Remontó ante el filial del Getafe, uno de los equipos más potentes de la categoría, prolonga su buena dinámica como local y recibe el trofeo de campeón
El CD Guadalajara sigue escribiendo capítulos memorables en una temporada que ya es histórica. Aún con la euforia del ascenso reciente y los ecos de la celebración resonando en la ciudad, el conjunto alcarreño volvió a demostrar este domingo que no solo sabe ganar… sino también remontar.
En una tarde de gloria teñida de morado, el Pedro Escartín volvió a ser el escenario de otro triunfo para el recuerdo. El Getafe B se adelantó pronto, pero el Dépor, con más corazón que tensión competitiva, le dio la vuelta al marcador en la segunda mitad con goles de Unax y Christian para sellar el 2-1 final. Después, llegó el momento esperado: el equipo recibió el trofeo que lo acredita como campeón del Grupo V de Segunda Federación, con pasillo de honor incluido por parte del rival y una afición entregada a su equipo.
Pese a no haber nada en juego en la clasificación para los de Pere Martí, el equipo volvió a hacer gala de la seriedad que lo ha caracterizado durante toda la campaña. La victoria no solo sirvió para seguir con las celebraciones, sino para mantener intacta la racha como local: 16 partidos, 15 victorias, un empate y ninguna derrota. Un fortín inexpugnable donde solo han encajado dos goles en toda la temporada. Números que explican —y justifican— por qué este equipo ya tiene plaza en la Primera RFEF.
Con la mente más cerca de los vítores que de la clasificación, el Dépor salió al campo con rotaciones y algunos canteranos. En la portería volvió a aparecer Pablo Sanz, mientras que el Getafe B, mucho más necesitado, se adelantó pronto tras un disparo de Rafa Diz. Al descanso, el partido exigía una reacción. Y llegó.
En la segunda parte, los locales subieron el ritmo y volvieron a conectar con su versión más reconocible. Unax empató de cabeza en el 55 y Christian, otro de esos jugadores que aparece cuando más se le necesita, culminó la remontada a falta de un cuarto de hora. En las gradas, la fiesta ya había comenzado mucho antes.
3.102 espectadores vivieron en directo la entrega del trofeo y la posterior vuelta al campo del equipo, que se fundió en un aplauso unánime con su afición. Una imagen poderosa que resume lo vivido este año en Guadalajara: fútbol, pasión y una comunión inquebrantable entre grada y equipo.
Al Deportivo le quedan dos jornadas para cerrar la temporada regular. Con el objetivo cumplido y la Copa ya en las vitrinas, solo queda seguir disfrutando… y mantener el Escartín invicto hasta el final.
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