La Sala Multiusos del Centro San José se llenó para escuchar a los cuatro ponentes que participaron
Inmejorable manera de comenzar la duodécima edición del Ciclo de Otoño de la Asociación de la Prensa de Guadalajara. La Sala Multiusos del Centro San José de Guadalajara acogió el martes una primera sesión que sirvió para que los asistentes, que llenaron la sala, entendiesen mejor la situación que vive Oriente Medio y la crisis humanitaria que sufren en ese territorio gracias al conocimiento de los cuatro ponentes participantes: los periodistas Fran Sevilla y Javier Gutiérrez, el coronel Felipe Quero y la coordinadora de Médicos Sin Fronteras Ana Tomás.
Antes de sus intervenciones, inauguró el acto Mar Corral, presidenta de la APG junto a David García, concejal del Ayuntamiento de Guadalajara y José Luis Vega, presidente de la Diputación. Mar Corral empezó acordándose de los afectados por la Dana sobre todo en Valencia. Después agradeció el apoyo de ambas instituciones para poder realizar unas jornadas que tienen como objetivo “conectar el periodismo y la sociedad para promover un espíritu crítico en la ciudadanía a través de información veraz y rigurosa”.
Corral decía que “estamos aquí porque necesitamos entender este conflicto” y recordó que “44.000 muertos, 93 de ellos periodistas, han muerto solo en Gaza desde que empezó el conflicto”.
David García aseguro que estar en la inauguración del Ciclo de Otoño “es un honor” y agradeció a la APG la realización de este Ciclo de Otoño. Por su parte, el presidente de la Diputación de Guadalajara, José Luis Vega, reflexionó sobre la dificultad de informar sobre conflictos o dramas humanitarios como el de Valencia o el de Oriente Medio, “no sé como lo hacen los periodistas, yo volví de Valencia muy tocado y supongo que los que estáis en zonas de guerra lo sufriréis aún más” y repitió el agradecimiento a la APG por “estas actividades tan importantes para tener una sociedad libre”.
Posteriormente fueron tomando la palabra los cuatro ponentes con Luis Vázquez como moderador. Empezó Fran Sevilla, quien explicó que la intención de Israel es tener la hegemonía de Oriente Próximo y consideró fundamental entender que la guerra “no empezó el 7 de octubre de 2023, sino en 1917 con la declaración Balfour, cuando Reino Unido decidió crear un Estado judío en Palestina”. También recalcó la intención de Israel de desactivar la frontera con el Líbano con la creación de una “zona colchón” y la “eliminación de la posible competencia de Irán como potencia hegemónica en Oriente Próximo”.
Destacó la pérdida de importancia del mundo árabe en la zona y la limpieza étnica que se está llevando a cabo en Gaza, Cisjordania y sur del Líbano, “zona que Israel quiere dejar inhabitable como ya ha hecho con Gaza”. Por todo ello, aseguró que “creo que hoy en día se puede afirmar que Israel está cometiendo un genocidio”. En este sentido, puso el foco en la deshumanización y dejó claro que “nunca he visto un nivel de destrucción y muerte como en la franja de Gaza en tan poco espacio de tiempo”. Finalizó reconociendo que tras muchos años cubriendo guerras se siente “frustrado porque mi compromiso con las víctimas en los conflictos bélicos durante todos estos años no ha servido para que entendamos que tenemos que hacer un mundo mejor” así como que
“vamos hacia un mundo más inseguro”.
Javier Gutiérrez recuperaba las palabras de José Luis Vega para explicar que nadie está preparado para lo que se vive en estos conflictos y que es importante pedir ayuda al volver “porque es algo que te supera”. Puso en valor foros como el del martes para evitar que “estas guerras de desgaste se terminen olvidando, es lo peor que puede suceder” y puso en duda el alto al fuego en el Líbano anunciado por Netanyahu. Se mostró de acuerdo con Fran Sevilla respecto a que el objetivo es ese “gran Israel en el que no hay lugar para el pueblo Palestino” y comentó que, aunque cree que por ahora el vencedor del conflicto es Netanyahu, “no ha conseguido al 100% ninguno de los tres grandes objetivos que se marcó”. Para solucionar la situación, Javier cree que es necesario “un cambio de actores con iniciativa y poder”.
Felipe Quero empezó explicando la principal preocupación de los mandos militares en este tipo de conflictos, “queremos que nuestros subordinados no sufran psicológicamente porque podrían afectar a la imparcialidad requerida para actuar como Casco Azul y porque si te implicas emocionalmente, es difícil seguir y trabajar allí” y puso sobre la mesa el motivo por lo que Israel está haciendo todo esto, “ve amenazada su existencia como país”.
El comandante explicó que el ataque de Israel no está siendo una
operación clásica y que ataca a Naciones Unidas porque puede informar de lo que está
pasando. Además, duda de si existe algún actor con capacidad y poder para resolver los
problemas de la región “porque tiene mucha complejidad”. Se mostró optimista, pero
“a muchos años vista” y subrayó que “el Derecho Internacional Humanitario no es
opcional, no se puede normalizar la deshumanización”. Finalizó elogiando el trabajo de
los periodistas en estos conflictos ya que “aunque percibáis que no sirve, sois un ejemplo
y a nosotros nos ayuda a resetear la mente y seguir trabajando, hacéis una labor
admirable”.
Ana Tomás comenzó poniendo sobre la mesa un dato sobrecogedor, y es que en Gaza
“ha sido asesinada la mitad de la población de Guadalajara”. Reflexionó sobre el hecho
de que el 90% de la población “ha tenido que desplazarse forzosamente en numerosas
ocasiones” con todo lo que eso significa, y sobre las consecuencias humanitarias que
está teniendo el conflicto, “las personas tienen miedo”. Por todo ello, y aunque ella es
de Valencia, cree que “no se puede comparar, es indescriptible lo que está pasando en
la franja de Gaza” a la vez que decía que “soy optimista en general, pero no veo el final
de todo esto, y las consecuencias a nivel psicológico durarán generaciones”. “Si no hay
un alto al fuego inmediato y definitivo, no se puede ser optimista” opinó Ana Tomás
antes de comentar que Israel no está dejando pasar material médico, no está
concediendo evacuaciones médicas y que, por cada muerte, podrían provocarse entre
tres y 15 muertes indirectas.