estas cosas sólo suceden ante la presencia de mujeres.
Fue así acordado por unánime decisión -con la complicidad manifiesta de los profesionales de este Parador- que toda esta mágica y sorprendente actuación no era ni más ni menos que la venganza del fantasma de Fray bernardo, primer obispo de este castillo, que aún anda vagando por estos pasillos.
Desde entonces, el fantasma de Fray Bernardo viene mostrando su potencia y presencia en este Castillo/Parador"
Dado que no hay acuerdo sobre quién es realmente el fantasma del Parador de Sigüenza, lo mejor es hacer caso del consejo con el que Ángel Arroyo cierra este capítulo en su más que recomendable libro: "¿Se trata de un fenómeno paranormal? ¿Es el fantasma de Doña Blanca? ¿Es el de Don Bernardo? Todo apunta a que no, pero si alguien tiene ocasión de presenciar otra aparición fantasmal en el Castillo, por favor, no salga corriendo y acérquese y le pregunte cuál de los dos es. Si Blanca o Bernardo, para salir de dudas. Gracias por anticipado".
Aunque para ello, habrá que esperar a que acaben las obras de reforma que se están acometiendo en el Parador, que finalizarán la próxima primavera. Si los fantasmas no lo impiden...