Desde Dalma se recuerda que las tres especies están protegidas y son un indicador de buena salud ambiental
Con la llegada de la primavera las golondrinas, aviones y vencejos han vuelto a sus nidos en Guadalajara y están comenzando a criar. El número de estas especies de aves urbanas está sufriendo en los últimos años un descenso provocado especialmente por la mala planificación urbanística, el uso de pesticidas que acaba con muchos insectos -que son la base de su dieta- y, lo que es peor, a causa de la acción directa del hombre.
Son muchos los propietarios privados, comunidades de vecinos e incluso administraciones públicas que deciden destruir sus nidos por las 'molestias' que provocan, especialmente por las deposiciones. Según ha señalado a El Decano de Guadalajara Juan José Calvo, miembro de la Asociación para la Defensa de la Naturaleza, Dalma, "existe una predisposición negativa de los ciudadanos a la instalación de los nidos por el ruido que hacen y, especialmente, a causa de las defecaciones. Algunas comunidades de vecinos y particulares se dedican a romperlos y no se dan cuenta del daño que están haciendo, además de que está totalmente prohibido eliminarlos".
Desde Dalma se ha constatado que en apenas una década, la ciudad ha perdido buena parte de especies que hasta ahora convivían con el hombre: la golondrina común, el avión común y el vencejo común. "En algunas zonas de la ciudad prácticamente han desaparecido, especialmente el avión común”, asegura Juan José Calvo. Relata que hace unos años el Panteón de la Condesa de la Vega del Pozo albergaba una numerosa colonia de esta especie que, hoy por hoy ya no existe. Lo mismo que ha sucedido en la calle Mayor o en la zona de las Casas del Rey: "Antes estaban llenas. Hoy en día cuesta encontrar un nido".
El caso contrario se ha producido en el barrio de Los Manantiales, donde se conserva una buena y numerosa población de avión común, que incluso ha aumentado.
Los desparensivos que se dedican a destruir estos nidos -a los que estas aves regresan año tras año después de un viaje trasnoceánico de 20.000 kilómetros- deben tener en cuenta que la Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, prohibe su destrucción. Las sanciones pueden ir desde los 100 hasta los 200.000 euros, dependiendo de la gravedad de las infracciones. El el caso de las golondrinas, las multas pueden oscilar entre los 5.001 y los 200.000 euros. La legislación es clara: "Queda prohibido dar muerte, dañar, molestar o inquietar intencionadamente a los animales silvestres, sea cual fuere el método empleado o la fase de su ciclo biológico. Esta prohibición incluye su retención y captura en vivo, la destrucción, daño, recolección y retención de sus nidos, crías o de sus huevos, estos últimos aun estando vacíos". Ademñas, están especialmente protegidos en la época de cría, que va de marzo a septiembre.
Cabe destacar que las tres especies de aves urbanas que anidan en la ciudad están incluidas en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial de dicha Ley.
Desde Dalma, que realiza un seguimiento de las poblaciones de estas y otras especies en Guadalajara, se pide ayuda a los vecinos para proteger a aviones, golondrinas y vencejos. Así, se aconseja no retirar ni tapar los nidos aunque parezcan vacíos; consultar con las autoridades ambientales en caso de querer realizar alguna obra, e infomar a los vecinos sobre la importancia de estas aves. "Son aves insectívoras que anidan en nuestros edificos, bajo cornisas, tejados y balcones. Incluso en persianas. Han recorrido miles de kilómetros para reproducirse. Se volverán a ir en otoño y regresarán cada primavera a sus nidos, si los respetamos. Además, son un indicador de buena salud ambiental", se afirma desde la asociación ecologista.