Las bolsas europeas en alerta ante el regreso de Trump a la Casa Blanca

Publicado por: Julio Muñoz
17/11/2024 08:00 AM
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Imagen: Pexels.
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Las medidas proteccionistas y la ralentización de la transición energética disparan la cotización del dólar y pondrán a prueba la capacidad de crecimiento de la economía europea en un momento delicado con Alemania en el alambre de la recesión 

 

La contundente victoria del Partido Republicano sobre los demócratas en Estados Unidos que supone el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca el próximo mes de enero ha puesto patas arriba a los mercados financieros. Mientras los indicadores norteamericanos se han lanzado a la caza de nuevos máximos en Europa se ha sentido un cierto escalofrío ante los efectos negativos sobre la economía europea de las medidas proteccionistas anunciadas por Trump. 
 

Al menos, la transición rápida y ordenada prevista de administraciones, el nuevo presidente ya se ha puesto manos a la obra para configurar su ejecutivo en breve, supondrá un alivio para los mercados de renta variable en general y en particular para los estadounidenses que llevan más de una década de euforia alcista. 
 

El S&P no tiene colores ideológicos 
 

Según recuerdan en DWS, en la última presidencia de Trump, el principal indicador norteamericano, el S&P 500 generó una rentabilidad total del 70%, mientras que durante la presidencia de Biden que está a punto de acabar los mercados han subido una cifra similar, alrededor del 80%. 
 

Ahora, la gran duda es si el mercado podrá seguir aguantando está exuberancia. La previsible relajación de la política fiscal hace temer una tendencia al alza de la inflación. Un factor clave, aunque la posible ralentización del proceso de transición energética podría permitir una menor presión sobre los precios de la energía. 
 

Otro factor relevante será la política arancelaria a las importaciones tanto de Europa como de China. Eso, señalan en DWS, podría generar incertidumbre entre las empresas, incluso si los aranceles no se implementan por completo, lo que podría obligar a posponer sus decisiones de inversión hasta tener mayor claridad.  

 
 
Principales medidas económicas de la administración Trump 
 

Mayor endurecimiento de la política migratoria, con un fuerte impacto en el mercado laboral que presenta cifras de pleno empleo que en los últimos años se ha traducido en serios problemas para la contratación de mano de obra especializada y cualificada.  
 

Guerra comercial con China y la UE. Se prevé un arancel general del 10% y 60% para China y la zona euro no saldrá mucho mejor parada.  
 

Reducción del Impuesto de Sociedades al 15%, yendo mucho más allá incluso de las aplicadas en su primer mandato, y rebaja del IRPF. Eso podría generar problemas en la estabilidad presupuestaria a corto plazo, aunque también dará un notable impulso a la actividad empresarial y económica. 
 

También se espera una menor regulación que favorezca el escenario de mayores fusiones y adquisiciones. Eso supondrá una mayor actividad para la banca de inversión. 
 

Ralentización de la transición energética, con el consiguiente impulso de la producción petrolera y gasística en detrimento de la energía renovable. 
 

En términos geopolíticos se espera que se “fuerce” un acuerdo de paz en Ucrania, que respete su integridad como país a cambio de ceder parte de sus territorios en Donetsk a Rusia que permitan a Putin salvar la cara.  También es previsible la reconfiguración de la OTAN, la confirmación del apoyo a Israel y un giro estratégico en la región Indo-Pacífico con crecientes tensiones con China. 
 

Ganadores y perdedores en la nueva administración Trump 
 

Si se cumplen las previsiones, los sectores más beneficiados serán la gran banca y las petroleras en un entorno de condiciones financieras más restrictivas y de ralentización del proceso de transición energética, así como las empresas de defensa y de inversión industrial, favorecidas por la mayor inversión y la reducción de impuestos. 
 

Fuera de Estados Unidos, sin embargo, las perspectivas no son tan halagüeñas. La menor demanda de China en medio de la guerra arancelaria y la crisis del coste de la vida en las economías avanzadas pasarán factura a la economía de la zona euro, reduciendo sus expectativas de crecimiento.  
 

Sectores como el automovilístico, que ya está empezando a ofrecer señales preocupantes en Alemania, o el turismo, pieza clave en el crecimiento de la economía española, sufrirán un alto impacto negativo. Las sociedades ligadas al sector turístico como Amadeus, Aena o IAG podrían verse seriamente lastradas en el medio plazo. 
 

Las empresas de renovables europeas con presencia en Estados Unidos y Latinoamérica como Iberdrola, Acciona y Solaria tampoco se librarán del efecto de las políticas de Trump, lo que ya se está reflejando en el mercado con un incremento de las posiciones bajistas. Los dos grandes bancos, Santander y BBVA, observan con especial preocupación las nuevas relaciones de Estados Unidos con su vecino del sur que pueden afectar a la actividad económica de México donde tienen una fuerte presencia.  
 

En cambio, los sectores de salud y los tecnológicos pueden cobrar ventaja. Grifols empieza a entrar en las quinielas de posibles oportunidades, a pesar de estar lastrada por los problemas relacionados con la transparencia de sus cuentas y en medio del intento de opa del fondo de inversión Brookfield que acaba de levantar 11.000 millones para hacerse con su control. 
 

Aunque al final siempre se acaba encontrando un punto de equilibrio en el mercado, muchos de los argumentos negativos suelen traer otros positivos, lo cierto es que las perspectivas para la renta variable europea en el corto plazo no son demasiado alentadoras, salvo que las autoridades europeas empiecen a hacer sus deberes para lograr una Unión Europea más sólida y con más peso en el mundo. 


Julio Muñoz. Periodista de información económica y experto en comunicación. 

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