La alcaldesa ha recibido varios escritos denunciando el abandono de funciones y la falta de profesionalidad de la directora de la Red de Bibliotecas, lo que está repercutiendo en el normal funcionamiento de la Biblioteca Municipal de Guadalajara
La nefasta gestión de los responsables de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Guadalajara, capitaneada por Javier Toquero, vuelve a ponerse sobre la mesa. En esta ocasión por el insostenible clima laboral que se vive en la Biblioteca Municipal José Antonio Suárez de Puga a causa de la actitud hacia las trabajadoras por parte de la directora de la Red de Bibliotecas Municipales de Guadalajara y máxima responsable de la misma, Marta Álvarez.
Esto ha llevado a que de las cuatro trabajadoras con que cuenta la Biblioteca, dos se hayan marchado y una permanezca de baja, situación en la que también se encuentra la directora en estos momentos.
El Decano de Guadalajara ha tenido acceso a tres documentos que acreditan esta insostenible situación, que se remonta a marzo de 2024 y de la que son conocedores el concejal responsable; la directora general de Cultura, María José Fe, y la alcaldesa de Guadalajara, Ana Guarinos, sin que hasta el momento nadie haya tomado cartas en el asunto.
El primero de los documentos es el escrito que las trabajadoras de la Suárez de Puga remitieron a Guarinos a principios de octubre. En él exponen a la alcaldesa las condiciones con las que se encuentran para desarrolar su trabajo. Estas cuatro profesionales, con una dilatada experiencia en el mundo de las bibliotecas, afirman que a pesar de la activación de la Biblioteca, la valoración positiva de la ciudadanía y del aumento del número de usuarios y préstamos, desde la dirección del área de Cultura del Ayuntamiento, "constantemente se pone en entredicho nuestro trabajo, desprestigiando nuestra profesionalidad".
En marzo de 2024 informaron de estas condiciones a los responsables de Normadat, anterior adjudicaria de la gestión de la Biblioteca, quienes convocaron una reunión que tuvo lugar el 12 de abril y a la que acudieron la directora de la Red de Bibliotecas, la directora general de cultura y el concejal de Cultura. Según se afirma en el escrito, "los responsables de Normadat, detallaron y acreditaron el trato vejatorio que las trabajadoras de la Biblioteca estábamos recibiendo por parte de la directora de la Red de Bibliotecas, como quedó reflejado en el acta que se tomó de la reunión".
Las trabajadoras comunican a la alcaldesa, a través de este documento, que desde ese momento "se corta por completo la comunicación presencial con el equipo de la Biblioteca, no se realiza ningún tipo de reunión y todas las incidencias, órdenes, requerimientos o instrucciones se realizan exclusivamente por correo electrónico". Denuncian que desde el 14 de marzo, la funcionaria responsable del contrato y del funcionamiento de la Red de bibliotecas municipales "no ha celebrado ni una sola reunión con el equipo que gestionamos el día a día del centro".
Se da la circunstancia de que en este periodo concluyó el contrato con Normadat, quedando desierta la nueva licitación con un pliego que aumentaba considerablemente las funciones de las trabajadoras y mantenía el mismo precio, algo que fue denunciado en su día por los grupos de la oposición en el Ayuntamiento. El 1 de julio se inició un nuevo contrato con Servijarama Servicios Documentales y fue en ese momento cuando se les comunica que "no podemos tener comunicación directa (ni presencial ni por correo electrónico) con la directora de la Red ni con los responsables de Cultura, limitación que provoca una situación anómala y poco práctica en el trabajo diario".
Además, denuncian que esta situación no sigue las directrices de los organismos bibliotecarios e "incumple gravemente las funciones propias del puesto de directora de la Red de bibliotecas". Todas ellas, relativas a dirección coordinación, supervisión, gestión de los fondos documentales, defensa de las necesidades del personal, mantenimiento de relaciones de cooperación con asociaciones culturales y hacer de la Biblioteca un espacio vivo. En el escrito incluso se afirma que se incumple el horario laboral estipulado en la RPT por parte de la directora de la Red quien, además, tiene su despacho en el Teatro Auditorio Buero Vallejo, bastante lejos de la Biblioteca Municipal, que se ubica en el CMI Eduardo Guitián.
Las trabajadoras alegan que, lejos de cumplir sus funciones, la directora de la Red realiza "críticas sistemáticas", lanza "mensajes intimidatorios" y pone "impedimentos absurdos para realizar nuestras funciones", lo que les provoca "daño emocional y una gran desmotivación". A ello se suman la "falta de propuestas, dirección y supervisión, tan solo fiscalización" y la "falta de ayuda" en la catalogación de los fondos, especialmente el de Buero Vallejo.
Para rizar el rizo, hace unos meses recibieron un documento titulado 'Pautas de Comportamiento para Personal Externo Biblioteca' que, según aseguran, está "plagado de prohibiciones, limitaciones e impedimentos para desarrollar con normalidad el trabajo diario, donde se incide una y otra vez en posibles sanciones o exclusiones, en algunos de los casos carentes de sentido".
El escrito concluye informando a la alcaldesa de que "a lo largo de los dos últimos años hemos intentado hablar de estos temas en reiteradas ocasiones con los responsables de la Concejalía de Cultura y con su directora general, intentando una coordinación mínima y mejorar los servicios que se prestan a la ciudadanía desde la Biblioteca Municipal. Trabajamos diariamente ofreciendo un servicio público con profesionalidad y verdadera vocación. Por ello nos estamos dirigiendo a usted, ante la total ausencia de dirección y el abandono al que está sujeta la única Biblioteca Municipal de la ciudad".
El segundo documento al que ha tenido acceso El Decano es el escrito remitido por la concejala del Grupo Municipal de Aike, Susana Martínez, al departamento de Recursos Humanos del Ayuntamiento.
En el mismo se incide en todas y cada una de las afirmaciones de las trabajadoras de la Biblioteca, por lo que se da traslado a la jefa del servicio sobre "la inacción del equipo de Gobierno, el incumplimiento del contrato vigente y la dejación de funciones".
Martínez añade otra cuestión importante para garantizar el buen desarrollo de los servicios de la Biblioteca Municipal y pregunta al departamento si en la actualidad, "tras las últimas contrataciones realizadas, se cumplen los requisitos en cuanto a personal que marca el pliego de condiciones". Desde Aike se asegura que las tres personas que la empresa ha contratado para cubrir las bajas, no tienen el perfil exigido.
Por todo ello, desde el grupo municipal, tras preguntar en el Pleno al Concejal de Cultura, Javier Toquero; remitir un escrito a la directora general de Cultura y responsable en la actualidad
del contrato de servicio de gestión; hablar con la directora de la Red de Bibliotecas y con el jefe de proyectos de la empresa Servijarama, "trasladamos esta información al área de Personal del Ayuntamiento de Guadalajara para su conocimiento y análisis, esperando que sirva para mejorar el funcionamiento de la Biblioteca Municipal José Antonio Suárez de Puga y los servicios que en ella se prestan a las vecinas y vecinos de Guadalajara".
El tercer documento al que ha tenido acceso El Decano es el escrito remitido el 17 de diciembre por Marta Álvarez, directora de la Red de Bibliotecas, a diferentes departamentos del Ayuntamiento en el que justifica su gestión en el polémico asunto de la custodia y tratamiento del fondo Buero Vallejo.
En su extenso texto, la directora ofrece una detallada cronología de su actuación en la que se defiende atacando. Descarga todas las responsabilidades de la nefasta gestión del fondo en la anterior concejala de Cultura de la etapa de Alberto Rojo, en el actual concejal de Cultura, en la directora general de Cultura, en las trabajadoras de la Biblioteca Pública Suárez de Puga y en la directora de las Escuelas Municipales de la Cotilla.
También ataca a los medios de comunicación, a los que acusa de "publicar informaciones falsas y tergiversadas sobre la donación del fondo". Incluso parafrasea lo que denomina titular "sensacionalista" para justificar que "no ha habido ningún atentado contra el patrimonio cultural". Aclaramos en este punto que ese titular fue el publicado por El Decano de Guadalajara y que el contenido de nuestra información está basado en pruebas concretas y en testimonios de fuentes de toda solvencia. Por lo tanto, quien tergiversa en su escrito es la directora de la Red.
Añade, además, que "los medios hablaron con Carlos Buero proporcionando información falsa como que los libros llevaban meses en el almacén del Palacio, como me indicó en conversación telefónica con altavoz en presencia del concejal de Cultura y la directora general de Cultura". Nuevamente falta a la verdad. Este medio fue el ÚNICO de Guadalajara que habló con Carlos Buero, una conversación que se mantuvo vía Whatsapp en la que en ningún momento se le comunica que el fondo lleva meses en el Palacio. Algo que consta por escrito.
Para terminar su relato, la directora de la Red de Bibliotecas, que debería ser una experta en fondos bibliográficos, denosta la colección cedida por el hijo de Antonio Buero Vallejo afirmando que el material almacenado en la Cotilla "es únicamente bibliogáfico, no contiene otro tipo de documentación y en su mayoría son monografías modernas, disponibles en cualquier biblioteca pública y obras de referencia como diccionarios".
Nada mas lejos de la realidad, según confirmó Calos Buero a esta Redacción, "doné al Ayuntamiento de Guadalajara la colección de libros de arte de la biblioteca de mi padre que es, como puede suponer, una colección magnífica con más de 2.000 ejemplares, entre libros y folletos. También se incluyen otros temas menores por su extensión, como varias ediciones del diccionario de la Real Academia Española, gramáticas, diccionarios inglés-español y de otros idiomas, libros sobre música y músicos -que podemos considerar como libros de arte-, etc.". Es decir, una excelente colección que forma parte del patrimonio cultural de la ciudad y legado de Antonio Buero Vallejo, uno de los dramaturgos más insignes de la literatura española de todos los tiempos y uno de los vecinos más ilustres de Guadalajara.
No se queda ahí Marta Álvarez, el objetivo de su escrito es "solicitar a los responsables de Cultura la búsqueda de un espacio idóneo para custodiar y almacenar el resto de libros donados". Argumenta que "no ha existido descuido ni desatención del fondo" y acusa a las concejalas de la oposición que denunciaron públicamente los hechos de "ofrecer un relato distorsionado ya que unas cajas cerradas con signaturas extremas y con las letras BV, podrían hacer referencia a Buero Vallejo o al Barco de Vapor". Increíble.