“No soy activista y nunca lo he sido. Yo defiendo la igualdad de género a través de la investigación”

Publicado por: Marta Perruca
15/11/2024 10:00 AM
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Concha Carrasco Carpio es doctora en Ciencias Económicas y directora de la cátedra sobre Igualdad de Género de la Universidad de Alcalá (UAH), Isabel Múñoz Caravaca, creada en 2019 e integrada por una quincena de investigadoras e investigadores pero, además, es la directora de Relaciones Institucionales de la UAH, profesora en el Departamento de Fundamentos de Economía e Historia Económica del área de Sociología y coordinadora del Grupo de Investigación para el Desarrollo Humano, la Igualdad y la Inclusión Social

 


Asegura estar encantada de pilotar la cátedra Isabel Muñoz Caravaca, que lleva el nombre de quien fuera maestra en Atienza entre 1885 y 1892 y una gran impulsora de la igualdad en la Educación, porque le ha permitido profundizar en una materia en la que la investigación tiene una función transformadora de la sociedad, pero cabe señalar que inició su andadura estudiando el fenómeno de la inmigración y su proyección socio-económica en España, dos ámbitos que, según nos cuenta, “están interconectados, porque tanto el racismo como el sexismo tienen una misma raíz: el poder”.

 


Sólo el hecho de capitanear la primera cátedra de igualdad de la UAH plantea un sinfín de preguntas interesantes, pero es inevitable empezar cuestionando algo que seguro que se ha cruzado por la mente del lector: ¿Cómo logra compaginarlo todo? A lo que responde que “con mucha organización y mucho trabajo y todo ello aderezado con mucha pasión” y añade un último ingrediente, que es fundamental: El apoyo de la familia. “Tengo la suerte de tener una pareja que es muy corresponsable, tanto en las tareas domésticas, como en la educación de mis dos hijas, como en cualquier asunto académico. Mi familia siempre está ahí, apoyándome en las actividades que tengo que realizar. Y ya que tengo poco tiempo para ellos, los integro en muchas de las cosas que hago”, comenta.

 


Atiende a El Decano de Guadalajara tras regresar de una estancia de investigación en Buenos Aires, en su despacho de la Facultad de Educación, en Guadalajara, con una calurosa sonrisa siempre dibujada en los labios y unos ojos que no dejan de brillar mientras habla.

 


- La Cátedra de Investigación Isabel Muñoz Caravaca se impulsa en marzo de 2019, ¿en qué contexto surge y por qué en ese momento?

La década de 2010 ha sido muy prolija en reflexión, lo que se ha visto muy plasmado en las leyes que se han ido promulgando. En Castilla-La Mancha, el 18 de noviembre de 2010 se promulga la Ley de Igualdad entre Mujeres y Hombres y en 2018, la Ley para una Sociedad Libre de Violencia de Género. Es decir, dos leyes que han marcado un antes y un después en la región en el tratamiento de la Igualdad de Género. A nivel estatal, en 2007 se aprueba la Ley para la igualdad efectiva de mujeres y hombres y en 2022, la Ley integral para la igualdad de trato y la no discriminación.

 


Por lo tanto, ha sido un momento muy reflexivo, después de las distintas olas del feminismo, de pensar en los derechos civiles, en los sociales, en el voto y en reivindicaciones más específicas y también en el tema de la violencia sexual, por ejemplo, con el caso de ‘La Manada’, que nos marcó mucho a nivel de sociedad. Todo ello hizo que fuera un momento muy bueno para crear una cátedra para la Igualdad.

 

"En las universidades no ha habido Unidades de Igualdad hasta la promulgación de la Ley de 2007 y en la de Alcalá, aunque se habían hecho trabajos previos, no se crea hasta 2012".

 

 

- ¿Se investigaba mucho en igualdad por aquel entonces?

Yo creo que siempre se ha investigado. Lo que pasa es que no sé si se le daba tanta divulgación e importancia como desde el año 2010, en adelante. En las universidades no ha habido Unidades de Igualdad hasta la promulgación de la Ley de 2007 y en la de Alcalá, aunque se habían hecho trabajos previos, no se crea hasta 2012. Es cierto que desde los años 70 siempre ha habido grupos de investigación con gente muy buena, de la que hemos bebido las que hemos venido después, pero también que se ha intensificado, porque los grupos de investigación se han ido conformando en mayor medida en torno a esta idea de igualdad de género, a partir de 2010, en adelante.

 


- ¿Cree que la cátedra era una asignatura pendiente de la UAH?

Más que una asignatura pendiente ha venido a complementar lo que ya se venía haciendo desde la creación de la Unidad de Igualdad en 2012 y por otros grupos de investigación. Había un grupo muy potente en Igualdad de Género en Derecho y, de hecho, el primer estudio que realizamos en la Cátedra lo hicimos con ellas, porque nos parecía que era muy importante el marco jurídico: el tener una guía jurídica a hora de saber qué hacer, dónde ir, las respuestas que se pueden dar, dónde buscar la ayuda, etc.

 


Yo no diría que la cátedra fuera una asignatura pendiente y que nosotros hayamos venido a ocupar un espacio vacío, sino que es complementaria.

 


Posiblemente, sí que haya intensificado la investigación y contribuya a una mayor sensibilización, porque cuando tienes una cátedra, al final, organizas jornadas, invitas al estudiantado a que se una a algunas investigaciones y nos acompañan equipos de voluntarios o voluntarias con algún profesor o profesora de la Facultad de Educación cuando hemos tenido que hacer trabajo de campo...

 


La primera investigación la realizamos en 60 institutos de Castilla-La Mancha. Cuando llegábamos con esos equipos formados por alumnos jóvenes de la Facultad de Educación e investigadores más senior, los estudiantes del instituto se sentían más cómodos haciéndoles preguntas y tenían una mayor empatía con el alumnado de la UAH.


- ¿Cómo acaba Concha Carrasco al frente de la cátedra?

Cuando se firmó la cátedra, Araceli Martínez era la directora del Instituto de la Mujer y estaba muy preocupada por la investigación científica en la Igualdad, por lo que buscó una persona en la Universidad de Alcalá y otra en Universidad de Castilla-La Mancha, porque ambas cátedras han ido a la par. Yo había hecho un trabajo previo en 2015 para la elaboración del Protocolo de Prevención de la Mutilación Genital Femenina, con otras dos compañeras,Cristina Francisco del Rey, y Marta Ibáñez, también de la UAH, por lo que me propuso al Vicerrectorado. La verdad es que estoy encantada de estar al frente de la cátedra, porque me dio la oportunidad de volver a trabajar en temas sociales e involucrarme más en la transformación social, que es lo que más me ha gustado siempre en mi vida personal y académica. Siempre he tenido mucha inquietud con la cooperación al desarrollo y he trabajado mucho en temas de inmigración y la cátedra me daba la oportunidad de profundizar más en Igualdad de Género.

 

"Hemos hecho muchísimas cosas, pero más que los resultados yo destacaría el proceso. Los resultados son importantes(...), pero el proceso para mí ha sido fundamental, porque se ha ido creando una masa crítica de personas que hemos reflexionado sobre muchos temas"


- Este año la cátedra cumple sus cinco primeros años, lo que parece un buen momento para hacer balance de esta primera etapa y plantear los retos para el futuro ¿Cuáles considera que han sido los principales hitos en este periodo?

Una de las cosas más bonitas y que ha sido un hito para todo el equipo fue esa primera investigación que hicimos en Castilla-La Mancha con más de 1.800 estudiantes de 3º y 4º de la ESO, para lo que nos trasladamos a los centros, pasamos un cuestionario, pero al mismo tiempo realizamos una serie de talleres reflexivos. Esto nos marcó mucho a todo el equipo. Nos divertimos muchísimo, pero además fue muy intenso el feedback con la población adolescente. Les preguntamos sobre estereotipos, mitos del amor romántico y la violencia de género, sexismo, pornografía, si la consumían, si la sociedad era machista... Hicimos varias escalas y, después de cuatro años de haber hecho el trabajo de campo, seguimos publicando resultados de ese estudio, porque tenemos mucho material, fue muy representativo y vino en un buen momento.

 


Es cierto que ya se hablaba de consumo de pornografía y la sociedad estaba muy mentalizada de que eso era dañino para la población adolescente por el visionado que se hacía y la mala interpretación de lo que se veía, pero es que esto ha evolucionado tan rápido con las redes sociales que el segundo estudio que hicimos fue precisamente de redes sociales, porque nos lo pedía el guion.

 


El tercero, tenía que ver con cómo estaba preparado el profesorado de las universidades, sobre todo los que van a ser maestros y maestras, a la hora de coeducar y sensibilizar en la igualdad entre hombres y mujeres. Así que cada uno de los estudios ha sido un hito.

 


Por otro lado y en lo que se refiere a las actividades de la cátedra, a mi me han gustado mucho las exposiciones que se han hecho con Elena García Esteban, que es componente de la Cátedra en el ámbito de las artes y ha realizado exposiciones con poquito material, una de ellas con marionetas de papel, reivindicando el papel de las mujeres artistas españolas. Muchas de estas marionetas están expuestas en el Multidepartamental, con lo que parte de la obra de la Cátedra está en ese otro edificio de la UAH en Guadalajara reivindicando a las mujeres artistas. Asimismo, hemos hecho escenografías con Marina Barba, que también pertenece a la cátedra, que viene de la música y del teatro, con lo que hemos hecho algunas representaciones teatrales con música en momentos puntuales, como el 25-N.

 


Además, hemos llevado a cabo concursos de coeducación con los institutos de Guadalajara, en colaboración con la Delegación de Educación, Cultura y Deportes.

 


Hemos hecho muchísimas cosas, pero más que los resultados yo destacaría el proceso. Los resultados son importantes y nos ayudan a publicar, a tener mejor currículum académico, pero el proceso para mí ha sido fundamental, porque se ha ido creando una masa crítica de personas que hemos reflexionado sobre muchos temas, como si las variables en las encuestas tienen que ser binarias, es decir, sexo hombre o mujer. Desde ahí, a otras más profundas en las que hemos podido adentrarnos por el hecho de estar investigando juntos en igualdad, no discriminación, etc.

 

"Un reto que tenemos en la Cátedra es tratar de estudiar asuntos que sean prioritarios y eficaces para conseguir la igualdad real entre hombres y mujeres (...) y uno de ellos, que se está viendo en el mercado de trabajo, es la corresponsabilidad".


- ¿Y cuáles son los principales retos de la cátedra ?

Un reto que tenemos en la cátedra es tratar de estudiar asuntos que sean prioritarios y eficaces para conseguir la igualdad real entre hombres y mujeres. Tenemos que descubrir dónde están esos problemas que en la sociedad española están haciendo mucha mella todavía y uno de ellos, que se está viendo en el mercado de trabajo, es la corresponsabilidad. Por eso creo que, aunque todavía no lo hemos decidido de manera definitiva, vamos a investigar sobre la corresponsabilidad y la dedicación del tiempo a las tareas domésticas y a los cuidados de menores y ancianos.

 


Luego tenemos un reto por el tiempo del que disponemos. El personal docente e investigador tenemos muchas horas de clase, muchos trabajos de fin de grado y fin de máster que tutorizar, tesis doctorales y muchos grupos donde tienes que corregir los trabajos prácticos que desde el Plan Bolonia se han duplicado y triplicado. Esa falta de tiempo es un reto en negativo para la investigación, porque el tiempo es el que es: Te tienes que dividir entre docencia, investigación y, en muchos casos, la gestión y resulta complicado compaginar todo eso y, a veces, se resiente alguna de esas patas. Creo que se debería dedicar mucho más tiempo a la investigación en el seno de las universidades.

 


- Entonces, se podría decir, que en los aspectos que estudia, la Cátedra puede ser una especie de termómetro social en materia de Igualdad ¿Cuál dirías que es la temperatura que marca?

Yo creo que nos hemos sorprendido de que todavía la población adolescente tuviera mitos del amor romántico o una cantidad importante de actitudes sexistas o que tuvieran muy distorsionada la visión de violencia de género, por poner tres ejemplos. Nos sorprendió que más de un 15% de la población adolescente pensara que los celos son una muestra de amor, que es un mito del amor romántico; o, ya en aquel momento, el consumo de pornografía, porque más del 65% la había visionado, aunque fuera esporádicamente, más los chicos, que las chicas, lo que siempre es así y, además tienen formas diferentes de consumirla. Yo diría que creíamos que la igualdad real y efectiva había permeado más en la sociedad castellano-manchega en concreto y en general en España, pero nos hemos dado cuenta de que es muy complicado transformar una sociedad. Cuando te han educado en unos roles muy definidos de lo que tiene que ser un hombre y una mujer, es muy complejo salir de eso y no basta con ponerse las gafas moradas. Hay que hacer un buen esfuerzo de reflexión crítica y autoconciencia. Plantearte cómo quieres educar a tu familia o comportarte como mujer o como hombre; romper con esos roles que no te definen y ser muy valiente y tener mucho coraje para enfrentarse al estrato de la sociedad tal y como lo conocemos.

 

"Creíamos que la igualdad real y efectiva había permeado más en la sociedad castellano-manchega en concreto y en general en España, pero nos hemos dado cuenta de que es muy complicado transformar una sociedad".

 


- Entonces, ¿hemos avanzado o involucionamos…?

Depende de con qué nos comparemos. Si nos comparamos con nuestra sociedad de hace 50 años, obviamente, hemos evolucionado. Si pensamos en todas las mujeres que han luchado por el sufragio femenino, ahí está, lo consiguieron y son nuestras predecesoras, a las que admiramos en la Cátedra y debería admirar toda la sociedad en general.

 

La igualdad se ha conseguido en muchos frentes. El problema es que siguen existiendo determinados ámbitos en los que parece que vamos a peor, como por ejemplo, la violencia contra la mujer. Según los datos correspondientes a 2023 del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género, los órganos judiciales recibieron 199.282 denuncias por violencia de género, casi un 10% más que el año anterior y, si hablamos de mujeres víctimas, fueron 194.658, es decir, también más de un 10% que en 2022, cuando rondaban las 176.000. Además, se ha visto por estos organismos que a partir de 2013, en adelante, se ha producido un aumento de la violencia machista, la más atroz, la que termina con el asesinato, pero también de la violencia sexual. Esto nos hace pensar: ¿Qué es lo que está pasando en esta sociedad? y yo no tengo una respuesta unívoca, porque son muchas las dimensiones y los factores que influyen.

 


Por lo tanto, hay que seguir investigando y analizando la sociedad desde distintas ópticas, porque parece que no cala todo este trabajo de investigación, reflexión, talleres, sensibilización, políticas públicas, de dinero del Pacto de Estado contra la Violencia de Género, etc. Incluso podría parecer que es al revés, por lo que necesitamos una reflexión muy profunda.

 

"La igualdad se ha conseguido en muchos frentes. El problema es que siguen existiendo determinados ámbitos en los que parece que vamos a peor, como por ejemplo, la violencia contra la mujer".

 

- ¿Cree que es posible que los mensajes no calen por la utilización política que se está haciendo de la Igualdad?

La sociedad ahora se divide, haciendo una reducción, entre las personas y las instituciones y organismos que hacen políticas preventivas y las que hacen políticas reactivas. La sociedad está viviendo esta polarización y, al final, se ideologiza mucho. El tema del feminismo, la igualdad, la violencia de género... tienen esta connotación tan ideológica que al final las personas no reflexionan como deberían sobre su papel en la sociedad. Si hablamos de derechos humanos y le preguntamos a cualquier persona en la calle si está a favor de la igualdad entre hombres y mujeres, yo dudo de que alguien contestara que no. Sin embargo, todo lo que está detrás del aspecto político está más polarizado.

 


Yo creo que en el ámbito científico tenemos que superar ese nivel e intentar hacer estudios que sean lo más científicos posibles, porque en el momento en el que haces un estudio con una muestra representativa de la población, que no te dejes ningún sector por preguntar, salga lo que salga, sin falsear los datos, con honestidad y ética en la investigación, ese estudio es útil para toda la sociedad, porque la universidad lo que pretende es ser neutral en el aspecto más ideológico.

 


A veces te tachan, porque si yo dirijo una cátedra de igualdad de género la gente puede pensar que soy una feminista recalcitrante y activista y, a lo mejor, si me conoce, ve que soy una persona normal, que hace investigación en igualdad de género, que cree en la igualdad entre hombres y mujeres y que trata de hacer su trabajo lo mejor posible, desde el punto de vista académico y científico.

 

No soy activista y nunca lo he sido. Hay personas a las que yo las admiro, porque piensan una cosa y la defienden hasta el final y, si tienen que hacer activismo, lo hacen. Yo defiendo la igualdad de género a través de la investigación.

 

"Si hablamos de derechos humanos y le preguntamos a cualquier persona en la calle si está a favor de la igualdad entre hombres y mujeres, yo dudo de que alguien contestara que no. Sin embargo, todo lo que está detrás del aspecto político está más polarizado".


- Desde luego, hay una corriente de pensamiento que entiende que todas las personas feministas tienen una postura muy radical y que serlo, por ejemplo, implica reclamar que se destruyan o censuren obras de arte o literarias por considerarlas machistas o cosas así...

Ese es el mensaje y tiene que quedar muy claro. Hay muchas personas que estamos en este ámbito que no somos, para nada, como nos llaman, feminazis (se ríe). Yo pediría a la sociedad española sensatez.

 


-Por otro lado, el paradigma actual en materia de Igualdad nos ha desvelado que existen los sesgos de género. Por ejemplo, durante la pandemia se planteaba que los síntomas o los efectos secundarios de la vacuna podrían ser diferentes en hombres y mujeres…

Está claro que vivimos en un mundo que todavía es muy androcéntrico. El centro ha sido el hombre y es el que ha marcado la normativa y el estilo de vida en España. Cuando estás habituada a vivir en una sociedad en la que no se cuestionan los roles de hombres y mujeres, obviamente, no te das cuenta. Toda esta reflexión que se ha hecho desde el feminismo ayuda a que seamos mucho más conscientes de estos sesgos. Por ejemplo, de que sólo se hagan investigaciones con ratones macho y no con las hembras, que a lo mejor servirían para descubrir sesgos en la investigación experimental que no se habían planteado, para poder trasladarlos a la sociedad en su conjunto.

 

"La investigación y llegar a tener un buen currículum académico es más difícil para las mujeres. Todavía somos menos investigadoras principales en proyectos de I+D, tenemos menos sexenios y somos menos en el alto rango de las catedráticas"


- Es un hecho que la investigación no es un camino de rosas en España, pero ¿es más difícil para las mujeres?

En la Universidad de Alcalá se acaba de hacer un diagnóstico de la situación del personal antes de la elaboración del segundo Plan de Igualdad de la UAH, donde se ve claramente que las mujeres catedráticas representan un 26%, es decir, que todavía nos cuesta llegar a los rangos académicos más altos. Esto denota que tenemos menos sexenios de investigación; que podemos dedicar menos tiempo, porque hemos tenido hijos e hijas, hemos dedicado más tiempo a la conciliación y al cuidado, hemos viajado menos y hecho menos estancias de investigación… Si quieres estar a la misma altura que un hombre, todavía hay una rémora que está en el tema de la corresponsabilidad en todo: En las tareas domésticas y en el cuidado tanto de ancianos, como de menores. Ahí está la clave. Estamos a punto de cerrar convenio con Instituto de la Mujer de cara a los próximos cuatro años y nos estamos planteando que la próxima investigación de la cátedra va a ser sobre corresponsabilidad, porque hemos visto que todavía esta muy poco desarrollada. 

 

Entonces yo diría que sí, que la investigación y llegar a tener un buen currículum académico es más difícil para las mujeres. Todavía somos menos investigadoras principales en proyectos de I+D, tenemos menos sexenios y somos menos en el alto rango de las catedráticas.

 

- ¿Y el ser investigadora en el campo de las ciencias sociales es una complicación añadida?

Los recursos son mayores para las ciencias experimentales, porque también los gastos son mayores y los grupos de investigación son más numerosos y hay más unión: Investigan en grupo, publican en grupo y es más fácil que el currículum se complete más rápido.

 


En las Ciencias Sociales investigamos más en solitario, a menos que haya una cátedra, que en este caso somos 15 personas, o existan grupos de investigación, que son una buena iniciativa. Pero yo creo que hay más individualismo, menos recursos y menos interés. No nos damos cuenta de que las Ciencias Sociales también son una ciencia, igual que las experimentales, por lo que tiene que haber un equilibrio en la balanza.

 


No sé si, ya que estamos reflexionando sobre igualdad, se les ha dado menos importancia porque en las ciencias sociales siempre hemos estado más mujeres que hombre, que podría ser. En la Facultad de Educación, sin ir más lejos, tenemos un 75% de mujeres, frente al 25% de hombres, lo que se reproduce en toda Castilla-La Mancha en los grados relacionados con la docencia.

 


Entonces, te das cuenta de que todavía el peso de que la mujer debe ceñirse a unas determinadas ramas sigue estando. En sanidad siguen predominando las mujeres, sobre todo en la rama de Enfermería, aunque cada vez hay más enfermeros, igual que la mujer crece en ingenierías, aunque todavía es minoritaria.

 

 

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